Los americanos vuelven a 'Los Olivos'
La pareja de investigadores participa en un acto cultural en el pueblo serrano
Linares de la Sierra acogió de nuevo a los conocidos en este pueblo serrano como los americanos, George y Jane Collier, pareja de investigadores que con poco más de veinte años de edad decidieron indagar y conocer cómo respiraba una sociedad rural en la década de los sesenta del pasado siglo XX. Su primer viaje a Linares, la que ellos llamaron Los Olivos, fue en 1963. Desde entonces fueron varias visitas y periodos de estancias en el pueblo, donde se quedaban a vivir de alquiler.
Ambos, ya retirados de la docencia, fueron profesores de Antropología de la Universidad de Stanford de California, EE.UU. Una de las universidades privadas más importantes y prestigiosas del mundo con más de 120 años de vida y en su haber casi una treintena de Premios Nobel entre sus profesores. De hecho, en la actualidad viven en EE.UU y han venido a España, a Linares, en un largo viaje solo para dar una conferencia histórica en el municipio.
Entre sus muchas investigaciones, de las más afamadas es la desarrollada en Chiapas, México, e igualmente el parentesco en nuestra comunidad autónoma, entre ellas la de Linares.
Cuando llegaron a este pueblo serrano, junto a otros investigadores, no conocían absolutamente a nadie. Un handicap sumado a que parte de la población de Linares había sufrido, en exceso, los destinos de la Guerra Civil y dura posguerra. Para ellos no fue fácil ir conociendo, al detalle, a toda la población, sus historias, memoria y silencio, la vida diaria de un pueblo que entonces también tenía más población que ahora.
Su estudio de Linares les llevó a publicar el libro Socialistas de la Andalucía Rural. Los revolucionarios ignorados de la Segunda República. En Linares de la Sierra el libro es conocido como Los Olivos, porque los dos americanos decidieron que para que los vecinos pudieran hablar libremente y sin miedo de una etapa tan negra como la Guerra Civil y posguerra, y que en particular había sido muy dura en Linares, llamaron a Linares Los Olivos y utilizaron un seudónimo para cada persona.
Lógicamente entre la población chicharrera la mayoría saben a la perfección con qué persona real se corresponde cada seudónimo. Incluso llegaron a estar en Cataluña, comunidad que acogió a muchos vecinos de Linares en una de las huidas, obligadas y más importantes de población que ha tenido este pueblo en las últimas décadas.
El acto, pese a ser en una tarde fría y de mucha lluvia, contó con muchos vecinos que llenaron, con bastantes personas de pie, la Casa de la Cultura en las antiguas dependencias de la Guardia Civil.
George y Jane fueron presentados por el periodista serrano, natural de Aracena, Javier Moya Rufino. Los dos recibieron la bienvenida de Carlos Martín, presidente de la asociación cultural Sierra de Picachanes, que abrió el acto. Muchas historias, anécdotas, recuerdos, desvelos sorprendentes, respuestas sabidas, preguntas resueltas y añoranzas entre los mayores que los recordaban a la perfección.
Y sin duda el momento más emotivo fue cuando se proyectaron, en diapositivas, muchas fotos de Los Olivos realizadas durante sus visitas a Linares, de las últimas en los años ochenta del pasado siglo. Al final, recibieron del pueblo de Linares de la Sierra una placa conmemorativa en recuerdo y agradecimiento a toda su labor y presente viaje, ya que son muy queridos entre los vecinos.
Tras el acto, todos pudieron conversar en torno a una copa de vino y ricos manjares serranos. Los dos investigadores, que han estado varios días viviendo en Linares, quedaron sorprendidos del cambio para bien en algunos aspectos y cómo se mantiene la esencia en otros, sin ninguna evolución .
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