Los universitarios de Huelva piden posponer sus prácticas en los centros educativos
Los estudiantes de la UHU deben realizar un trabajo sustitutorio a raíz del estado de alarma decretado por la pandemia
Huelva/Los futuros docentes tendrán que esperar para su primera inmersión en el mundo laboral después de que la Universidad de Huelva haya decretado la suspensión de las prácticas externas a raíz de la propagación del coronavirus.
Al objeto de paliar los efectos provocados por el estado de alarma en la comunidad académica, la Onubense ha articulado un marco de desenvolvimiento académico sustentado en el uso de las tecnologías digitales. El mencionado plan de adaptación, unido al cierre de los centros educativos en toda la geografía nacional, ha derivado en la cancelación de una de las etapas que más ansían aquellos que tienen vocación de docente.
En esta línea, la Universidad de Huelva ha seguido las recomendaciones y acuerdos alcanzados por las conferencias nacionales de decanos, de manera que sean similares las competencias adquiridas por los alumnos de los grados en Ciencias de la Salud y Ciencias de la Educación, Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, Máster Universitario en Abogacía y Máster Universitario en Psicología General Sanitaria.
Pese a que la comunidad universitaria comprende la imposibilidad de realizar prácticas en centros educativos, la realización de un trabajo sustitutorio ha levantado asperezas en el colectivo. El descontento general viene dado por “la falta de una alternativa que contemple la realización de prácticas reales, pues nuestra primera experiencia laboral se va a resumir en un trabajo eminentemente teórico”, señala Victoria Machío, estudiante del Máster Universitario en Profesado en la UHU.
Esta joven estudiante, respaldada por sus compañeros, pide una oportunidad laboral “porque necesitamos entrar en una clase para toparnos con la realidad”. La comunidad académica asegura entender que existan alumnos que “deseen finalizar sus estudios con un trabajo teórico”, pero considera que “lo más lógico y conveniente es tener la oportunidad de esperar a unas prácticas en un centro educativo”. En este sentido, Victoria Machío sostiene que los estudiantes de máster en las modalidades de lengua e inglés valoran presentar una alternativa que contemple unas prácticas con una jornada reducida.
Los estudiantes justifican su opinión crítica en la “pérdida de una posible oportunidad de empleo”, en tanto que son varios los que tenían programadas unas prácticas en colegios privados y concertados. Es el caso de Victoria, quien, de no haber sido por la epidemia, hubiera comenzado en marzo sus prácticas en el colegio Santa Teresa de Jesús.
La columna vertebral del trabajo sustitutorio es la misma para todos los universitarios, si bien se contemplan particularidades en función de la modalidad que cursen (Educación Infantil, Primaria o Secundaria). Respecto al mismo, la Onubense ha insistido que “es una salida excepcional para evitar al máximo los perjuicios del alumnado, pero reconoce que “nunca podría ser equivalente a la realización presencial de las prácticas en un centro educativo como correspondería”.
La introducción del trabajo que tienen que realizar los estudiantes contempla un proceso de obtención de información sobre la organización y el funcionamiento del centro educativo donde deberían haber realizado las prácticas. Para ello, a través de la web del centro, los alumnos tienen que recabar datos sobre el contexto teórico del mismo, sus instalaciones, el equipo docente, la oferta educativa, el equipamiento del que dispone y los proyectos en los que el colegio participa, además de una revisión de las experiencias educativas y de las actividades extraescolares que plantea durante el año académico.
Frente a esta tarea, los estudiantes lamentan “las condiciones de las páginas webs de muchos centros”, pues algunas están fuera de servicio, mientras que otras que continúan activas carecen de información suficiente para la realización de un estudio exhaustivo.
El siguiente punto del trabajo comprende la confección de una batería de preguntas destinadas a algún miembro de la dirección del centro educativo o a un profesor del departamento que se precise oportuno. Con esta actividad la pretensión es obtener información acerca de la experiencia docente, la formación, el sistema de acceso al oficio de profesor, desarrollo profesional, consideración social de la profesión, valoración del método de aprendizaje del centro o la adaptación de la educación al confinamiento, entre otras cuestiones.
Del mismo modo, los estudiantes también tendrán que hacer una entrevista telefónica a dos o tres alumnos de la etapa estudiantil que les corresponda según sus estudios. El objetivo de la misma pasa por realizar un acercamiento exploratorio para conocer las experiencias y vivencias de los escolares en torno a la situación actual de alarma y confinamiento.
En lo que a la opinión de los universitarios se refiere, tales actividades han derivado en una queja oficial de algunos sectores, como la delegación de estudiantes de Educación Infantil de la Universidad de Huelva. Desde este grupo se sostiene que “no todos ni tenemos a nuestra disposición niños, ni podemos contactar con ellos sin consentimientos de las familias”, al igual que sucede con los docentes, pues “en la mayoría de los casos también es ampliamente difícil o imposible, ya que también trabajan de forma on line y coincidir en horarios es una ardua tarea. Por otro lado, dado que no hemos entrado en los centros educativos, no conocemos a los docentes, por lo que se antoja imposible contactar con ellos”.
Otra de las líneas sobre las que se sustenta esta alternativa de Prácticum contempla el análisis de vídeos de lecciones en las aulas al objeto de realizar un estudio de caso para valorar la viabilidad de las técnicas de enseñanza.
Por último, la comunidad universitaria debe afrontar una intervención didáctica de modalidad de no presencial, en la que se exponga el planteamiento de una serie de clases on line de la asignatura que le corresponda a cada estudiante. Frente a esta última tarea, la delegación de estudiantes de Educación Infantil lamenta que “la parte de grabación, edición y preparación, sabiendo que debido al confinamiento, las tiendas de materiales fungibles están cerradas, y todos no disponemos de los recursos necesarios, es prácticamente imposible y excesivo en la implementación de este apartado”.
A su vez, los universitarios señalan que la extensión que se solicita -entre 25 y 30 páginas- es muy reducida para “todo lo que se exige”. Por ello y debido a “la dificultad para lidiar con todas las actividades docentes, lastrando y dificultando los estudios y trabajos”, la comunidad estudiantil considera “inapropiada” la elaboración de esta alternativa de Prácticum y solicita la “realización de prácticas en un futuro próximo”.
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