Popeye Torero y su eterna lucha contra los prejuicios
Toros
La actuación del lunes en la Plaza de Toros de Huelva de La Merced tiene como objetivo acercar la tauromaquia a los jóvenes y concienciar a la sociedad sobre la tolerancia
Huelva/El Popeye Torero es un espectáculo familiar preparado para niños y adultos y enfocado a que los más pequeños pasen una feliz tarde. Se compone de una serie de parodias para que se los asistentes se rían y dejen a un lado los problemas vividos a lo largo de los dos años tan complicados de pandemia, como nos indican los artistas del espectáculo.
Detrás del espectáculo taurino se esconden historias humanas como las de Juan Antonio Bermejo, que hace del Popeye Torero, y los enanos Paul Muñoz y Melvi Díaz, nacidos en Ecuador y Venezuela, respectivamente.
Juan Antonio Bermejo cuenta que los espectáculos cómicos “estamos pasando una crisis bastante fuerte y solo pedimos a las empresas, los ayuntamientos, concejales y comisiones de festejos que no nos olviden. Lo que ha hecho la Plaza de Toros de Huelva La Merced al llamarnos es lo que tendrían que hacer todas las plazas y ferias importantes. Tenían que dar un día para los niños porque tienen derecho a reírse y a no ver la sangre, con todos los respetos hacia los matadores de toros”. Al término del evento, su mayor satisfacción es “que se vayan los papás con los niños y te den la enhorabuena, y que te pidan postales firmadas”.
El Popeye Torero puntualiza que el espectáculo está preparado para que “se rían con los pequeños, del trabajo de los pequeños, no de los pequeños porque la gente confunde que se ríen de los enanos y no es así”. Sin embargo, “estos señores de corta estatura son personas humanas que comen, se visten y cotizan a la Seguridad Social, no son objetos”, prosigue en defensa de la poca tolerancia que hay con el enanismo.
Incorporó a los artistas a través de sus siete viajes a Sudamérica, en concreto a Colombia, Venezuela y Ecuador, al ser países taurinos. Un ejemplo son los enanos Paul Muñoz y Melvi Díaz, que trabajan como operario de manipulados para productos de farmacia en Fuenlabrada y vendedor de la ONCE en Madrid, respectivamente. Otros de sus compañeros no tienen la misma suerte, algunos durante el invierno actúan en discotecas como strippers o en despedidas de soltero.
El espectáculo es el trampolín hacia España, Juan Bermejo los eligió y vinieron de Venezuela y Ecuador y llevan 28 y 15 años respectivamente en el mundo del toro. Viajan para hacer el espectáculo a nivel mundial y tienen contratos en Portugal, Francia, Venezuela, Perú, Ecuador, México, Colombia e incluso en Turquía.
El objetivo es enviar un mensaje a los niños de que “no hay estadísticas para nada. Todos podemos hacer cualquier cosa que se nos proponga. Somos sus amigos y no somos diferentes a ellos”, declaran los especialistas.
En las redes sociales es donde sienten que tienen menos respeto por parte de la sociedad, en ese entorno “somos humillados y nos sentimos discriminados”. Sin embargo “aquí nos ganamos el respeto de la gente por lo que hacemos, no por lo que somos”.
La importancia de estos eventos taurinos se remonta a más de 150 años de antigüedad. El espectáculo contiene diferentes secciones, comienza con una presentación que consta de todas las banderas de las comunidades autónomas de España. Posteriormente aparece un drag queen bailando. Hay unas parodias dirigida a los niños y, finalmente, los enanos torean a un becerro para acercarse a los tendidos y acercar la tauromaquia a los más jóvenes.
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