Noruega, decidida a defender su sociedad abierta
Tanto el primer ministro como otros líderes del país insisten en su compromiso para trabajar en el mantenimiento de los valores de la sociedad noruega.
Son seis dígitos, 22.07.11, aparecen en la primera plana del diario Aftenposten y marcan que Noruega se unió al grupo de países golpeados por grandes ataques terroristas. Al menos 92 personas murieron, lo que convierte los ataques del viernes en el peor acto de violencia en el país desde la Segunda Guerra Mundial.
El primer ministro, Jens Stoltenberg, prometió junto con otros líderes políticos defender la tradición del país como sociedad abierta. Stoltenberg señaló su compromiso para trabajar en el mantenimiento de los valores centrales de la sociedad noruega, destacando que el país es "una sociedad en la que tenemos una relación muy estrecha entre los políticos y el pueblo".
Tanto Noruega como la vecina Suecia están orgullosas de su relativamente abierto acceso público a los políticos y con frecuencia se ve a los miembros del gabinete acudiendo a pie a sus reuniones o encuentros privados. Incluso muchos de ellos tienen sus teléfonos en las guías telefónicas públicas. Esa tradición de apertura sufrió su primer reto en Suecia, tras el asesinato de Olof Palme en 1986. El entonces primer ministro fue tiroteado en el centro de Estocolmo mientas caminaba del cine a su casa. Los políticos suecos también destacaron la necesidad de defender la tradición de una sociedad abierta en 2003, cuando la ministra de Exteriores Anna Lindh murió tras ser apuñalada en un centro comercial, aunque aumentaron sus gastos en guardaespaldas.
Otro ataque suicida frustrado en el centro de Estocolmo en diciembre de 2010 se cobró la vida del atacante e hirió a dos viandantes, lo que generó un debate sobre si la policía podría haberlo evitado mediante un control más férreo de internet. El jefe de la policía de seguridad sueca, Anders Danielsson, advirtió entonces contra un control excesivo.
Ahora, el primer ministro noruego Stoltenberg destaca que es clave que Noruega siga siendo "un país donde los jóvenes puedan estar activos en organizaciones políticas y juveniles sin tener miedo". Stoltenberg, el rey Harald y otros miembros del gabinete del gobierno y la familia real se reunieron con amigos, supervivientes y familiares de las víctimas en un centro de crisis instalado cerca de la isla de Utøya, donde murieron al menos 85 personas de un campamento juvenil del Partido Laborista del primer ministro. La asociación juvenil y otros miembros hicieron ahora un contrallamamiento: "Recuperaremos Utøya". "Los ataques se dirigieron contra la juventud, en momentos como éste tenemos que estar juntos y guardar luto por las víctimas", dijo el ministro del Exterior, Jonas Gahr Store, que visitó la isla a comienzos de la semana.
Stoltenberg y otros miembros del gabinete de gobierno se centraron en las víctimas de la isla, pero otras siete personas murieron antes al explotar una bomba de grandes dimensiones en el centro de Oslo, en el barrio del gobierno, dañando el edificio de 17 plantas que alberga las oficinas del primer ministro. El gobierno destacó que mantiene su capacidad de actuación pese a la explosión, pero dejó abierto qué tipo de medidas de seguridad se introducirán cuando reabran las oficinas del gobierno.
El principal sospechoso es un noruego de 32 años con vínculos con la ultraderecha, informó el número dos de la policía de Oslo, Roger Andresen. Según su Facebook, Anders B. es cristiano y conservador, le gusta cazar y jugar al videojuego World of Warcraft. "Durante unas horas, sentimos que Noruega estaba otra vez ocupada", afirma un artículo en el diario Dagbladet. "Ahora tenemos que evitar la ocupación del miedo como ocurrió con Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2011. Mejor miremos hacia España o Reino Unido para ver cómo la gente reclamó la libertad tras los terribles actos terroristas de 2004 y 2005".
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