Pedro Reyes la risa como acto de amor
audiovisual | tributo al referente del humor absurdo
Un documental desvelará los orígenes del cómico hasta 1996 El proyecto muestra la contracultura de una Huelva dormida en los 70 y el caldo de cultivo en el que florece la vida artística de un grupo de jóvenes salvados por el teatro
La idea surgió a raíz de su fallecimiento. Pedro Reyes murió el 25 de marzo de 2015 en Valencia, cuando tenía 53 años. Sufrió un infarto de miocardio. El realizador audiovisual Fran López Reyes, sobrino del humorista, se planteó realizar una película sobre sus inicios, su inspiración, su universo creativo y su evolución, partiendo del regreso de Pedro de Tánger a Huelva en 1966 hasta 1996, cuando dirigió El niño pollo.
El objetivo del onubense es dar a conocer, a través de un documental, la historia que se esconde tras la personalidad de un cómico irrepetible que se reivindicaba actor. "Es una contradicción, pero lo cierto es que lo que mejor se le daba era hacer reír. Era un maestro de la carcajada. Una vez me dijo que hacer reír era uno de los actos de amor más maravillosos que existe porque es pura felicidad y generosidad", recuerda Fran.
Al poco de alumbrar el proyecto, le llamaron desde la Diputación, con la petición de que les facilitara el citado cortometraje para proyectarlo en un homenaje. Después, el artista onubense Adrián Pérez Vázquez, conocido como Man o Matic, ilustró con un retrato del humorista el cartel anunciador de las Colombinas, grafiteando una creación que lleva su particular sello y que se expuso en la caseta municipal. Ilusionado, Fran López vivió estas iniciativas como un impulso a su proyecto y, tras las vacaciones de verano, comenzó a escribir y a darle vueltas a esta idea que ya está en marcha y que cuenta con la producción de Morada Films.
En tono de humor, el documental recurrirá a la voz del propio Pedro, un narrador de excepción a partir de frases de sketches, monólogos y escenas de su carrera. Sus palabras estarán apoyadas por intervenciones de sus compañeros: se incluirán entrevistas a Pablo Carbonell, Alaska, Hugo Stuven, Barragán, Paco Aguilar o Miriam Díaz Aroca, entre otros muchos. Además, López Reyes tiene la intención de "hacer algo disparatado con Kiko Veneno". La cinta, en cualquier caso, pretende "que la gente se divierta a raudales", con la suerte que implica el hecho de que todos los amigos de Pedro son actores y son "muy buenos en cámara".
Aunque nacido en Tánger, Reyes vivió desde pequeño en la barriada de Pérez Cubillas, en Huelva, ciudad natal de su madre, donde conoció al gaditano Pablo Carbonell. Ambos comenzaron su andadura en 1977, en el grupo de teatro Centuria, y con 20 años se marcharon a Sevilla, ya como Pedro y Pablo. Más tarde se mudarían a la capital, en plena Movida madrileña. Tras sus apariciones en La bola de cristal, Reyes participó en Pero, ¿esto qué es? y, al poco, sus actuaciones en No te rías que es peor llenaron de carcajadas los almuerzos de muchos españoles.
"Pedro es una figura muy poliédrica para mi, necesitaría muchas páginas para explicar cómo era. Son muchos años, mucha cercanía y, algunas veces, incluso distanciamiento. Pero en momentos crudos o difíciles para él o para mi hemos recurrido el uno al otro y siempre nos hemos encontrado", asegura Pablo Carbonell. El artista tiene muchas maneras de mirar a Pedro pero, por encima de todo, eran "hermanos". Como amigo era "inmejorable" y como profesional era "el mejor cómico del mundo", aunque "lamentablemente no llegó a desarrollar todo su potencial porque murió antes y porque siempre fue muy silvestre".
Precisamente el documental quiere abordar la relación de estos dos artistas que, a juicio de López Reyes, constituían "una pareja cómica única". Pablo es "una persona talentosa con un universo muy particular. Ambos confluían en ese universo, pero Pablo estaba más en la tierra y era más versátil. Pedro funcionaba muy bien con el tema del humor absurdo, aunque luego él hizo también muchas películas", señala López Reyes.
Inmerso en el proyecto, el realizador contactó con amigos de Pedro del grupo Centuria que, curiosamente, tras su muerte se juntaron y estuvieron paseando por la ciudad y rememorando viejos tiempos. Con ellos, su tío empezó haciendo teatro infantil en Huelva, en un teatro de la antigua Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS) que actualmente está abandonado y que se ubica en el sótano de un lateral del Ayuntamiento, donde están las actuales sedes de CCOO, el Sindicato Unitario y Asaja, en la Gran Vía. Ahora, el sueño de todos ellos es que esa sala de la Subdelegación del Gobierno se rehabilite para ser usada como espacio multifuncional que lleve el nombre de Pedro Reyes.
