Cádiz conmemora hoy 'La memoria amorosa' de Carlos Edmundo de Ory

Amigos y artistas recordarán al poeta, cuya fundación se creará en su ciudad natal

Laura Lacheroy, viuda de Carlos Edmundo de Ory y futura presidenta de la fundación que tendrá en Cádiz.
Isabel Laguna (Efe) / Cádiz

20 de diciembre 2010 - 05:00

El poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory tuvo hasta el final de sus días un cuaderno a mano en el que anotaba sus "carcajadas lúcidas" sobre la vida. Por eso, varias obras de este autor indómito, fallecido el pasado 11 de noviembre en Francia a los 87 años, aún no han visto la luz. "La vida y la poesía se confundían en él, era un poeta total, nunca ha cambiado, así ha sido hasta el final", explica su viuda, Laura Lacheroy, que hoy participa en Cádiz en un homenaje en memoria del poeta organizado por la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Cádiz, entre otras instituciones y artistas.

La memoria amorosa será el título de este homenaje. Y es también el de un libro inédito de relatos cortos que Carlos Edmundo de Ory terminó de escribir "la primavera pasada", según cuenta su viuda, a quien el poeta dictaba sus obras porque él "no sabía utilizar el ordenador". "Era una colaboración íntima", asegura esta mujer que ahora, tras 30 años de convivencia con el poeta, encara la tarea de "difundir" su obra y "su espíritu renovador, su forma de ser libre y de buscar cosas auténticas" y "su humor" desde una fundación que se va a constituir mañana en Cádiz, la ciudad natal del autor de "aerolitos", aforismos como El viento es Dios que pasa bailando.

La fundación albergará el legado del poeta. "Él adoraba su ciudad, quiso dejarle la mayor parte de su biblioteca, que tiene unos 8.000 libros, y fotos, cuadros, muchas cosas personales", explica Laura Lacheroy, que presidirá esta fundación, en la que también trabajarán su hija y su sobrino.

"Estaba encantado con este proyecto, significaba mucho para él", subraya la viuda del escritor, quien en los años 50 se exilió a Francia huyendo de la asfixia política y social y allí pasó el resto de su vida, la mayor parte del tiempo en una pequeña localidad llamada Thezy-Glimont, aledaña a Amiens. Este alejamiento pudo influir en que De Ory fuera un gran desconocido para los españoles hasta que, a partir de los 70, comenzaran a aflorar sus antologías y obras.

Además de La memoria amorosa, unos relatos en clave de "prosa poética" en los que recorre su vida desde su infancia, quedan otras obras inéditas de Carlos Edmundo de Ory, entre ellas una que tuvo entre manos más de 60 años. Se trata de un libro, también en prosa, en el que recreaba las historias de los personajes del grabado de Durero El caballero, la muerte y el diablo.

Por deseo expreso del poeta, sus cenizas se quedarán en Cádiz, enterradas bajo el monumento que la ciudad levantará la próxima primavera en su memoria en la Alameda de Apodaca, la calle frente al mar en la que nació. Su monumento, que realizará el artista Luis Quintero, estará allí muy cercano a esculturas en memoria de César Vallejo y Rubén Darío, dos de sus escritores "más amados", según explicado el escritor gaditano Jesús Fernández Palacios, que también formará parte de la Fundación Carlos Edmundo de Ory.

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