Pintura y conspiración

Pintura y conspiración
Pintura y conspiración

12 de marzo 2010 - 05:00

Gota de Leche.- T.O.: 'Nightwatching'.- Producción: Canadá, Reino Unido, Polonia y Holanda, 2007.- Duración: 141 minutos.- Dirección y guión: Peter Greenaway.- Fotografía: Reiner Van Brummelen.- Música: Wlodek Pawlik.- Montaje: Karen Porter.- Intérpretes: Martin Freeman, Emily Holmes, Eva Birthistle, Jodhi May, Toby Jones, Natalie Press, Jonathan Holmes, Michael Teigen, Agata Buzek, Kevin McNulty, Anna Antonowicz

Afortunada elección de esta película, que no podía faltar en este ciclo del Cine Forum La Gota de Leche dedicado a La pintura en el cine, felizmente iniciada el pasado miércoles con Modigliani (2004). Y es que La ronda de noche es un título perfectamente asumible en la filmografía de Peter Greenaway que tiene en su haber películas tan singulares como El contrato del dibujante (1982); El vientre del arquitecto (1987), El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989) y El diario íntimo (1996), por citar aquellas que tienen una más cierta relación con el arte, ya que el director galés tuvo desde muy joven vocación de pintor cuando estudiaba en el Walthamson College of Art, donde compartió también estudios de música con el compositor Ian Dury. Todo ello se ha puesto de manifiesto en la categoría estética de sus películas.

Esta película nos trae como el mejor mensaje pictórico que pueda imaginarse uno de los cuadros más famosos de la historia pictórica universal no sólo por su belleza, sino por las pistas que aporta sobre un asesinato, que su autor, Rembrandt (1606-1669), dejó a la posteridad. Fascinado por la obra del pintor holandés, Peter Greenaway nos cuenta como el artista cuando pasa por uno de los peores momentos de su vida, arruinado y apenado por la perdida de su mujer, su amada Saskia, recibe el encargo de hacer un retrato de la milicia de arcabuceros de Amsterdam, que aceptará a regañadientes. Mientras trabaja en su obra descubre asesinatos y conspiraciones entre los mercaderes que le sirven de modelo y llenará el cuadro La Ronda de noche, pintado en 1642, de diversas claves acusatorias contra los criminales autores de la conspiración de un vil asesinato. La venganza será cruel.

Peter Greenaway nos ofrece una luminosa visión del acto creativo, aunque en su fogosidad cromática, regresando al estilo de sus películas iniciales, las más hermosas, no renuncie a sus encuadres impactantes, a sus imágenes un tanto grotescas a veces y a sus pretensiones poéticas. Vuelve así a demostrarnos la personalísima concepción de sus planos, de especial simetría, que ha sido siempre uno de los más admirados valores de sus obras. Rembrandt rompe con la tradición del cuadro estático y sin personalidad, para añadirle los secretos de los personajes y del propio creador. Por su parte el realizador recarga sus pretensiones visuales y añade más retórica al texto. Pero esta inmersión en la pintura del artista holandés es también una muestra de su conocimiento de un pasado artístico que le fascina: el barroco tardío que con Rembrandt representan Velázquez o Caravaggio.

Pero en este tipo de cine uno se engolfa a veces demasiado en el arte para posponer lo auténticamente cinematográfico y en este sentido hay que reconocer en Peter Greenaway, que aunque no estemos ante su mejor realización, cargada de verborrea y de personajes que confunden al espectador en un discurso en ocasiones demasiado largo, su film tiene un beneficioso sentido didáctico, porque añade a las posibilidades de entretenimiento la virtud tan poco habitual de exponer un valioso conocimiento, una instrucción fundamental en el ámbito artístico. Pero no cabe duda de que a los valores estéticos del film contribuyen tanto la dirección artística, el diseño de producción de Maarten Piersma como el vestuario de Marrit Van Der Burgt y Jagna Janicka, así como la iluminación del fotógrafo Reiner Van Brummelen. Y eso, es justo reconocerlo, es algo que cuida exquisitamente Peter Greenaway.

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