Sánchez-Cid presenta su investigación sobre los familiares de Felipe Godínez
El historiador profundiza en un libro en las raíces del dramaturgo del Siglo de Oro a través de su entorno
Los Godínez eran judeoconversos llegados a Moguer desde Portugal
Huelva/Miguel de Cervantes no dudó en incluirle en Viaje al Parnaso entre los grandes poetas españoles que debían enfrentarse a los considerados malos. Era el "florido ingenio", y no sólo formaba parte del grupo selecto sino que se le ubicaba en la cuarta posición en importancia entre los autores de su época. Pero ni quedar fuera de ese hipotético podio cervantino de las letras españolas le resta valor a Felipe Godínez Manrique, dramaturgo, poeta, literato, nacido en Moguer en 1582, en pleno Siglo de Oro, conviviendo en luchas novelescas con el propio Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Garcilaso...
A muchos moguereños no le resulta ajena la figura de su ilustre paisano. El teatro que lleva su nombre le recuerda a diario entre sus vecinos. Y ahora tendrán una oportunidad de profundizar aún más en su historia, directamente relacionada con la villa a la que llegó años atrás su familia, conversos portugueses que echaron raíces, hasta el punto de que fue regidor perpetuo el padre del primer literato de fama que dio Moguer.
Todo ello queda recogido en la obra La familia del dramaturgo Felipe Godínez, escrita por el historiador Francisco Javier Sánchez-Cid tras un profundo trabajo de investigación, que fue presentado, precisamente en el teatro moguereño el martes.
Ya andaba en esas pesquisas el autor en 2009, cuando escribió un reportaje con parte de sus resultados en la revista monográfica que se editó con motivo del 350 aniversario de la muerte de Godínez. Avanzó algunos datos más en 2012, en el curso de verano que la Universidad de Huelva organizó en Moguer dedicado a la figura del dramaturgo. Y ahora la propia Onubense se encarga de editar el producto completo de su investigación, que saca a la luz las biografías de los miembros más interesantes de la familia, pero también sus relaciones y sus actividades sociales y económicas en todo el territorio nacional, y sus extensiones a Alemania, Países Bajos e incluso América.
El catedrático de la UHU, Luis Gómez Canseco, director de la colección editorial sobre biografías del Renacimiento español en la que se encuadra esta publicación, ejerció de presentador e introdujo a los asistentes en el contexto de la investigación.
Sánchez-Cid dedicó su tesis doctoral en la Universidad de Sevilla a analizar las relaciones familiares de los Godínez. La defendió con éxito el año pasado, y ahora se recoge en La familia del dramaturgo Felipe Godínez. Prosopografía de un clan judeoconverso.
"Debemos dar las gracias al autor por descubrirnos nuevos datos sobre este gran literato moguereño al que cada día, en mayor medida, la crítica y los especialistas sitúan entre los grandes autores de aquella gloriosa época de las letras españolas que fue el Siglo de Oro", celebró la concejala de Cultura de Moguer, Lourdes Garrido, responsable también del mismo área en la Diputación.
Tampoco faltó al acto el historiador Diego Ropero, responsable del Archivo Municipal de Moguer, en el que tantos documentos del dramaturgo se conservan.
Entre todos los presentes, con una esmerada presentación de Francisco Javier Sánchez-Cid, se fueron desgranando datos y curiosidades acerca de Felipe Godínez y sus familiares, muchas de ellas a instancias del público, que interrogó al autor con mucho interés por conocer más.
Felipe Godínez Manrique (Moguer, 1582-Madrid, 1659) cursó estudios universitarios y eclesiásticos hasta lograr doctorarse en Teología y alcanzar el grado de diácono en la jerarquía eclesiástica, mientras comenzaba a desarrollar su faceta como escritor. Sus primeras obras están fechadas en 1613 y su calidad no pasó desapercibida en los círculos literarios de la época.
Tras ser acusado de judeizante, la Inquisición confiscó sus bienes y le condenó a un año de prisión y seis de destierro, por lo que se trasladó junto a su madre y hermanas a Madrid, donde se dedicó más activamente a la creación literaria.
De su talento salieron veintiséis dramas y cinco autos sacramentales, así como comedias cortesanas e históricas, en las que gustó de tratar asuntos amorosos, religiosos y morales. El tema del honor adquiere en sus obras un tratamiento novedoso con respecto a los cánones de la época, ya que niega que éste pueda ser adquirido por herencia familiar nobiliaria, sino solamente por los propios méritos del individuo.
El exhaustivo trabajo de Sánchez-Cid ofrece la oportunidad de conocer en profundidad a este singular grupo familiar en el que creció y se formó Godínez, y con él, descubrir también parte de la intrahistoria de una de las épocas más fructíferas de las letras españolas.
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