Los sectores productivos exigen el desdoble del Túnel de San Silvestre

Recursos hidráulicos

Consiste en un auténtico “cuello de botella” del que depende la distribución del agua para las necesidades que presenta la provincia y que ha quedado obsoleto

El túnel tiene su fecha de construcción marcada en 1971.
El túnel tiene su fecha de construcción marcada en 1971. / Landero
Jordi Landero

24 de junio 2019 - 06:00

Andévalo/Huelva es, afortunadamente, una provincia hidráulicamente autosuficiente. No necesita trasvases de agua para abastecer tanto el consumo humano de su población, como las necesidades de dicho recurso en sectores estratégicos como la agricultura de regadío, la industria química y básica o el turismo. En 2018 se consumieron en la provincia, entre todos los usos, un total de 220 hectómetros cúbicos de agua.

El 90% de toda esta agua depende del sistema hídrico que conforman los embalses de El Andévalo, Chanza, Piedras y Los Machos, que tiene actualmente capacidad para embalsar 1.050 hectómetros cúbicos. Un sistema que tiene su origen junto a la frontera con Portugal, en el Andévalo Occidental, desde donde a través de canales, túneles y conducciones se transporta el agua a buena parte de la provincia, hasta llegar a las mismas puertas de Doñana. Se trata, sin duda, de la principal arteria que mantiene el bienestar y la calidad de vida de los onubenses.

El consumo actual supera en cinco veces la capacidad del túnel.
El consumo actual supera en cinco veces la capacidad del túnel. / Landero

Este conjunto de infraestructuras hidráulicas posibilitan el suministro de agua para consumo humano al 90 por ciento de la población onubense. En total 450.000 habitantes que, repartidos en 35 municipios, consumen al año 45 hectómetros cúbicos, lo que supone el 20% del total provincial.

La industria química y básica, concentrada en el polo químico de Huelva y que genera unos 9.500 empleos y un valor de producción de 8.500 millones de euros al año, consume por su parte un total de 18 hectómetros cúbicos anuales, lo que supone el ocho por ciento del total provincial.

Por otra parte la emergente actividad turística, concentrada sobre todo en la franja litoral de la provincia y que genera al año más de 15.000 empleos y un valor de producción de 950 millones de euros, requiere actualmente 2,5 hectómetros cúbicos de agua al año. Un porcentaje muy bajo comparado con el de la agricultura intensiva de regadío, que repartida en unas 40.000 hectáreas genera 200.000 empleos al año y consuma 160 hectómetros cúbicos anuales, lo que supone el 72% del total. A ello habría que añadir en materia agrícola los futuros consumos del necesario trasvase de agua al Condado, que consolidaría otras 9.000 hectáreas de regadío, generando 50.000 empleos más anuales. Para ello serían necesarios otros 20 hectómetros cúbicos de agua adicionales al año.

No obstante todo este sistema “pende de un hilo”, según sostiene desde hace ya tiempo la denominada Plataforma por el Túnel de San Silvestre, de la que forman parte las doce comunidades de regantes que existen en Huelva, además de otras importantes empresas y entidades de dicha provincia como la Universidad de Huelva, la Diputación, la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado, Giahsa, Aguas de Huelva, la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva –Aiqbe–, el Círculo Empresarial de Turismo, la Asociación Provincial de Productores y Exportadores de Fresa –Freshuelva–, la Asociación de Citricultores de la Provincia de Huelva –ACPH-, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía –Feragua–, la Federación Onubense de Empresarios, Cooperativas Agro-Alimentarias en Huelva, los sindicatos CCOO y UGT y las patronales agrarias UPA, Asaja e Interfresa.

Y es que para esta plataforma, la distribución del agua en la provincia depende del “cuello de botella” que a su juicio supone el Túnel de San Silvestre, un tramo de la canalización del sistema hídrico onubense que “estrangula y limita el crecimiento” de todo el tejido productivo de la provincia.

El Túnel de San Silvestre es una infraestructura de ocho kilómetros de longitud y fue construido en el año 1971 con capacidad para transportar 40 hectómetros cúbicos de agua al año. Casi medio siglo después, según los datos que maneja la Plataforma, dicha canalización tiene que transportar al año hasta 220 hectómetros cúbicos –cinco veces más la capacidad para la que fue construido–, a tenor del agua consumida en 2018 en la provincia de Huelva gracias al abastecimiento de este sistema.

Por todo ello, la Plataforma por el Túnel de San Silvestre viene alertando de que esta infraestructura “no tiene capacidad suficiente de transporte de agua, poniendo en riesgo las actuales demandas, además de impedir su crecimiento y el tan necesario trasvase al Condado”.

Según también sostiene la Plataforma, dicha infraestructura técnicamente no puede ser ampliada, por lo que una avería o rotura en la misma “provocaría un colapso en toda la provincia por falta actual de alternativas para el transporte del agua, y por tanto para su suministro”.

En este sentido el colectivo viene solicitando desde hace años a las distintas administraciones con competencia en materia hidráulica la licitación, con carácter urgente, del proyecto de los trabajos para el desdoble del actual Túnel de San Silvestre, una obra que ha sido ya declarada en varias ocasiones de interés general y que ha sido presupuestada en aproximadamente 60 millones de euros. Una inversión que para la plataforma está “totalmente justificada” dada la trascendencia que tiene para el desarrollo de la provincia, y además “fácilmente recuperable” mediante el sistema de pago del agua consumida por los propios usuarios.

El Túnel de San Silvestre coincide con tramo final del canal del Granado, que tiene un total de 19 kilómetros y que transporta el agua entre el bombeo de captación de Bocachanza y el embalse del Piedras, desde donde a su vez parte el canal del Piedras (41 kilómetros), que lleva el agua hasta las puertas de la capital provincial.

Los 60 kilómetros de ambos canales, con el Túnel de San Silvestre de por medio, terminan en la balsa de Aljaraque, donde comienzan el sifón de Odiel y el acueducto de Santa Eulalia, que conecta con los depósitos de Huelva a través del sifón del Tinto, y con el anillo hídrico hasta la balsa de Palos de la Frontera.

En definitiva, el Túnel de San Silvestre es el tramo final del canal del Granado, que transporta el agua entre el Chanza y el arroyo del Cuco, desde donde recarga el embalse del Piedras, que posteriormente la distribuye a través del canal del Piedras hasta las puertas de la capital provincial. Cronológicamente, en la década de los sesenta del siglo pasado se ejecutaron las obras que permitían llevar el agua hasta Huelva desde el embalse del Piedras: presa y canal del Piedras, además de las conducciones en sifón desde dicha presa hasta los depósitos de Huelva y el puente sifón sobre el río Odiel, entre otras infraestructuras.

Entre 1968 y los primeros años de la década de los 70 se ejecutaron la captación de Bocachanza y el canal del Granado, que entre otros elementos incluye el Túnel de San Silvestre en su tramo final. Ya en 1978 se comenzó la ejecución de la presa de Chanza, cuyas obras concluyeron en 1985, y entre los años 2000 y 2004 la presa del Andévalo, aumentando definitivamente los recursos hidráulicos de la provincia.

El actual problema radica, muy resumidamente, en que todo este sistema fue construido para transportar entre seis y ocho metros cúbicos de agua por segundo; y en que, tras el recrecido que se llevó a cabo en los canales de El Granado y el Piedras para aumentar dicho caudal hasta los 20 metros cúbicos por segundo, se ha quedado pendiente el desdoble del Túnel de San Silvestre con el objeto de adaptar su capacidad al nuevo caudal.

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