Concurso de cante jondo de 1923: Las dos noches en las que el fandango de Huelva se hizo respetar

Historias del fandango

El fandango cambió el paradigma del flamenco a partir del Concurso de Huelva

Mario Garrido: "Huelva es cantaora y su fandango hay que defenderlo a capa y espada"

Panorámica del Concurso de 1923, obra del fotógrafo Calle, que la publicó Mundo Gráfico el 8 de agosto de 1923.
Panorámica del Concurso de 1923, obra del fotógrafo Calle, que la publicó Mundo Gráfico el 8 de agosto de 1923. / M. G.
Miguel Ángel Fernández Borrero

08 de marzo 2023 - 06:00

En julio de este año se cumplirá un siglo del acontecimiento más decisivo que ha vivido el fandango de Huelva en su no tan larga historia: el Concurso de Cante Flamenco de 1923. Allí fue donde se le reconoció, por primera vez, como tal. Y desde entonces, apoyado en una serie de hechos trascendentes, nuestro cante emblemático se fue convirtiendo en el más cantado, el más demandado por los públicos y el más grabado de todos los palos flamencos.

La flamante radio, que comenzaría un año después sus emisiones; los grandes espectáculos de la ópera flamenca con la afluencia de un público de masas a los eventos; unas mejores condiciones de vida y un notable cambio social; la expansión del disco y del gramófono, y, sobre todo esto, el afloramiento de una extraordinaria generación de cantaores que lo cultivaron con creatividad y con enorme arte erigieron al fandango en el rey de los cantes durante las siguientes décadas. Así de decisivo fue aquel Concurso de Cante Jondo, que se atrevieron a organizar la Hermandad de las Cadenas y una serie de aficionados y de personas socialmente influyentes que pusieron a Huelva a competir, nada menos, que con el Concurso de Granada del año anterior.

Huelva sí que alcanzó su principal objetivo, que era el reconocimiento y la dignificación como cante del fandango. Esto lo reconocen los más notables investigadores y expertos de la flamencología. El fandango cambió el paradigma del flamenco a partir del Concurso de Huelva.

Los días 21 y 22 de julio de este año se cumplirá, pues, un siglo de aquel hecho fundamental. Tan fundamental como desconocido y poco reivindicado. En mi interés constante por estudiar la trayectoria de nuestro cante bandera, he podido confirmar estos últimos años el desconocimiento casi generalizado que había entre los aficionados sobre aquel acontecimiento y los efectos que provocó.

Y, en consecuencia, sabiendo por experiencia que los márgenes de tiempo de cualquier institución para actuar han de ser amplios, en noviembre de 2019 dirigí a la Federación Provincial de Peñas Flamencas El Fandango una carta en la que sugería que “bueno sería que tomaran la iniciativa de organizar con tiempo una celebración con la que estar a la altura de tal efeméride”. Consideró la Federación entonces que era temprano, pero asumió su importancia y ha venido activando y refrescando la idea en sus conversaciones con las principales instituciones públicas de la ciudad. Y prueba de sus gestiones y del apoyo de mis colegas de Huelva Información, que agradezco, han sido mis ulteriores contactos con las instituciones públicas, a las que he informado sobre la trascendencia del Concurso, y con la Universidad de Huelva, pero desconozco si finalmente pondrán en marcha alguna iniciativa aprovechable para el fandango.

Para realizar proyectos en consonancia con la envergadura de la efeméride parece que no habrá ya tiempo, pero confiemos en su voluntad de contribuir a la mejor celebración. Desde luego, poco más que gestos se podrían acometer sin la ayuda de las instituciones públicas.

Las efemérides de grandes hechos son el acicate para erigir hitos que mantengan vivo lo que se recuerda. Ninguno de los presentes, ni viejos ni jóvenes, viviremos en el futuro próximo una tan colosal como esta, porque aquel Concurso de 1923 fue un punto de partida decisivo para el fandango, ese cante al que decimos amar y defender tanto. Si en Huelva queremos estar a la altura del centenario, no vale el papel de espectador. Para nada vale una actitud pasiva, ni de las instituciones ni de los aficionados y los peñistas.

¡Hay tantas ideas que se podrían haber barajado..! Por ejemplo: un festival réplica de aquél o espectáculos memorísticos, congresos, conferencias, libros, videos, películas, campaña informativa por las distintas Peñas, exposición recordatorio itinerante, esculturas, grabación de discos conmemorativos, concursos de fandangos, una gran parada provincial de nuestros cantes, la implicación de los diversos concursos de fandangos que se celebran en la provincia cada año.., etc., etc.

El centenario del Concurso de Granada de 1922 comenzó a movilizar, ¡cinco años antes!, a la Diputación, al Ayuntamiento, a la Consejería de Cultura de la Junta –que se implicó en canalizar los actos–, al Instituto Andaluz de Flamenco, a la Peña la Platería, a la Universidad –que celebró un congreso específico–, al Instituto Cervantes –que llevó la conmemoración por España y por sus sedes en el mundo–, al Ministerio de Cultura… Y todo ello, partiendo del hecho de que aquel Concurso no fue exitoso, mientras que el Concurso de Huelva puso a nuestro fandango en la senda gloriosa del cante más celebrado. Porque, como decía Pepe Marchena, que de los comportamientos de los públicos lo sabía todo, “a la gente lo que más le ha gustado siempre ha sido el fandango”.

Huelva tiene la oportunidad de celebrar un buen centenario de nuestro cante más popular. Como balance, un siglo después el fandango sigue gozando de magnífica salud flamenca, ha sido declarado Bien de Interés Cultural, tiene más practicantes que nunca, una rica discografía y es la música más hermosa con la que nos expresamos desde el frondoso bosque musical que tenemos en toda la provincia. No dejemos pasar esta oportunidad histórica. Faltan menos de cinco meses para el centenario. ¿Qué se ha hecho en Huelva hasta ahora? ¿Qué se puede hacer todavía?

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