Frío y lluvia en 2025: ¿jaque al cambio climático?
Tribuna
Por qué volverán las sequías y las altas temperaturas a pesar del inicio de año

El primer trimestre de 2025 nos ha dejado desconcertados con tantas lluvias y una constante sensación de frío que nos ha hecho ponernos el chaquetón hasta estando ya metidos en la primavera astronómica, que empezó el pasado 20 de marzo. Hasta el año pasado tuvimos unas temperaturas que incluso nos hicieron sacar las mangas cortas alguna que otra vez en enero. Por entonces, poca gente se atrevería a evidenciar la existencia del calentamiento global.
Pero este arranque de año parece poner en duda la existencia de ese cambio climático amenazante del que nos venían hablando… ¿Seguirá existiendo aún? ¿Se equivocaba la ciencia y ha caducado ya este fenómeno? Adentrémonos en el tema y veamos si hay alguna solución.
El cambio climático siempre ha existido
Mucho negacionista suelto afirma que el clima siembre ha cambiado, que lo dice la ciencia. Y es cierto. El clima cambia globalmente alternando entre glaciaciones (eras de entre 70 mil y 100 mil años con bajas temperaturas) e interglaciares (eras de bonanza climática de entre 10 mil y 30 mil años). Pero quedarse solo con este dato es faltar a la verdad, ya que hay un detalle importante que pasan por alto (deliberadamente).
En un interglaciar como el que estamos viviendo ahora, la temperatura global solía variar ±1º C. Lástima que, en 2024, hayamos incrementado la temperatura del planeta en 1.55º C y que este dato desmienta que el cambio climático actual sea «rutinario», porque incluso supera el límite de 1.5º C fijado en el Acuerdo de París para 2030.
El CO2 que producimos en nuestra actividad diaria almacena la temperatura en el planeta. Es decir, a más emisiones de CO2, mayor temperatura. Esto trae consecuencias en forma de fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y potentes, como la DANA del pasado mes de octubre.
Y es que los niveles de CO2 ya han subido un 151 % desde el comienzo de la revolución industrial, en 1750. No solo son unos niveles de CO2 estratosféricos (permítanme el juego de palabras), sino que, además, la velocidad de incremento de este gas de efecto invernadero es bestial.
Para hacernos una idea, el homo sapiens, apareció en nuestro planeta hace unos 300.000 años. Bien, pues ahora tenemos los niveles de CO2 más altos de los últimos 800.000 años. Literalmente nuestra especie jamás se ha enfrentado a estos niveles de CO2.
Además, el resto de especies no se adaptan a este incremento brusco de la temperatura, ya que los cambios adaptativos al medio pueden tardar millones de años. Estamos produciendo la sexta extinción en masa, y es hasta mil veces más rápida que la que produjo el meteorito que acabó con los dinosaurios. Y, sin las otras especies, la humanidad está acabada.
Lo bueno es que podemos cambiar este guion.
La película del cambio climático
El tiempo meteorológico y el clima están siempre presentes en nuestra vida, pero no solemos captar la diferencia. El tiempo meteorológico es puntual y puede variar mucho en el tiempo (cronológico) y en el espacio. Es un fotograma: un momento puntual dentro de la película. La película es el clima.
El clima se divide en grandes regiones (climáticas) y marca patrón del tiempo meteorológico que se espera durante las estaciones. Además, el clima es un sistema global interconectado con el resto de los elementos del planeta. Por lo que, prácticamente cualquier acción que imaginemos, podría tener un impacto en el clima.
Sin embargo, la película está cambiando y, por tanto, los fotogramas que están por venir. Si vemos la inercia de la película del cambio climático, el guion nos dice que la temperatura va a seguir subiendo y que volverá la sequía. Más aun en España que, por su situación geográfica, será una de las zonas de la UE más castigadas por el cambio climático.
Creer que no hay cambio climático tras las lluvias de marzo sería como fijarse en un fotograma en el que vemos a una persona reír y pensamos que es una comedia cuando en realidad es un psicópata antes de cometer un crimen en una película de terror.
No importa que nuestros embalses se estén recuperando tras las persistentes lluvias o que empezara la primavera y siguiéramos con el chaquetón puesto. Es solo un conjunto de fotogramas, una breve escena.
De hecho, las temperaturas de este invierno meteorológico (del 1 de diciembre al 28 de febrero) en España han sido 1.1º C superiores a la media. La AEMET ya predijo que este invierno meteorológico iba a ser más cálido y seco; y fue una predicción muy acertada teniendo en cuenta que las lluvias continuas empezaron a llegar partir del 1 de marzo, que es cuando empieza la primavera meteorológica.
Entonces, tenemos que dejarnos de películas si queremos que esto acabe bien.
Evitar el peor de los finales
Aunque todo el planeta parase su actividad ahora mismo, la inercia del CO2 seguiría siendo acumular temperatura durante varias décadas. Por tanto, volveremos a ver inundaciones destructivas, cortes en el suministro del agua por sequía y muertes que se seguirán contando por miles debido al calor en España. A menos que se tomen medidas, claro está.
Es por ello que las políticas deben orientarse hacia la mitigación del cambio climático. Las consecuencias de no actuar salen muy caras para la economía y para la salud. Es decir, para nuestro estilo de vida. Pero también deben orientarse a la adaptación al cambio climático, ya que, como vemos, está aquí para quedarse.
La ciudadanía ya está bien concienciada. Un reciente estudio de Fundación AXA dice que 8 de cada 10 españoles creen que hay que tomar medidas urgentes frente al cambio climático. Ahora solo falta actuar en consecuencia porque, si no, las políticas no responderán a estas necesidades tan urgentes. Cada acción en nuestro día a día es un voto para que capten el mensaje y tomen cartas en el asunto.
Lo bueno es que aún estamos a tiempo de evitar que esta película de suspense acabe convirtiéndose en una de terror.
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