Pasarelas del arte contemporáneo

puerto de las artes La octava edición del festival se inaugura con la jornada de creación urbana 'Calle Concepto'

Performances, actuaciones musicales, instalaciones sonoras, un recital de poesía fonética e intervenciones a cargo de creadores como Noemí Laviana, Beatriz Sánchez o Julio Falagán inundan las calles del centro

Recital de poesía fonética de Francisco Aliseda, ayer, en la Plaza Niña.
Elena Llompart / Huelva

24 de septiembre 2011 - 05:00

Siete de la tarde en la calle Palacio. Grupo Empresa Falagán (G.E.F.), líder absoluto en el sector de servicios integrales para el arte, se dispone a inaugurar dos nuevos proyectos en la capital: una casa de empeños para artistas y una tienda de copias de llaves para abrir las puertas del mercado del arte. Su responsable, Julio Falagán, reparte publicidad en la calle para anunciar la apertura.

Hasta aquí todo bien, de no ser porque, en realidad, nada es lo que parece. Y es que en el fondo G.E.F. es una reflexión crítica y mordaz sobre el triste estatus social que tiene todo artista. Un alegato a favor del creador y de su función social a cargo del propio Falagán, que ayer mostró estas intervenciones en plena calle, justo en las fachadas de un par de tiendas abandonadas en cuyas paredes inscribió los dos sugerente eslóganes.

La propuesta de este creador fue una de las tantas que en la tarde de ayer ofrecieron varios artistas y colectivos que, 'camuflados' en el centro de la ciudad, mostraron sus vídeo-creaciones, instalaciones sonoras, intervenciones artísticas, actuaciones musicales, e incluso un recital de poesía fonética.

Todos ellos hicieron posible la puesta de largo del ciclo de creación Puerto de las Artes, un festival patrocinado por Huelva Información que tendió la alfombra roja de su octava edición con una jornada de arte contemporáneo en la calle bajo el ya conocido lema Calle Concepto.

Según explicó el director del ciclo, Jorge Arévalo, a diferencia del año pasado, las propuestas se han repartido "de forma más dispersa y pausada", al tiempo que resulta significativo que una nueva jornada de intervención urbana similar a la de ayer cierre el festival el próximo 14 de octubre, con lo que Calle Concepto ha sido el inicio pero también constituirá la despedida final.

En la jornada de ayer los viandantes que pasaron por las calles Concepción, Palacio, Arquitecto Pérez Caraza y la Plaza Niña pudieron disfrutar -al aire libre y completamente gratis- de un amplio abanico de propuestas. Gracias a ellas, las calles se convirtieron en pasarelas improvisadas por las que desfilaron sutilmente las nuevas tendencias del arte contemporáneo en sus más variadas facetas y manifestaciones.

La de Beatriz Sánchez llamó la atención de buena parte del respetable. Así, a través de tres monitores de televisión -uno de ellos customizado con gusanitos- exhibió 20 performances que ha realizado por las calles de la ciudad en los últimos días. En ellas, de una forma divertida y absurda mostró, por ejemplo, el momento en el que robó una bolsa de basura de un contenedor. O aquel instante en el que entraba vestida de novia en una tienda de ropa para novios y, de repente, se abrazó a un maniquí.

Son tan sólo un par de ejemplos de cómo romper la norma a través de un espíritu lúdico que, en todo caso, nunca llega a ser dañino, sino más bien pueril. La iniciativa se acompaña de un folleto poco habitual: la Guía de la conducta cibil con B, un manual de autoayuda que explica con un variado surtido de ejemplos cómo escapar de la rutina de la vida en la ciudad.

Pero en la calle no todo fue transgresión, humor o ironía. También hubo tiempo para los recuerdos y la nostalgia gracias a la propuesta de Noemí Laviana, que apostó por una sorprendente instalación sonora que giró sobre la idea popular de que las paredes hablan. En cuatro puntos de la calle Concepción la artista colgó casitas de madera para pájaros con un pequeño altavoz.

Muchos viandantes se acercaron a estos artilugios para escuchar atentamente las voces de la gente, pequeñas historias de la calle que son grandes tesoros de la memoria. Recuerdos, por ejemplo, de un bar ya desaparecido al que un hombre solía ir a tomar algo; o los de una mujer que asistió a la primera manifestación del Día de Andalucía.

Ya en la Plaza Niña, Francisco Aliseda deleitó al público con un recital de poesía fonética, disciplina del que es uno de los mayores exponentes a nivel nacional. El artista insistió en los procedimientos de creación del lenguaje y su propia conformación metalinguística: un poema, por ejemplo, reprodujo el lenguaje de una niña de dos años y medio.

Aliseda realizó un original repaso a las expresiones fonéticas de otros autores, como Mikel Jauregi, Miguel Agudo, Hugo Ball, Raoul Haussman y Kurt Schwitters, de modo que el recital contó con obras de producción propia y una relación de pequeños sketch sonoros a los que el particular creador llama "bombones fonéticos".

La música también tuvo un lugar privilegiado en la primera jornada de Calle Concepto, de manos de Los Caballos de Düsseldorf, un original cuarteto liderado por el ilustrador y diseñador Olaf Ladousse, quien fabrica instrumentos a partir de circuitos electrónicos reciclados de juguetes y otros aparatos sonoros.

El resultado de esta práctica conocida como 'circuit-bending' depende, según explicaron sus artífices, de los pedales, de la apetencia del momento y, claro está, de la intención. A partir de aquí, es imposible delimitar estilos y géneros.

Mientras todas estas propuestas tomaban las calles más céntricas, el proyecto Roadvideo, comisionado por Fernando Bono y Atlantidawelcome, recorría el resto de la ciudad en furgoneta con las videocreaciones de artistas como Doctorculebra (Madrid), Left Hand Rotation (Madrid-Lisboa), Miguel Soler (Sevilla) y Enrique Ramírez (Chile).

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