La Virgen de la Cinta ilumina el corazón de Huelva al son de Campanilleros

Una bajada por el Conquero con el sol asomando entre las casas aledañas de la capital, una homenaje a los mayores de Huelva y una entrada a la Catedral que se anticipó casi una hora

La Virgen de la Cinta se despide de los onubenses entrando en La Merced

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Bajada de la Virgen de la Cinta. / Josué Correa

Huelva/Seis de la mañana en el Santuario de la Cinta. La brisa típica de las últimas horas de la noche del domingo, de la que aún quedan los resquicios, obliga a los onubenses que esperan en la Plaza de los Capellanes a abrocharse su ligera y veraniega blusa. A escasos minutos de que la Virgen de la Cinta comience a recorrer el camino hasta el corazón de la ciudad, se respira devoción desde dentro de las blancas paredes del Santuario, que acoge la Misa del Alba preparatoria de la tradicional bajada de la Virgen hasta la Catedral de la Merced.

La oración finaliza y cierto bullicio predice que la madrugada grande de Huelva va a dar comienzo. Con tacto, es portada desde el altar por el Hermano Mayor -Esteban Brito- y el Teniente de Hermano Mayor -Antonio Colchero- hasta las manos del rector del Santuario, Andrés Vázquez, para que la llevara hasta el paso, rodeada de flores y de velas que alumbran el entorno. Desde abajo, los más de 50 Campanilleros que la acompañan en una tradición anual afinan sus instrumentos y acarrean carpetas con su variado y sonoro repertorio. Es a las 6:48 cuando comienza el repique de campanas, que durante más de diez minutos acompañan a la Patrona de Huelva hasta la puerta del Templo, ante las miradas del centenar de onubenses y únicamente alumbrada aún por la tímida luz de sus cirios.

Virgen de la Cinta, tras la Misa del Alba. / Josué Correa

Cinco minutos antes de las 7:00, la Virgen sale definitivamente, girándose hacia el Convento de las Hermanas Oblatas, cuyas campanas se entremezclan con las del Santuario. Toda Huelva le da la bienvenida a la Virgen que ya ha comenzado oficialmente su recorrido por las calles de la ciudad.

La Virgen de la Cinta, en el entorno del Santuario de madrugada. / Josué Correa

Se observa algo de luz entre las aledañas casitas blancas y la arboleda del Conquero. Dan las 7:22 cuando inicia su bajada, arropada por la muchedumbre entre la que sorprende este año un público especialmente joven. Ejemplo es el quinceañero José Antonio Vargas, que acompaña junto a un grupo de amigos a la Virgen desde lo más cerca que pueden y sin perderse un solo detalle. "Cada año se ve más gente y eso es algo que me hace muy feliz. Significa que la afición se mantiene y que cada año gusta más. ¡Las seis y media de la mañana y la de gente que había es digno de recordar!", cuenta el joven, emocionado, a Huelva Información. Rememora el recorrido que realizaba junto a su familia desde que tiene uso de razón, contando que "a las siete estabamos acompañando a la Virgen cada año y aquí seguimos".

Amanece en el Conquero, durante la bajada de la Virgen de la Cinta. / Josué Correa

Amanecía definitivamente antes de las 8:00, cuando la imagen se ilumina por completo por los primeros rayos de sol de la mañana, mientras que los Campanilleros continúan con sus sonoras coplillas. Ángel, uno de los miembros, afirma que "es una auténtica alegría retomar el recorrido tradicional de la Virgen, que el año pasado cambió debido a las obras. Las vistas y la luz que tiene el Conquero no las da ningún otro lugar". Aunque madrugan más que la mayoría de los que allí se encuentran, no hay ningún atisbo de cansancio entre los músicos, que "lo viven cada año con más ilusión que el anterior".

