¿Tu web vende o es una venda?

Acabas de salir del hotel donde minutos antes te has registrado. El estómago te cruje. Te recuerda que desde que has salido esta mañana no has recargado el depósito. Caminas de un lado para otro. Nadie espera el autobús. Vas de una calle a otra. Esta parece más animada. Estas perdido en una nueva ciudad. Tu estómago está rugiendo cada vez más fuerte. Abres los ojos más y más. Ese es el local, Nuestro Bar. Entras y te pones las botas. ¡Hoy se cena!

Así es como termina una transacción comercial de la forma tradicional. Alguien ofrece algo y otra persona acepta abonar lo que pide por ese algo.

Pero la cuestión tiene más miga aún. ¿Por qué has elegido Nuestro Bar? Al lado hay otro con el cartel luminoso en la puerta que llama más la atención. ¿Te has fijado en la publicidad de la parada de bus que había unos metros antes?

Una serie de elementos han hecho que te definas por esa opción: la publicidad de la parada del bus con esa ensaladilla rusa tan jugosa como la del domingo, y debajo el logo de Nuestro Bar; el bar de las luces llamativas esté vacío y Nuestro Bar tenga algunas mesas con comensales sonrientes, el color del cartel, más elegante y refinado y por supuesto la sonrisa del camarero que viste a través de la cristalera…

Pues esto a lo que estamos tan acostumbrado también ocurre en el mundo digital. Al igual que acudiste a ese bar porque hizo publicidad y tenían un aspecto que te transmitió confianza, también ocurre lo mismo con las webs que venden, que dan confianza, mientras que hay otras que no. Por lo que podemos clasificar las webs de dos tipos, las que venden y las que no.

Hay webs que son como vendas, tratan de cubrir la herida que hace lo digital en el mundo físico. ¡Hay que estar en lo digital! Sí, pero no a cualquier precio. Hay otras webs que nacieron para el conectar el mundo físico del negocio, con el mundo real del cliente. Que incluso en ocasiones ambos mundos están separado por decenas o miles de kilómetros.

La web de un negocio es el escaparate del mundo digital donde cualquiera puede entrar. Es como un local digital. Por ello, es importante que el visitante de la web se sienta cómodo en ella y deposite la confianza. Y así, en esta o una posterior visita, acabe comprando el producto o servicio que se ofrece.

Al igual que no montaría un negocio en una calle por la que no pasa nadie, sí montaría una web que nadie conociese. Porque para eso están las estrategias de marketing, para atraer clientes a nuestra web. Podemos llenar el camino de señales que apuntes a nuestra web: campañas de publicidad en redes sociales o enlaces y contenidos en webs de terceros, entre otras estrategias. Y seguramente te preguntarás, ¿ya están en la web y ahora qué? Puedes empezar por hacer visibles estos tres puntos:

El visitante debe sentirse identificado con el contenido, que perciba que sabes claramente cuál es su necesidad. Por ejemplo, exponiendo los detalles de un caso real o mostrando directamente el producto cubriendo una necesidad que pueda tener el futuro cliente.

Una vez que el visitante comprende que podemos ayudarle con lo que quiere, debemos demostrar que tenemos autoridad por ejemplo con reseñas de clientes, preferiblemente de plataformas de terceros. O valoraciones de nuestro producto.

Y, por último, mostrarle cómo podemos ayudarle, ofrecerle la compra de nuestro producto o servicio.

Este podría ser un resumen muy simplificado de cómo una web puede ayudarte a convertir más en tu negocio y presentarse como el pilar fundamental de la página web. Esto junto a otras estrategias más relacionadas con el neuromarketing y cuestiones más técnicas de la construcción de una web pueden ayudarte con tu escaparate digital.