Miguel Ángel Velasco retrocede en el tiempo en su tercera novela

Como si de un sueño se tratase, Miguel Ángel Velasco regresa desde la actualidad hasta el año 1964. Tras descartar la posibilidad de que se trate de una experiencia fruto de la somnolencia y confiar en que es lo que le ha deparado el destino, el autor comienza a visualizar su lugar de residencia a la edad de 6 años.

La calle Alfonso XII no había experimentado modificación alguna, era tal como la recordaba. Las viviendas, que permanecían intactas, rodeaban las calles donde las chicas jugaban al teje y los chicos a la bombilla. Esta visión hizo cambiar su semblante y la añoranza se apoderó de él.

Sin embargo, aunque al principio podía resultar divertido, el miedo comenzó a invadir su mente. Un hombre sin dinero, sin la vestimenta propia de los años 60 y sin documentación podía tener las horas contadas en el régimen franquista que imperaba en España.

“Entras en una dimensión que conoces porque la has vivido pero no sabes cómo vas a salir”, apunta Miguel Ángel Velasco.

Este thriller psicológico, como lo define el propio escritor, narra la historia de un intruso que busca escapar a toda costa de este viaje en el tiempo. la solución más factible pasa por convencer a quien es su amigo en la actualidad, Juan José Domínguez, decano del Colegio de Abogados de Huelva, de que él procede del futuro.

Una generosa dosis histórica, la amistad y el amor son los ingredientes de una novela que busca encontrar esa conexión con el lector de hoy en día, que, inevitablemente, siente inquietud por regresar, aunque fuera fugazmente, a los lugares que marcaron su vida en la infancia y en la adolescencia. Es de este modo que el propio autor se pregunta sobre “quién no ha pensado en retroceder en el tiempo para volver a ver algo que ya hemos vivido”.

Un paseo por el tiempo (Bravo Ediciones) es la tercera novela de Miguel Ángel Velasco, con una dedicatoria muy especial a Juan José Domínguez Jiménez.

“Es una gran persona y guardo una estrecha amistad con él. Me motivó a escribirla”, explica.

Entre la realidad y la ficción

Esta obra, que le ha llevado al autor alrededor de cuatro meses, tiene un componente de realidad pero cuenta con una trama de ficción. “Es una historia atípica porque los personajes somos reales y la situación por la que pasan tiene una gran dosis de realidad”, destaca, “porque se narran hechos sociales y políticos que son ciertos y que hemos vivido de primera mano”.

El resto de personajes y tramas secundarias, sin embargo, son producto de la imaginación de Miguel Ángel Velasco que trata de atrapar al lector desde las primeras líneas.

Guarda una moraleja, además, que hace referencia a los sueños, los cuales, en palabras de su creador, “deben ser mágicos y reales”.