Buscando justicia

Fila siete

Buscando justicia
Buscando justicia

08 de agosto 2012 - 05:00

CineBox Aqualon Puerto Huelva. - T. O. 'Seeking justice'. - Producción: Estados Unidos, 2011. - Duración: 105 minutos. - Dirección: Roger Donaldson. - Guión: Robert Tannen basado en un argumento de Todd Hickey y Robert Tannen. - Fotografía: David Tattersall. - Música: J. Peter Robinson. - Montaje: Jay Cassidy. - Intérpretes: Nicolas Cage, Guy Pearce, January Jones, Jennifer Carpenter, Harold Perineau, Xander Berkeley.

Con este tipo de películas donde se nos presenta, de una u otra manera, ese latente empeño en la conciencia estadounidense de tomarse la justicia por su mano -los recurrentes linchamientos (con el grato recuerdo de Furia (1936) de Fritz Lang)- y que ha cultivado el cine de Hollywood en tantas ocasiones, tenemos la sensación de que esto ya lo habíamos visto antes. Como quiera que sea, los planteamientos en principio de Roger Donaldson -de quien recordamos gratamente una película ya lejana en el tiempo, No hay salida (1987)- nos parecen muy efectivos y hasta brillantes en algunos momentos, consiguiendo atraer intensamente al espectador.

Nos cuenta como Will Gerard, un profesor de lengua inglesa en un instituto marginal de Nueva Orleans, cuya esposa ha sido atacada y violada por un delincuente, recibe en el mismo hospital donde ella ha sido atendida la extraña visita de un individuo, llamado Simon, que le propone hacer justicia -de ahí el título original de la película, Seeking justice-, dar con el culpable, eliminarlo y evitar a él y a su esposa el suplicio de un proceso judicial. Dado su abatimiento, Gerard acepta la proposición si bien el llamado Simon le insinúa que en algún momento tendrá que pagarles el favor. Cuando todo parecía haberse resuelto, Gerard se ve complicado en una angustiosa espiral de justicia clandestina cuyas arriesgadas consecuencias son imprevisibles.

La trama funciona bien durante bastante tiempo y mantiene la tensión en el espectador con la proliferación de escenas comprometidas, dramáticas y espectaculares en algunas ocasiones. Presenta para el público esa disyuntiva sobre la indeterminación moral del protagonista, lo comprometido de su situación y la contrariedad a la hora de exculpar su conducta, aunque es fácil que se ponga a favor de éste, pensando en su propia actuación ante un caso similar. El dominio artesanal del director en esta clase de relatos se advierte en muchas ocasiones con mano firme.

Pero el guión, que en principio construye con vigor la intriga, no resiste adecuadamente la fuerza del relato y va perdiendo la tensión inicial a medida que avanza la narración. Abundan algunas secuencias excesivamente alargadas. Se evidencia así la poca experiencia del guionista y la película va decayendo inexorablemente. Es una lástima porque el film tiene buena factura y la sobriedad adecuada de los intérpretes, entre los que destaca Guy Pearce encarnando al clásico malvado con sutil convicción. Puede interesar a los amantes del thriller presentado con los elementos más tradicionales.

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