Juan Carlos Castro se adentra con su plástica en el Teatro Felipe Godínez

Dos exposiciones en Moguer del artista con temáticas bien distintas: la situación de precariedad en 'Poética del Mar' y la música en 'El arte de la fuga' · Belleza y realidad se conjugan en la obra artística

Juan Carlos Castro, ante un autorretrato en la exposición Poética del Mal.
Juan Carlos Castro, ante un autorretrato en la exposición Poética del Mal.
Angela Olaya / Huelva

12 de junio 2012 - 05:00

Juan Carlos Castro Crespo desembarca en Moguer para traer la belleza y la realidad de su obra, una muestra que transmite pero que también se siente y despierta los sentidos, capaz de estimular no sólo la vista, sino también el oído. Que Crespo es uno de los creadores más completos y prolíficos de la provincia de Huelva es un hecho incuestionable; sus horas y horas de trabajo dan fiel muestra de ello. Pero no sólo destaca su capacidad compositiva, sino que aúna a la perfección la calidad, la delicadeza y la trayectoria de un artista ya consagrado, y la reivindicación, la frescura y la fuerza de la juventud.

"Esta es mi forma de expresar un sentimiento de preocupación, de penuria y de indignación". Así es como Castro Crespo explicó su muestra Poética del Mal, un conjunto de acrílicos, dibujos y collages que ofrecen una visión dura y negativa de la realidad de esta sociedad del capitalismo y del mercado, donde los intereses de la población se dejan a un lado para favorecer y amparar el injusto enriquecimiento desorbitado de unos pocos.

"Así es como estoy", decía el artista tras mostrar una de sus obras, un autorretrato. "Como un Cristo me encontré cuando tuve que pagar la matrícula de la Universidad de mi hijo". "Todos los días un ERE en Andalucía", se leía en otra de sus creaciones, Ángel de exterminación. Y es que la realidad que se está viviendo hoy en día es preocupante donde parece que la justicia brilla por su ausencia. Son estos problemas actuales los que este autodidacta onubense expresa en la muestra como un sentimiento de indignación "sacado fuera de mí como un vómito".

La temática de la obra se hace más personal aun gracias al espacio expositivo, una pequeña sala habilitada en la Casa-Museo Zenobia Juan Ramón Jiménez. La muestra crea un estrecho vínculo con el espectador en un lugar tan privilegiado como es el hogar del Nobel moguereño. Antonio Ramírez, director de la fundación, aseguró que la intimidad que ofrece esa sala la ha convertido en todo un éxito y confesó que no se atrevió a escribir la presentación de esta muestra porque "las posibilidades de destrozar lo que hay aquí iban a ser muy grandes ya que yo iba a usar la lírica y esto no es lírica, es realidad".

Juan Carlos Castro Crespo ya conocía Moguer, y Moguer tenía el placer de conocerlo a él. La vinculación del artista con la localidad se remonta al año 1992, cuando se inauguró una de sus obras más significativas, el monumento a los Hermanos Niño, que se levanta en la entrada de la ciudad por el acceso de San Juan del Puerto. En su vuelta a la ciudad del Tinto, Castro Crespo bromeó e hizo alusión a este monumento escultórico como despectivamente se conoce en Moguer: "El mojoso".

"Estaba pintando música, El Arte de la Fuga. No tenía intención de hacerla, pero vivo en la realidad y soy uno de los indignados", así explica su autor el por qué de Poética del Mal para después cambiar de escenario y temática y presentar El Arte de la Fuga, la segunda muestra de Castro Crespo de la que presumirá el vestíbulo del Teatro Felipe Godínez hasta el próximo 30 de junio.

Esta colección supone una obra mucho más lírica, inspirada en la música y con un contenido más puro y bello, capaz de envolver, emocionar y hasta de ser escuchada. Este artista, que realizó los cinco años de Bellas Artes en un solo curso académico, demostró una vez más su exquisito dominio del color, la forma y las texturas con una obra plástica trabajada y con un mensaje creativo que acapara al lector en un diálogo infinito.

Un dúo de cuerdas del Liceo Municipal de la Música de Moguer completó el montaje de esta exposición ofreciendo un pequeño concierto de música clásica, unas notas que volaron y se expandieron por cada milímetro de la sala para conseguir así unir aún más al espectador con la obra hasta llegar a una verdadera explosión de sentimientos y sensibilidad artística.

Es este el arte con mayúsculas que ofrece uno de los creadores más importantes de Andalucía, tanto a nivel técnico como conceptual. No en vano es catedrático de Bellas Artes y miembro de la Academia de las Ciencias, Artes y Letras de Huelva. Pero no solo destaca por su faceta profesional, no podría crear su obra si su genialidad no estuviera compaginada con su personalidad carismática y cautivadora, poniéndole toda su inteligencia e ingenio a cada trazo, cada gesto, cada palabra.

También te puede interesar

stats