Según explica López Reyes, el grupo Centuria estaba enfocado al público infantil. Hacía pura improvisación y se inventaba cuentos. Entre ellos, Andalucía sin azúcar, que era una parodia de una obra de teatro clásico que promovía una institución andaluza. "Ellos vieron aquella obra y se quedaron muy sorprendidos con el tío con el azadón y esa Andalucía profunda que quedaba retratada. Se les ocurrió hacer una parodia de la obra para niños. Hablamos de finales de los 70", señala.
Tras encontrarse con Juan Romero Mancha, Valentin Gandásegui y Arturo Macías Uceda, miembros de aquel grupo, López Reyes tuvo consciencia de que lo que hicieron fue "alucinante". Cuando montaron Centuria junto a Enrique Carbonell, Pablo Carbonell y otros muchos, como Nazario Seguí, solían juntarse en la Tasca del Matías y allí proyectaban las iniciativas que más tarde desarrollarían. A Pedro, por ejemplo, "le gustaba mucho la poesía", hasta el punto de que quería ser poeta y firmaba cartas como el Conde de Tánger. Justo en el documental se desvelará cómo su familia llegó a Marruecos, una historia "muy simpática, graciosa y un poco absurda" que guarda analogías con su forma de trabajar.
En la reunión con los miembros de Centuria, Arturo Macías aportó "la caja del teatro". La había conservado durante 35 años. Este cofre contiene una serie de fotografías, carteles, anotaciones de los cuentos que hacían, de las actuaciones, la gente que entraba o la recaudación. En aquella época había dos grupos de teatro en Huelva y los miembros de Centuria eran "tachados de locos y de no saber hacer teatro". Pero "los niños se morían y repetían".
Era un grupo de teatro que "encima del escenario podía parecer anárquico, irreverente y loco", pero detrás había un trabajo concienzudo. Imprimían los carteles, alquilaban salas, fiscalizaban el dinero y preparaban el trabajo. Usaban focos que robaban, ropa que se encontraban por la calle y los maquillajes de sus madres. Todo se hacía de "una forma muy libre", apunta.
El fotógrafo Manolo Martín ha aportado, además, 50 fotografías de Pedro, Pablo y los asiduos a la Tasca del Matías, en la que se palpa "toda esa subcultura". "Tenemos archivos totalmente inéditos aunque seguimos en la búsqueda de más material y tenemos que consultar el Archivo Municipal para contextualizar esa Huelva", indica. Con todo ello, el documental quiere tocar también un aspecto que no se ha trabajado en a nivel de cine documental: la contracultura de aquel periodo en la capital onubense.
"Acababa de morir Franco y estos chavales de 17 o 19 años tenían muy pocas opciones en una ciudad pequeña, con sus fábricas. Pedro vivía en un barrio humilde, rodeado de chabolas y, de alguna forma, el teatro lo salvó, le dio esa fuerza, energía y ganas de hacer cosas", asegura Fran. Aunque desde hace más de siete años el realizador se dedica al sector audiovisual, es sociólogo de formación y le apasiona ese sustrato: "Pienso en estos tíos que se juntaban en la Tasca del Matías y con sus canutitos, con sus altramuces y botellines orquestaban su próxima actuación".
Según avanza, el proyecto tiene mucha fuerza en sí mismo porque no se centra en hablar de Pedro Reyes: su sobrino insiste en que quiere mostrar ese momento en que se juntan los artistas, cómo empiezan a hacer teatro, cómo se separaron con la Mili, la marcha a Sevilla con Pablo y la llegada a Madrid con la Movida en los 80. "No tenían dónde caerse muertos, se fueron con una mano delante y otra detrás, pero con dignidad. Actuaban en el Retiro y si una señora les daba un billete le decían que no, que era mucho y no lo cogían", apunta.
La banda sonora de la película tendrá el sello de grupos de Huelva. Consciente de la importancia de la transversalidad de los proyectos, Fran quiere que bandas y artistas locales pongan la nota musical. De momento, avanza que Diego Guerrero será uno de los colaboradores. La idea es versionar canciones de la época. Además, pocos conocen que Pedro Reyes grabó un disco, Pelillo de foca, que está en Spotify. Una de sus canciones, Madre, madre tú eres muy grande, será revisitada por De Malditos.
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