El VIH sigue latente en Huelva con casi 40 nuevos casos en 2023
El hospital Infanta Elena implementa desde hace semanas un ambicioso programa de cribado en Urgencias para mejorar la calidad de vida del paciente y evitar la propagación del virus de inmunodeficiencia humana
El especialista Carlos Armada pone de manifiesto los protocolos empleados para el diagnóstico, el avance en los tratamientos y el seguimiento estrecho para favorecer la adherencia a los mismos
Premio honorífico a nivel andaluz para la especialista del hospital Juan Ramón Jiménez, Dolores Merino, por su compromiso con el VIH en Huelva desde los años 80
Huelva/El planeta tiene tarea pendiente para terminar de atajar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Prueba de ello es que el 18% de los pacientes afectados en nuestro país no saben que lo padecen y, por consiguiente, ni reciben el tratamiento necesario ni mantienen las medidas adecuadas para evitar el contagio a otras personas. Solo en Huelva un total de 37 personas fueron diagnosticadas en el último año, de acuerdo a los datos de la Consejería de Salud y Consumo remitidos a este diario, que evidencian que el virus sigue latente y sin estar controlado; de ahí la importancia de un enfoque integral en el abordaje del VIH, de manera que convivan la correcta prevención, protocolos actualizados y personalizados para el diagnóstico, seguimientos estrechos, los tratamientos innovadores y el esfuerzo de la sociedad por desestigmatizar la enfermedad.
Controlar el VIH es objetivo de todos y, por ello, el hospital Infanta Elena de Huelva se implica con una nueva estrategia de cribado en el servicio de Urgencias por sospecha de VIH oculto, "baza fundamental para mejorar las tasas de diagnóstico" porque cabe destacar que, "con cada paciente diagnosticado, se evita que entre dos y cuatro personas más puedan contagiarse", advierten desde el centro hospitalario. Así, desde hace varias semanas, el hospital onubense tiene en funcionamiento un programa de cribado que, con el consentimiento expreso del paciente, ha permitido realizar más de una treintena de pruebas de detección y diagnosticar a un nuevo paciente. La meta del diagnóstico precoz no es otra que mejorar el pronóstico y calidad de vida de la persona, así como también la repercusión que tiene un contagio en el ámbito de la salud pública por la propagación del virus.
El protocolo sugiere la realización del cribado en aquellos pacientes con determinadas situaciones clínicas. Son sospechosas aquellas personas que acuden a las Urgencias por "infecciones de transmisión sexual, por un contacto de riesgo, neumonía adquirida en la comunidad o síndrome mononucleósico, además de por otros motivos que despierten sospechas", como la práctica del chemsex -consumo de drogas para intensificar la actividad sexual-, según explica a este diario el especialista del hospital Infanta Elena, Carlos Armada.
El procedimiento, elaborado por profesionales con amplia experiencia en este tipo de asistencia, recoge las indicaciones sobre el tipo de pruebas a solicitar en estos pacientes, el proceso de derivación y las herramientas necesarias para ayudar a los médicos de urgencias en la toma de decisiones, con el fin de evitar la pérdida de pacientes potencialmente susceptibles de tener una infección por VIH. Igualmente, el protocolo exige que la implicación en el mismo vaya más allá del área de Urgencias, pues otros servicios como el laboratorio de Análisis Clínico, la Unidad de Enfermedades Infecciosas o la Farmacia Hospitalaria trabajan también conjuntamente para dar una respuesta coordinada.
Sobre los grupos de riesgo, Armada pone de manifiesto que el perfil más común de pacientes diagnosticados corresponde a hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, con edades comprendidas entre los 25 y los 40 años. Por contra, en los inicios de la epidemia el perfil predominante estaba más asociado al consumo de drogas inyectables.
Además del perfil, también ha cambiado la percepción social. Pese a que la preocupación es evidente, el miedo al contagio ha disminuido como consecuencia de la reducción de la mortalidad asociada al virus y de los avances en el tratamiento, lo que redunda también en un aumento de las infecciones de transmisión sexual. Por tanto, el hospital Infanta Elena llama a la concienciación ciudadana para evitar las prácticas sexuales sin protección y con parejas serológicamente desconocidas, el principal factor de transmisión.
