Ayamonte respira luz y toreo
Toros
Seis novilleros sin caballos ponen el 'no hay billetes' al festejo que trae de nuevo los toros a la Puerta de España
Huelva/La empresa ha anunciado que nada de neveras ni otras cositas voluminosas para entrar a la plaza porque puedan afectar a poder sentarse más o menos cómodo sobre las gradas.
Arde la expectación por los toros en Ayamonte y hace falta todo el sitio para acomodar público. Sí, arde la jornada de toros. Y no, no viene Ponce, no está Morante ni tampoco se espera a Talavante. No están ellos pero se intuía desde hace más de quince días y ayer se confirmó: no hay entradas para el festejo de hoy.
Lo han montado seis jovencitos que andan aún toreando sin caballos. Seis noveles con sello onubense diseminados por otras tantas escuelas sevillanas traen todo esto removido de tal forma que se han convertido en un símil de aquel taquillero cartel del verano que conformaron Litri, Jesulín y Cordobés. Andan por muchas plazas provinciales y ahora llegan a Ayamonte. Parada y fonda para el toreo en esta temporada en Ayamonte. Aire fresco después de tanto secuestro. Aire de libertad para que quien quiera ir a los toros vaya y quien no quiera ir, lo deje estar. Y a lo que parece la expectación en la taquilla está servida. Bien desde luego por el trabajo de Taurina de Buendía en esta apuesta ayamontina.
Parece impropio que tan principiantes toreros tomen esas riendas tan determinantes de llevar gente a la plaza pero a todas luces eso ha ido sucediendo en cada una de las plazas donde han estado. Entre ellos, dos novilleros más curtidos en el oficio, como Orta y Enrique Toro. El primero añadiéndole valor a que ese festejo sea en modo local para él. Decían el otro día en la presentación que Adrián Orta personificaba la constancia; el no aburrirse. Yo añadiría, otra virtud: la resistencia. La resistencia de haber sido esa referencia taurina de Ayamonte en tiempos de sequía.
El 7 de julio de 2019 Orta estaba en ese cartel de la novillada a beneficio del Ayamonte C.F. y que finalmente no pudo celebrarse porque desde el ayuntamiento ayamontino, gobernado entonces por Partido Socialista y sus socios de la formación Adelante no concedieron la correspondiente licencia de apertura del edificio.
Aun así esos ‘festejos’ que la Finca Valdecerro en 2020 era capaz de acoger dejaban ver ya como Orta acreditaba oficio y al mismo tiempo un becerrista, Carlos Tirado, prometía cosas más que interesantes.
El tiempo, la lógica, la razón, nos coloca esta tarde ante una plaza atestada de público. Con el también ayamontino Orta en el cartel y con un chaval como es Carlos Tirado que esta tarde sabe que mucho de lo que ha venido sucediendo en estos meses previos a esta feria de Las Angustias, de nuevo con toros, es íntima responsabilidad suya. Responsabilidad grande de movilización, de voluntarismo, del vamos a tirar para adelante. Ese mérito, es suyo. Lo es antes del paseíllo y ahí lo guardo. Lo que pase en la plaza es otra cosa y ahí no hay méritos por delante de nadie. Pero en lo previo, en lo sustancial y en la ilusión que tanto ayamontino ha puesto para comprase una entrada y ver si es verdad todo eso que cuentan del paisano por esas plazas de Dios, es totalmente suyo.
Después, están los toreros. Seis en la puerta de cuadrillas. Todos dentro de un traje lleno de esperanzas, sueños y de suerte que eso es lo que deben encontrar en el sorteo de esos seis erales que desde los campos triguereños de Manuel Ángel Millares forman pareja de baile con cada uno de ellos.
Mirando ese cartel que tan bien pintado dejó Alex, ese artista ayamontino con tanto toque torero, se me viene a la mente lo curioso que resulta el cómo se ha forjado, no el fondo, que estaría ahí con cada familia haciendo el esfuerzo económico y logístico para que cada chiquillo tuviese su formación taurina, sino la prontitud con la que han emergido a la superficie ese manojo de toreros enraizados en esta tierra. Y al mismo tiempo, salvando a un torero como Enrique Toro que ya había movilizado con su afán y maneras a los paisanos sanjuaneros, como cosa bonita que no suele sucederle a muchas provincias. Y a esta le sucede.
Que estamos hablando de que Juan Antonio Vázquez el novillero de Cortegana prácticamente se presentaba más formalmente ante sus paisanos el año pasado; que a Guillermo Luna, lo conocían en su casa y en la escuela de la Algaba y ahí está como finalista de un ciclo muy duro; muy duro y exigente como el de escuelas andaluzas y a además dejando ver crecimiento y maneras.
Que Trigueros, Villarrasa, Cumbres... ya enseñan también camino y novilleros.
Y que eso tendrá que ser harina del mismo costal cuando llegue su momento. Ahora lo que importa es Ayamonte. Esa plaza a revienta calderas. Con un llenazo que a veces ni con entradas regaladas se logra.
Personalmente creo que hoy es uno de los días más bonitos de esta temporada. Hoy en Ayamonte se juntan, toros, libertad, pasión, afición, sueños y respeto.
Hoy Ayamonte tiene un poquito más subida esa luz tan preciosa que habitualmente tiene.
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