El rol del menor ante la violencia: víctima, agresor, protector o pasota
Carmen Serrano asegura que "nunca el hijo de una maltratada se queda sin consecuencias"
La respuesta de los niños que viven a diario en el infierno de la violencia machista tiene cuatro vertientes bien diferenciadas. Así lo indicó a este diario la jefa de la Unidad contra la Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno en Huelva, Carmen Serrano, que especificó que los roles que adquieren son los de la víctima, el del agresor, el de protector de la madre o el del que se desentiende de todo. Eso sí, "nunca, nunca un hijo de una mujer víctima de maltrato se queda sin ningún tipo de consecuencia", aclaró.
En el primero de los casos, el menor puede identificarse con su madre. Entonces estamos ante "una futura víctima de malos tratos, porque va a entender que hay que callar y someterse en cualquier relación personal", indicó Serrano. Este papel suelen asumirlo las hijas, porque su madre suele ser el espejo en el que se miran.
Por regla general, el segundo supuesto corresponde a los varones, que se identifican con el agresor porque entienden que "es quien tiene el poder". De ser así, es más que probable que acaben repitiendo el modelo de conducta de su progenitor.
En tercer lugar se sitúa el papel del protector. El niño reacciona ante la violencia defendiendo a su madre de los golpes en el cuerpo y en el alma y, por ende, "en ese mismo momento de convierte en víctima también".
Serrano indicó que hay niños muy pequeños que se interponen entre su mamá y su papá para tratar de evitar que él le pegue a ella. Sus heridas psicológicas son tan profundas que "van a ser víctimas para toda la vida". La titular de la Unidad contra la Violencia sobre la Mujer en Huelva recordó el caso de una chica que le contó cómo entendía que debía seguir defendiendo a su madre pese a que su agresor ya había fallecido.
El cuarto de los roles asumidos por los hijos de las víctimas es el del menor que se desentiende de todo, "que no se identifica con ninguno ni defiende a ninguno de los padres". Carmen Serrano observó que este niño "va a tener verdaderas dificultades en su vida para establecer relaciones sanas de pareja, porque aplicará su pasotismo a todo (trabajo, relaciones con amigos...) y será una persona solitaria, un poco asocial". Van a entender, pues, que la mejor forma de sobrevivir es "no tomar partido ni por uno ni por otro y esto lo llevará a cabo hasta el fin". La psicóloga de Amuvi Rocío Romero agregó a esta apreciación que en este caso se trata de niños "que se encierran en sí mismos y que suelen tener mucha vinculación con el padre".
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