El cante dionisiaco

Se trata de un recital de formato tradicional. Las novedades vienen de la mano de las letras, escritas por Rafael Fernández Suárez El Nene, que ha firmado textos para algunos de los grandes del flamenco jerezano de los últimos 30 años. Además de las letras, el recital presenta algunos detalles, muy sutiles, en los que podemos apreciar la creatividad de su intérprete. Aunque estas novedades no se presentan como tales, ni tienen la intención de sorprender. De hecho están sutilmente camufladas en medio de las melodías tradicionales. Aunque fue en los tientos donde más evidente resutó dicha creatividad, en realidad estuvo presente en todo el recital ya que emana, no, como digo, de una voluntad evolucionista, sino de las condiciones técnicas portentosas de José Valencia. Íntimo, solemne, dolorido, en las seguiriyas y las soleares, donde hizo un completo recorrido de Triana a Jerez. Austero y elegante por malagueñas y tarantas. Y dionisiaco, desbordante, en la fiesta: cantiñas, romances y tangos. Demostró, una vez más, que es uno de los grandes del flamenco actual. Por conocimiento de los estilos y por dominio técnico, tanto en la emisión de la voz como en el compás.