La gestión forestal adaptativa en España es vital para afrontar cambios climáticos globales
Incendios, sequías y plagas están alterando la composición y estructura de los bosques de coníferas en la Sierra de las Nieves, Sierra Nevada o el Teide
Un reciente estudio, liderado por Rafael Navarro-Cerrillo, del Departamento de Ingeniería Forestal, Laboratorio de Dendrocronología, Silvicultura y Cambio Global de la Universidad de Córdoba; y Antonio Jesús Ariza-Salamanca, del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía (IISTA); expone los riesgos climáticos que afectan a los bosques de tres áreas protegidas en España: los parques nacionales del Teide, Sierra Nevada y Sierra de las Nieves. La investigación evalúa cómo el cambio climático y distintos enfoques de gestión forestal pueden modificar la capacidad de adaptación de estos ecosistemas montañosos, cruciales para la conservación de la biodiversidad y la captura de carbono.
El análisis, publicado en Forest Ecology and Management, destaca cómo la frecuencia y severidad de perturbaciones como incendios forestales, sequías y plagas forestales, impulsadas por el cambio climático, están alterando la composición y estructura de los bosques de coníferas en estas zonas. Este fenómeno no solo representa una amenaza para los servicios ecosistémicos que proporcionan estos bosques, sino que también podría transformar áreas que hoy actúan como sumideros de carbono en fuentes de emisiones.
Evaluación de riesgos y gestión forestal adaptativa
Utilizando datos de inventarios forestales, proyecciones climáticas y modelos de riesgos, los investigadores analizaron el impacto de tres enfoques de gestión forestal: baja intervención, silvicultura tradicional y reducción de vulnerabilidad climática. Los resultados muestran que una mayor intervención en la gestión forestal puede disminuir los riesgos asociados con incendios y otros disturbios climáticos, preservando los servicios ecosistémicos como la captura de carbono. Sin embargo, en escenarios climáticos más extremos, el riesgo aumenta significativamente en todas las áreas protegidas evaluadas.
La metodología empleada permitió calcular una puntuación global de riesgo considerando factores como la magnitud del peligro (índice de aridez y riesgo de incendios), la susceptibilidad del bosque y la capacidad de adaptación. Los resultados revelan que las zonas de amortiguación (parques naturales) alrededor de los parques nacionales son las más vulnerables, especialmente donde hay una mayor presencia de plantaciones de coníferas.
Implicaciones para la conservación y políticas climáticas
Este estudio subraya la urgencia de implementar estrategias de gestión forestal adaptativa en áreas protegidas, no solo para reducir riesgos de disturbios, sino también para fortalecer el papel de estos ecosistemas como soluciones naturales frente al cambio climático. La cuantificación espacial de los riesgos puede informar políticas climáticas y mejorar la resiliencia de los parques nacionales de España y otros países.
En un contexto de aumento de las perturbaciones climáticas, los expertos sugieren la incorporación de "reservas de amortiguación" y mecanismos de adaptación en los programas de conservación, como parte de los protocolos para mitigar el cambio climático. La investigación representa un paso crucial para una evaluación más completa de los riesgos en áreas protegidas y el diseño de estrategias de gestión que garanticen la conservación a largo plazo de estos valiosos ecosistemas.
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