Desde el punto más alto de Huelva, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Cinta, Esteban Brito, observa con solemnidad a la Virgen. "Todo es bonito en la Cinta", reflexiona. Lo vive "feliz y -bromea- con fresquito", satisfecho ante el trabajo de preparación por parte de la mayordomía de la Hermandad que ha visto sus frutos durante este último domingo de agosto. "Llevan más de un mes preparando recorrido, preparando flores, paso y limpiando plata, además de muchas otras gestiones. Es un mundo", cuenta a este periódico. El capataz José Ramón Romero también alaba "recuperar el recorrido, que es único y que provoca mucho sentimiento".

Bajada de la Virgen de la Cinta con los primeros rayos de sol de fondo. / Josué Correa

La bajada se detiene -8:30- a la altura de la residencia de ancianos de Huelva y la Virgen mira hacia sus puertas. La alcaldesa de la capital, Pilar Miranda, destaca el momento como uno de los más bonitos del día. "Veo que hay mucha más gente que el año pasado", valora. "Mucha gente de todas las edades, lo cual es buena señal porque significa que seguimos con nuestras tradiciones y con la fe a la Hermandad de la Patrona". Sobre su llegada a la Plaza de la Merced, se muestra expectante ante la estampa de la Virgen entrando en el renovado espacio. "Está inaugurada, pero no estará terminada hasta que la Virgen no la bendiga", añade. David Toscano, Presidente de la Diputación Provincial de Huelva, habla de un conjunto de elementos el que convierte el traslado de la Cinta en "algo muy valioso para los onubenses": "es llegar al sitio de siempre de una manera diferente, donde todo se va mejorando".

Asoman los abanicos y las camisas se remangan. Diez minutos antes de las 9:00 la Virgen de la Cinta cruza las puertas del Obispado, desde el que aguardan sus fieles acompañantes, con el obispo Mons. Santiago Gómez Sierra como uno de los protagonistas del momento. Ante las miradas, entrega un ramo a la Virgen junto al centenar de onubenses que se unen en un rezo conjunto.

"Es una mañana muy hermosa en Huelva. Este momento, cuando la Virgen pasa por el Obispado, por la casa de la Iglesia y la casa de todos es muy emotivo. Yo he pedido a la Virgen por toda la ciudad, por Huelva. Hoy, cuando tantas personas miran a esta imagen de la Virgen Chiquita, pues ella que reza desde el cielo y que siempre está cercana y nos escucha, que nos ayude en la vida cotidiana", añade.

Instituciones y personalidades de Huelva esperando a la Patrona en el Obispado. / Josué Correa

Dejando ya atrás el edificio, continúa la bajada hasta el final de la Avenida Manuel Siurot, entre oraciones al unísono que cesan y vuelven a escucharse las canciones de los Campanilleros, acompañados siempre por sus medallas y guitarras. Algunos pies -los que menos y en su mayoría de veteranos- andan descalzos por el asfalto. Hay carritos de bebés, parejas y familias al completo que observan pasando el ecuador del itinerario a la Virgen dejar atrás el emblemático Instituto de la Rábida.

Con casi una hora de antelación con respecto a lo previsto la Virgen asoma ya por los alrededores de la Plaza de la Merced, que concentra a multitud de personas como "hacía años no ocurría".

Ciudadanía esperando a la Virgen de la Cinta en la Plaza de la Merced. / Josué Correa

Todos los ojos puestos en la Catedral y escaleras en las que "no cabe un alfiler" esperan con fervor la entrada de la Patrona en el corazón de la capital, la Merced. Calor intenso y rayos de sol apuntan hacia la plaza y la imagen, que al son de los Campanilleros fija la mirada en la gente durante unos instantes y Huelva la mira a ella.

La Virgen de la Cinta entrando en la Catedral de la Merced. / Josué Correa

Era a las 10:30 cuando la Virgen de la Cinta efectuaba su entrada en la Santa Iglesia Catedral de la Merced, donde volvía a las manos del Hermano Mayor y el Teniente Hermano Mayor, que la llevaban hasta el altar donde presidirá los cultos de la novena, que comenzará este mismo martes y que ha abierto con una bajada de la Patrona para el recuerdo.

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