Latitudes 21: cine francés

Latitudes 21: cine francés
Latitudes 21: cine francés

25 de marzo 2010 - 05:00

Gran Teatro.- Producción: Francia y Suiza, 2000.- T.O.: 'Les destinées sentimentales'.- Duración: 180 minutos.- Dirección: Olivier Assayas.- Guión: Oliver Assayas y Jacq ues Fieschi basado en la novela de Jacques Chardonne.- Fotografía: Eric Gautier.- Música: Guillaune Lekreu.- Montaje: Luc Barnier.- Intérpretes: Emmanuelle Béart, Charles Berling, Isabelle Hupert, Oliver Perrier, Dominique Raymond, André Marcon, Alexandra London, Julie Depardieu

Olivier Assayas, ya lo veíamos en la película que se proyectaba en este ciclo el pasado martes día 9 con Clean (2004), ha logrado situar su obra en lo que pudiéramos llamar los focos o el núcleo que centralizan la atención del cine europeo actual durante las dos últimas décadas. Su visión del paso de este tiempo y la huella que el mismo ha dejado en la juventud con su evidente desorden, han quedado plasmados minuciosamente en su cinematografía. Y de una forma u otra ha evidenciado la manera en que las más personales convicciones, las más ardientes se han volatilizado sin que los pensamientos encontraran bases sólidas donde asentarse.

En esta ocasión, el prestigioso director francés, crítico de Cahiers de Cinema, guionista del realizador André Techiné, especie de heredero directo de la nouvelle vague, ha llevado aquí un arraigado proyecto a la pantalla: la adaptación de la novela de Jacques Chardonne, Les destinées sentimentales, publicada en 1936. Un drama romántico, diríamos, que nos cuenta como Pauline y Jean se conocen en el curso de un baile. Ella cuenta con veinte años y él es un pastor protestante, casado y padre de familia. Su vida con su esposa Nathalie es un rotundo fracaso y ello provoca ese nuevo destino.

En el marco de Gare, Champigny-sur-Veude e Indre-et-Loire, donde se llevaron a cabo las localizaciones del escenario de esta especie de comedia humana, si hemos de utilizar el título de una de las obras cumbres de Honoré de Balzac (1799-1850), transcurre este largo relato de tres horas de proyección sobre los desarraigos afectivos de los protagonistas en un ámbito complicado y a veces turbulento. Una intensa reflexión en torno a una especie de marginación existencial donde las concepciones personales del realizador se contraponen a las normas habituales del cine. Ello le sirve para conjugar diversos procedimientos conceptuales sobre ciertas perspectivas del cine actual como arte de singular expresión visual.

No obstante advertimos ciertas concomitancias de carácter clásico y un largo pasaje, el baile que nos recuerda un tanto a El Gatopardo (1963), de Luchino Visconti, salvando algunas distancias. Y es que estamos en un ambiente de ese mundo empresarial de principios del siglo pasado: potentados viticultores, emprenderos vinateros y fabricantes de porcelanas de gran calidad en la Limoges destacada en este sector. Y con ello la revolución industrial, los movimientos sociales y reivindicativos, la lucha de clases y los conflictos familiares. Amores, desamores, fracasos, ambiciones, renuncias y frustraciones en el ámbito doméstico y sentimental.

Y en el orden interpretativo una gran calidad encabezada por dos grandes figuras femeninas del cine francés Isabelle Hupert y Emmanuelle Béart, junto aun elenco a la altura de las circunstancias.

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