El urbanismo sostenible apuesta por "prescindir de las periferias "

A. Barea

La rábida, 21 de julio 2017 - 02:09

La crisis económica y el cambio ideológico han generado un nuevo enfoque para trabajar la regeneración de la ciudades, que van de la mano de los cambios normativos para recuperar las ciudades sin afectar los recursos medio ambientales. A partir de mediados del siglo pasado se inició el nuevo concepto de urbanismo sostenible, que hasta entonces se había caracterizado por un crecimiento urbanístico desordenado, tanto en sentido vertical como horizontal, con urbanizaciones dispersas que resultaban demasiados costosas, tanto para las instituciones públicas como para los habitantes, porque "suponía costos muy altos para realizar grandes desplazamientos para compras, ir a centros educativos o de salud". Así lo explicó Tomás Quintana López, director del curso Hacia un modelo de urbanismo ambiental y socialmente sostenible.

El profesor de Derecho de la Universidad destacó ayer el "tránsito desde un urbanismo en el que se ponían todas las energías al desarrollo económico" a un modelo de ciudad "lineal que tiende a la concentración en torno a las ciudades". El experto destacó que "desde los años 50 el crecimiento urbanístico ha sido expansionista, descontrolado, poco racional y tendente a la dispersión", algo que, a su juicio, "se ha acusado en los últimos tiempos con la crisis en una tendencia urbanística horizontal".

Ello ha supuesto "un mayor gasto para las administraciones públicas al tener que prestar servicios en núcleos dispersos", además de constituir "una incomodidad para los propios moradores, que se ven obligados a desplazarse para acudir al trabajo, al colegio o simplemente con fines lúdicos", aseguró. En términos de medio ambiente, incurre en "un impacto ambiental, pues hay mucho consumo de infraestructuras y de vehículos para satisfacer necesidades".

A su juicio, el impacto de la crisis económica y un cambio ideológico ha generado un modelo que tiende a concentrar la ciudad, prescindir de periferias y poner los esfuerzos en la regeneración de núcleos urbanos". De esta manera, "asistimos a un cambio normativo que favorece el cambio urbanístico", aunque advierte "que sólo el tiempo dirá si es adecuado para cumplir la sostenibilidad ambiental". No obstante, "la pretensión es que no sea sólo ambiental" sino también "social, para integrar la colectividad en torno a la ciudad" y que así "las personas tengan acceso a la vivienda y a los servicios en mejores condiciones". En su opinión, "ahora asistimos a una vuelta a la ciudad clásica mediterránea concentrada".

Además de la acción de la justicia, Quintana López también subrayó la "vertiente pedagógica del curso" analizando "lo que está escrito en las normas para trasladarlo y enseñarlo a las personas y que vean lo que se permite hacer y lo que no en materia urbanística". Por último, señaló el "amplio perfil de los asistentes al curso", entre los que destacan estudiantes de Derecho de diversas procedencias como Colombia, Andalucía o el resto de España.

La normativa actual está poniendo límite al crecimiento urbanístico desordenado, bajo la tendencia regresiva de los municipios hacia un urbanismo sostenible, y en este contexto el profesor Dionisio Fernández de Gatta Sánchez, docente del curso, abordó la legislación nacional, así como las normas concretas de las administraciones locales que enfocan el urbanismo sostenible, entre ellas la Ley del suelo del año 2007 y 2008, así como la Ley de las "tres erres", que da importancia a la rehabilitación, regeneración y renovación, en barrios y ciudades, considerando elementos importantes relacionados al contexto medio ambiental; cómo son la energía o la movilidad.

Este curso permite a los alumnos tener una visión más cercana sobre los procesos de cambio de modelo en el terreno, y concretamente en la provincia de Huelva.

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