Avanza el proyecto para la reintroducción de la lechuza común en la Sierra de Ronda
Alpandeire lidera la recuperación de la especie, tras dos décadas de ausencia, esencial para mantener el equilibrio ecológico local

El municipio de Alpandeire, situado en la Serranía de Ronda, Málaga, progresa notablemente en su esfuerzo por reintroducir la lechuza común (Tyto alba), desaparecida hace más de veinte años de la zona. Desde el inicio del proyecto hace aproximadamente un año, ya se han liberado siete ejemplares con éxito, mientras que un octavo ejemplar, bautizado como 'Nube', ha comenzado recientemente a volar y cazar por sí mismo, aunque todavía recibe apoyo alimentario de sus cuidadores.
Próximamente, se espera la incorporación de cuatro nuevos polluelos criados en el Centro de Educación Ambiental 'La Dehesa' de Málaga. Además, en el Centro de Educación Ambiental 'Los Miradores' en El Viso del Alcor (Sevilla), cuatro parejas de lechuzas están incubando cerca de veinte huevos, cuyos polluelos también serán trasladados próximamente al entorno natural de Alpandeire y el Valle del Genal.
La iniciativa utiliza la técnica del 'hacking', que consiste en situar a los polluelos en nidos artificiales cuando aún no pueden volar, pero sí termorregular y alimentarse de forma independiente. Los cuidadores proporcionan alimento de manera discreta para evitar la interacción humana directa, logrando que los animales se acostumbren al entorno natural y aprendan gradualmente a cazar por sí mismos.
El proyecto, liderado por la asociación RASTREA, el Grupo Micológico Havaral y GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat), cuenta colaboración de expertos en cetrería, el Ayuntamiento de Alpandeire, Alonso Sánchez y MB Decoración. Se contempla además la creación de un criadero permanente en Alpandeire que permita enviar ejemplares a diferentes puntos de Andalucía, fortaleciendo otras campañas similares en la región.
Un eficaz controlador biológico
La lechuza común es una rapaz nocturna mediana que mide entre 33 y 35 cm de longitud, con una envergadura alar de 80 a 95 cm y un peso promedio de 350 gramos. Es un eficaz controlador biológico, que se alimenta principalmente de pequeños roedores, insectos, aves pequeñas y, en menor medida, de anfibios y reptiles. Su regreso no solo beneficia a la biodiversidad local, sino que también contribuye al control natural de plagas y reduce la dependencia del uso de raticidas.
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