La asombrosa recuperación del lobo en Europa

Un estudio demuestra que las poblaciones de lobos aumentaron casi un 60% en una década y superaron los 21.500 ejemplares en 2022

Un ejemplar de lobo en un risco de Sierra Morena. / Rafael Arenas y Fran Contreras.
Ramiro Navarro

19 de marzo 2025 - 11:43

En un contexto donde muchas especies están en declive, el lobo europeo (Canis lupus) ha logrado una recuperación notable. Según un estudio reciente publicado en PLOS Sustainability and Transformation, la población de lobos en Europa ha superado los 21.500 individuos en 2022, lo que representa un aumento del 58% en la última década. Este fenómeno es considerado un éxito de la conservación en una región altamente humanizada, donde los conflictos entre la fauna y las actividades humanas son constantes.

A pesar de las altas densidades de población humana y la extensiva transformación del territorio por la agricultura y la urbanización, los lobos han demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación. "La recuperación del lobo en Europa es un claro ejemplo de que la coexistencia con grandes depredadores es posible en paisajes dominados por el ser humano", explican los autores del estudio.

El regreso de los lobos tiene impactos tanto positivos como negativos. Cada año, estos depredadores matan aproximadamente 56.000 animales domésticos en la UE, lo que genera compensaciones económicas de 17 millones de euros anuales. No obstante, su presencia también puede generar beneficios ecológicos y económicos, como la reducción de accidentes de tráfico provocados por ungulados y la promoción del turismo de naturaleza.

Un marco legal de protección

El Convenio de Berna y la Directiva de Hábitats de la UE han sido claves en la recuperación del lobo, otorgando protección legal a la especie. Sin embargo, la gestión de la población de lobos sigue siendo motivo de debate político y social, con posiciones encontradas entre conservacionistas, agricultores y cazadores.

Según el estudio, la coexistencia con los lobos requiere estrategias de prevención de ataques al ganado, como el uso de vallas eléctricas y perros guardianes. Además, el monitoreo de las poblaciones es fundamental para mantener un equilibrio entre la conservación de la especie y la mitigación de los conflictos con las comunidades locales.

El lobo ha demostrado su resiliencia y su capacidad para prosperar en el siglo XXI. La clave ahora es encontrar soluciones equitativas que permitan su conservación sin comprometer los intereses de quienes comparten el territorio con este emblemático depredador.

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