El impacto emocional tras el positivo
Tras la alta sospecha clínica del facultativo y las pruebas específicas -el VIH no se detecta mediante análisis rutinarios-, los análisis pueden arrojar un resultado positivo -a las 48 horas como máximo-. En caso de ser así, "el paciente es citado rápidamente para iniciar el tratamiento", mientras que también se someten a las pruebas serológicas las parejas, que deben ser evaluadas. En este sentido, cabe indicar que el diagnóstico no tiene por qué iniciarse únicamente en Urgencias, pues también puede ser en centros de salud o con derivaciones directas del laboratorio, donde se realizan alrededor de 3.100 pruebas anuales, de las que casi un millar se destinan al seguimiento de los pacientes afectados.
Una vez se da positivo, se convoca al paciente a una consulta especializada con celeridad y, de este modo, el intervalo entre la detección y el inicio del tratamiento es corto, lo que mejora el pronóstico. "Hay un impacto emocional cuando se les comunica la noticia, pese a que algunos pacientes ya anticipan el resultado porque admiten sus conductas de riesgo", expone el especialista, quien añade que "hay otros que reciben la noticia con sorpresa, lo que genera miedo y ansiedad". Es el momento de tranquilizar porque, como explica Carlos Armada, "el VIH, aunque es crónico, no afecta a la calidad de vida si se sigue un tratamiento adecuado y, además, el virus no implica los mismos riesgos que hace dos o tres décadas". Una conversación cercana y amable entre médico y paciente despeja las dudas sobre el riesgo de contagios, las opciones terapéuticas y el tratamiento.
Un camino en el que hay que estar vigilante
El especialista Carlos Armada insiste en que el éxito del tratamiento depende en gran medida de la adherencia, "por lo que el equipo médico y de enfermería, incluido personal auxiliar, realiza un control exhaustivo para garantizar que los pacientes asistan a sus citas y mantengan el tratamiento". "Estamos vigilantes en todo momento por si olvidan algo", resume.
El seguimiento es estrecho tanto para garantizar que asisten a las citas médicas como a la recogida del tratamiento. "Ante una falta, se reprograma la consulta en el primer hueco disponible; y si no recogen la medicación, la farmacia hospitalaria -la que la dispensa- nos informa". A su vez, prosigue Armada, "todos los pacientes con VIH deben realizarse al menos una vez al año un cribado de infecciones de transmisión sexual", al tiempo que añade que "trabajamos también con las ONG que asisten a inmigrantes y personas vulnerables para programas de cribado". Ejemplo de estas últimas son Cruz Roja, Mujeres en Zona de Conflicto, Huelva Acoge, Accem y Fundación Cepaim.
Armada pone en valor el avance en los tratamientos, en tanto que la mayoría de pacientes lo que toma es un único comprimido diario, prácticamente exento de efectos secundarios. A su vez, otra opción pasa por un tratamiento intramuscular consistente en inyecciones bimensuales, una eficaz respuesta porque alivia la carga emocional que a algunos pacientes le implican los recordatorios diarios de comprimidos. Aun así, deben cumplirse ciertos requisitos para optar a la referida terapia.
Tales tratamientos redundan en un mejor pronóstico y una mejor calidad de vida, pero también en beneficios psicológicos. Véase el caso de las inyecciones bimensuales, que despreocupan al paciente del día a día, les evitan tomar medicamentos en público -lo que favorece su privacidad-, y mejora la adherencia, reduciéndose el abandono al mismo.
Del mismo modo, el facultativo de la Unidad de Enfermedades Infecciosas también pone de manifiesto el mayor uso de la profilaxis pre-exposición (PrEP), "un medicamento diario que impide que el virus cause infección", teniendo el mismo una demanda "creciente" en los últimos tiempos.
Compromiso con el VIH desde tiempo atrás
La nueva iniciativa en Urgencias se enmarca en el programa de atención al paciente con VIH con la que cuenta el Hospital Infanta Elena desde hace años y que presenta una larga trayectoria en la búsqueda activa, atención y seguimiento de los pacientes con VIH. Precisamente por ello, su Unidad de Enfermedades Infecciosas ha recibido varios premios por parte de la Junta de Andalucía y del Ministerio del Interior, que han tenido en cuenta la preocupación de los especialistas por controlar todos los pasos del proceso de atención al paciente, avanzando no solo en la detección precoz, sino también en la imprescindible adherencia del paciente al tratamiento y el seguimiento por parte del equipo médico, capaz de adaptar la medicación a la carga viral que el paciente vaya presentando en cada momento.
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