Miranda presenta credenciales de una brillante madurez torera en Aracena

Aracena/Dos rotundos faenones de David de Miranda marcan la tarde de toros en Aracena. Capacidad, oficio, sentimiento y todo lo que conlleva el toreo suave a dos toros nobles y con clase en el lote del triguereño marcan una interesante tarde de toros a la que se sumó un comprometido y poderoso David Fandila El Fandi, quien lució en varias series de un toreo muy templado frente al noble primero y empujó de veras en los inicios de muleta por llevarse arriba la faena ante quinto de la tarde, el más soso de un buen encierro de José Luis Pereda amen de la eficacia acostumbrada del granadino en los dos tercios de rehiletes que protagonizó y la ejecución de la suerte suprema.

Tarde de arte con los cuadros sin firmar porque la rubrica de la espada no les quedo fina a los artistas.

Una pena porque Miranda ha renovado su fondo de armario y enseña un toreo al que el valor de siempre le presta plasticidad y profundidad al toreo que brotó, primero ante un excelente primero suyo y también con el que aun con argumentos de raza tuvo que poner más el torero. Está apareciendo ante el toro otro Miranda y lo que hace argumenta aun más al gran torero que fue apareciendo la pasada temporada.

Romero y Lea

Tres novillos para rejones dejaron la impronta de lo que debiera haber sido un legítimo triunfo para Andrés Romero apoyado en la eficacia de tres caballos, Obelisco, Kabul y especialmente Fuente Rey que ayer le funcionaron cien por cien para cimentar una faena vibrante por los cuatro costado ante un ejemplar de Pereda que galopó con celo y facilitó que el de Escacena sacara a relucir garra y clase en su lidia. Los rejones de muerte hicieron olvidar trofeos pero no un rejoneo vibrante, emotivo y muy rotundo por parte de Romero.

También Lea Vicens lució a caballo parando con Golondrina y la fuerza de un caballo como Bético con el que cuajó faena llevando muy toreado a otro manejable utrero. Oreja para la rejoneadora que protagonizaría en el séptimo de la tarde la lidia por colleras ante el ejemplar que cerraba festejo.

De más a menos la lidia fue surgiendo lucida, especialmente en banderillas, aunque ninguno de los dos actuantes anduvo certero con el rejón de muerte. Aplausos para ambos cerrando así una entretenida tarde de toros.