El arte de la herrería de Antonio 'Café'
Una exposición reúne en Aracena la obra del artesano local fallecido recientemente
La sala de exposiciones del Teatro Sierra de Aracena acogió una selección de las obras del arte de la herrería de Antonio Nogales Díaz Café. Artista local fallecido el pasado año, que tenía como gran ilusión la exposición de parte de sus trabajos, aunque siempre pensaba, por su humildad, no ser merecedor de ello.
Antonio Café como era conocido en Aracena ya había expuesto previamente algunas de sus obras tanto en la Casa Hermandad de la Santa Vera Cruz como en la Casa de la Cultura de Linares de la Sierra. Ambas las conoció y ésta era la tercera y más completa, aunque desgraciadamente no ha podido verla. Sí sus hijos y familiares que estuvieron presentes en la inauguración oficial.
Antonio Café fue uno de los colaboradores de la exposición Aracena, memoria de un siglo, que se llevó a cabo con motivo del centenario de la Gruta de las Maravillas en agosto del pasado año, y que pudo disfrutar.
Un artesano del hierro, tradición que le venía heredada de sus padres y abuelos, tanto maternos como paternos, que hizo durante más de sesenta años de dedicación auténticas virguerías.
Realizaba figuras de gran calidad y precisión con cualquier pieza de hierro que caía en sus manos. Gran amante de la mecánica hacía con todo lujo de detalles todas las piezas de diferentes vehículos, principalmente camiones y trenes. Muchos trabajos en forja están repartidos por diferentes lugares emblemáticos de Aracena y diferentes rincones y casas de la localidad. Muchos encargos como una forma de ganarse la vida y así sacar adelante a su familia.
Muy conocido en Aracena así como su lugar de trabajo, pequeño espacio en la céntrica calle Antonio Cuba, reconocible por el olor de la fragua de "Café". Muchos de los objetos que elaboró tienen movimiento eléctrico. De hecho en la exposición se pudieron ver la tracción de algunos de ellos como un bonito molino.
Muchos de los artículos eran para el hogar: cabeceros de camas, percheros en forma de animal, maceteros, para la chimenea, entre otros. En la exposición también se mostraron lápiz, gomas, rotuladores, martillo, compás, gafas… y algunos de los planos que hacía para luego ejecutar sus obras.
Antonio Nogales Café, además de muy querido y conocido por su forma de ser en su pueblo, Aracena, era peculiar porque casi siempre iba vestido con su mono azul de faena.
En la selección de obras se pudo apreciar el arte de la herrería y la forja y admirar el trabajo minucioso del artesano.
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