Calles peligrosas

Calles peligrosas
Calles peligrosas

30 de noviembre 2011 - 05:00

Multicines El Condado Cinemas 7.- T.O.: "London Boulevard".- Producción: Estados Unidos y Reino Unido, 2010.- Duración: 103 minutos.- Dirección: William Monahan.- Guión: William Monahan basado en la novela de Ken Bruen.- Fotografía: Chris Menges.- Música: Sergio Pizzorno.- Montaje: Doddy Dorn.- Intérpretes:: Colin Farrell, Keira Knightley, Ray Winstone, David Thewils, Ben Chaplin, Anna Friel, Eddie Marsan

El director de esta película, William Monahan, recordemos, se hizo famoso como guionista de la película Infiltrados (2006), con la que la Academia del Cine de Hollywood parecía congraciarse con Martin Scorsese, otorgándole un Oscar. Debuta aquí como realizador de largometrajes adaptando la novela de Ken Bruen. A primera vista creo que estamos ante un director que sabe expresar cuanto desea y posee una dimensión muy personal para narrarlo en imágenes, lo cual es muy prometedor cuando prepara ya su segunda película, Becket.

Lo que tenemos con esta historia que llega a nuestras pantallas es como Mitchel, que ha estado durante algún tiempo en la cárcel, sale de la prisión tratando de evitar viejos errores, eludiendo las calles peligrosas en las que antes se desenvolvió junto a viejos colegas de los bajos fondos londinenses. Ocasionalmente Mitchel conoce a Charlotte, una popular estrella de cine que vive prácticamente en aislamiento para evitar el acoso implacable de los fotógrafos. Ella, angustiada, le pide protección. Mitchel se convierte en su guardaespaldas y a partir de ahí la relación se estrecha con sentimientos más profundos. La necesidad y el amor les unen. Pero el pasado vuelve y alguien da con su paradero. Un mafioso, un tal Gant, intenta por todos los medios inducir a Mitche a que vuelva a ejercer el oficio que mejor conoce.

London Boulevard, que recuerda un tanto a El guardaespaldas (1992), de Mick Jackson, nos devuelve al protagonista delincuente y violento, al margen de la ley, que, intentando dejar su antigua vida de maleante, se enfrenta a los prejuicios sociales y a la insistente presión de sus viejos cómplices. Se inserta así muy dignamente en ese cine negro actual, bien rodado en un Londres convenientemente expuesto en planos precisos, donde contrastan los escenarios sórdidos y los más suntuosos, con personajes bien definidos y dentro de esos planteamientos propios del género, inmerso en los cauces del thriller urbano del clásico cine policial.

Llama la atención que un delincuente, bien interpretado por Colin Farrell, cite al poeta Rilke, y que su enamorada, la actriz que encarna Keira Knightley, sea una admiradora del pintor Francis Bacon, pero todo forma parte de esta especie de fábula delincuencial donde castigo y redención infieren una carrera siempre imprevisible e incierta . No se puede pasar por alto la banda sonora donde junto a la música de Sergio Pizzorno se incluyen temas de diversas épocas de The Yardbirds y Kasabian. Ideal en suma para amantes del cine negro a cualquier precio.

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