Los trabajadores de la ONU abandonan su sede en Jerusalén por el veto israelí

Los equipos de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) han abandonado definitivamente este miércoles la sede de la organización en Jerusalén Este, después de vaciarla, como confirmó a Jonathan Fowler, portavoz de la organización, ante la entrada en vigor del veto de Israel a su labor en el país.

“Nuestros visados han expirado hoy, que es por lo que todos nos hemos ido. Protestando”, explicó Fowler. A falta de visados, los trabajadores internacionales de la organización se vieron obligados a abandonar Israel (muchos fueron trasladados a Amán, Jordania), mientras que los locales no acudirán al recinto.

A primera hora de mañana está previsto que radicales israelíes encabezados por el vicealcalde de Jerusalén, Arieh King, se reúnan ante la sede de la UNRWA, localizada en el barrio palestino de Sheikh Jarrah, para “celebrar” su clausura.

“Preparen los trajes, el día del juicio final de la UNRWA ha llegado y mañana esta organización nazi hostil se convertirá en un objetivo para la policía y el municipio de Jerusalén”, escribió King en la red social X, convocando un “brindis” frente al recinto.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en áreas reducidas de Cisjordania, consideró “inaceptable” y una “provocación” hacia el pueblo palestino el veto y advirtió de que contribuirá a incrementar las tensiones en Oriente Próximo.

Ahora, la UNRWA expresa su preocupación por si el estatus diplomático del recinto, desde hoy completamente vacío, se verá vulnerado por las autoridades o los radicales.

La Knéset (Parlamento israelí) vetó por ley en octubre las actividades de esta agencia, tras alegar que una docena de sus 33.000 empleados participaron en los ataques de Hamas, y aprobó una política de no contacto con cualquier entidad gubernamental; pese a la inmunidad legal que protege a la UNRWA según la Carta de las Naciones Unidas (de la que Israel es signatario).

Aunque la ley sólo les prohíbe operar en suelo israelí, en la práctica, la política de no contacto con funcionarios gubernamentales impide la concesión de visados y tarjetas diplomáticas, así como el poder coordinar con el Ejército israelí el cruce de personal en puestos de control y el acceso de mercancías a una Cisjordania y Gaza ocupadas.

El martes, la representante interina ante la ONU de Estados Unidos, Dorothy Shea, aseguró que el país apoya la decisión de las autoridades israelíes de ordenar a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) cerrar sus oficinas en Jerusalén Este, territorio anexionado unilateralmente por Israel en 1980.

La sede la UNRWA en Jerusalén Este, costado ocupado y anexionado de forma unilateral por Israel, cobijaba ya apenas a un centenar de trabajadores, después de que Israel no facilitara, tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, a 400 empleados palestinos el permiso necesario para cruzar los puestos de control militares que separan Jerusalén de sus lugares de residencia en Cisjordania ocupada.

Por otra parte, Israel anunció que mantendrá una presencia militar en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, incluso después de que finalice la macrooperación Muro de Hierro que las fuerzas israelíes lanzaron la semana pasada en la zona y que desde hace cuatro días también afectan a Tulkarem y los dos campamentos de refugiados aledaños, tanto el homónimo como el de Nur Shams

En esta operación, el Ejército israelí aseguró haber matado este miércoles a 18 milicianos palestinos e informó de que había detenido “aproximadamente 60 individuos en busca y captura”.

“El campamento de refugiados de Yenín no será lo que era. Cuando la operación concluya, efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) permanecerán en el campamento para garantizar que no vuelva el terrorismo”, aseguró Katz durante una visita a las tropas apostadas en el lugar.