Rafael Prado: La vida hecha música
Nuestro protagonista de hoy comenzó en el mundo de la música con tan solo siete años, sentado delante del piano recibiendo clases de Julia Hierro. Al año, escribió su primera obra Juegos. Desde muy joven, sus padres y profesores le orientaron a fortalecer sus raíces con una formación solida de tres licenciaturas en: Piano, Solfeo, Teoría de la música, Transporte y Acompañamiento, y Composición, Instrumentación, Contrapunto, Armonía y Fuga, recibiendo clases de grandes profesores como Ramón Coll, Joaquín Achucharro o Carlos Calamita en Piano, y en Composición de Ignacio Marín o Antonio Flores. Además estudió dirección de orquesta y se doctoró en Comunicación Audiovisual en la Facultad de Periodismo de Sevilla bajo la dirección del Dr. Manuel Ángel Vázquez Medel.
Ha trabajado en innumerables proyectos a lo largo de su carrera. Como intérprete de piano, ha dado recitales de obras clásicas, abarcando todos los estilos y estéticas, comenzando a incluir obras de creación propia en su repertorio, como por ejemplo Improvisaciones sobre el río Tinto, Danzas sobre el río Odiel o Alborada en el Rocío. Ha compuesto un centenar de obras, cultivando los distintos géneros, estrenadas en diversos espacios, y registradas en sus trabajos discográficos.
Siempre ha tenido claro el concepto de artista total: poseer todas las herramientas y conocimientos posibles para poder mostrar a sus contemporáneos del siglo XXI algo distinto, diferente y nuevo. Piensa que la época de la especialización es obsoleta y que vivimos la era de la diversificación. Es consciente de que supone mucho más trabajo y por supuesto la temporalidad de los proyectos también varía. Quizás vea como un punto de inflexión la realización de la tesis doctoral, la cual le abrió un nuevo horizonte.
En la actualidad, está inmerso en varios proyectos a la vez, como es costumbre en él. En estos últimos meses ha creado la Banda Sonora para los cortometrajes Peor Imposible y He vuelto, del director onubense Israel Millán. Al mismo tiempo, sigue ampliando con nuevas creaciones la suite Genios de Andalucía, y escribe las rapsodias para piano y orquesta y los poemas sinfónicos del primer volumen. Deseamos desde aquí su pronto estreno.
En un plano más pragmático, cree que es tiempo de cambios, y por supuesto el sistema cultural también lo necesita. Ampliar horizontes, establecer nuevas reglas, nuevas mentes de este tiempo que programen la nueva era que viene y no estar anclados en modelos antiguos, arcaicos y obsoletos. Ya se ha probado, sentido y sufrido que no funciona. Es un momento de evolución cultural, donde la libertad debe estar presente en todo momento; lo malo es que esto no ocurre. Un artista debería estar frente al público por su sensibilidad y sus capacidades de expresión y comunicación a través de su lenguaje, no por pertenecer a ideologías políticas, religiosas, etc.
Piensa que el arte debe estar por encima de todo, siendo el público el que al final lo siente y se resiente, creando desidia ante la previsión de lo previsible; es decir, siempre lo mismo. Es una cuestión de falta de competencias, que ha generado una insuficiencia cultural pese a la rica materia prima artística que poseemos en Huelva. Se convierte en pobre al no valorar a los onubenses y ante la no exportación de los productos culturales de nuestra provincia. No nos preocupamos de un gran número de artistas que día a día trabajan, después de haberse preparado en conservatorios, universidades, etc. Este colectivo tiene que buscarse su historia fuera de su tierra y además sin apoyo institucional.
El mundo está regido por la vulgaridad, la falta de sensibilidad, y los poderes ideológicos sectarios. Y quizás la causa de todo esto sea el poco asociacionismo existente entre los artistas independientes, que provoca el amiguismo partidario que genera una impenetrable tela de araña con objetivos no artísticos, sino lucrativos. La pereza cultural hace valorar a ganadores de concursos, de casting y demás historias, que nada tienen que ver con el arte. Aunque lo peor estriba en que nadie diga nada.
Nos afirma que el sistema actual se ha construido sobre sí mismo en una organización pública pero con un carácter privado y no libre. Dicho sistema cultural debe contar con un trabajo continuado, estableciendo relaciones entre los artistas y el público. Una continuidad en el apoyo de las tutelas administrativas y políticas, pese a que en los últimos tiempos, primen más la cantidad que la calidad. También es muy importante que en la dirección cultural de una provincia, región o país, debieran estar gente que sepa valorar y potenciar el humanismo a partir del arte en todas sus vertientes de comunicación. Le preocupa que le ocurra a Huelva lo que vivió España a principios del siglo XX, donde los artistas andaluces tuvieron que emigrar para poder ser hoy, reconocidos andaluces un siglo después, como el caso de Picasso, Falla, etc.
Entre sus planes de futuro, seguirá dando forma a las ideas en las que trabaja desde hace años, ejerciendo en el mundo de lo audiovisual y por supuesto por exportar la cultura de nuestro entorno, con el nuevo diseño del espectáculo Suite Genios de Andalucía hacia otros lugares. Otorga gran importancia a la presencia de Internet en el mundo de la cultura, siendo un cosmos virtual que ha tomado enorme valor, consiguiendo establecer un entorno abierto y libre para exponer y expresar trabajos al mundo de manera natural. Ahora mismo hay una idea que le tiene muy comprometido, y es la creación de la Asociación Humanista de Artistas Onubenses (AHAO) por el desarrollo de la cultura de Huelva, de la que pronto tendremos noticias.
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