Emilio Fornieles supera un nuevo reto al pintar a Karel Gott ante él mismo

El pintor lepero realiza en Praga en menos de una hora un cuadro del cantante Se abre a nuevos horizontes europeos

Fornieles, ante el cuadro en el momento de su realización.
Fermín Cabanillas/Efe Huelva

23 de junio 2015 - 05:00

Pintar a Karel Gott, conocido como el Sinatra del Este, ante él mismo y en menos de una hora ha sido el último reto del pintor onubense Emilio Fornieles, afincado hace tiempo en Alemania, con una técnica que le ha hecho situarse a la vanguardia de su estilo en Europa.

Todo en torno a este evento ha tenido una resonancia importante, ya sea por el escenario, el prestigioso hotel Palais du Art de Praga, el "modelo", uno de los cantantes europeos más importantes de la historia, o el método para realizar el cuadro, que hace que en menos de una hora se vea el resultado del trabajo del artista. Natural de Lepe y afincado en Berlín, Fornieles ha encontrado en la capital alemana el lugar perfecto para que el público europeo reclame su obra, aunque lo que sucedió el pasado fin de semana haya superado las expectativas de la gente que, de una forma más o menos cercana, ha seguido la carrera de este artista desde que comenzó a manchar con lanzamientos de pintura las telas que preparaba en su garaje de la localidad onubense.

En realidad, habría que ponerse "ante uno de los cantantes más importantes que viven en la actualidad, ante decenas de periodistas y en un hotel que vive casi por y para el arte" para entender la importancia del evento, como recuerda el propio Fornieles a Efe, además de añadir un matiz: Gott es pintor además de cantante, por lo que no solo era un modelo, sino también un "juez".

"Es como si Julio Iglesias o Frank Sinatra se pone delante de ti, y tienes que pintar un cuadro con su retrato", señala, para destacar que todo estaba englobado en un acto a beneficio de una asociación para la lucha contra el autismo, que recibió una importante donación del propio Gott cuando vio el resultado del trabajo del artista lepero.

Y todo usando una técnica que tiene como base la tinta seca de fotocopiadora y pintura acrílica industrial, que se van mezclando en el lienzo hasta poder desarrollar la obra final, con la que, también en suelo checo, tuvo la oportunidad de sacar adelante en algo más de media hora un retrato de Fran Kafka, que avisaba de lo que tenía en mente para más adelante.

El lugar de celebración del evento, además, es sede de la última exposición de Emilio Fornieles, con una veintena de desnudos y retratos bajo la denominación de B-side, una colección sobre "el amor, el sexo, la pasión y los sentimientos en el ser humano", como él mismo la define.

Fornieles explota la sensualidad de sus cuadros hasta el límite, consiguiendo una colección de trabajos que ha hecho que sea el primer andaluz y uno de los pocos españoles en exponer en el hotel checo.

Caravaggio (1571-1610) o José de Ribera (1591-1652) son algunos de los que han sido retratados, mientras que El sueño de Baco o El beso de Sansón a Dalila son los sugerentes títulos que ha elegido para dar nombre a sus obras.

Emilio Fornieles es, en cultura, uno de esos cerebros que ha tenido que salir de España buscando oportunidades para desarrollar sus facetas artísticas, tras ganar dos premios Becarte, un Premio Nacional de Pintura, la Bienal Internacional de Arte Contemporánea 'Miguel Alonso de Tovar', el premio de la Fundación El Corte Inglés y el de la Fundación Cajasol. Su forma de trabajar hizo que el Nobel de Literatura portugués José Saramago se fijase en él y apadrinara su obra durante sus últimos años de vida, e incluso escribió el prólogo de uno de sus catálogos.

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