Bridget Jones: reencuentro y despedida

BRIDGET JONES: LOCA POR ÉL | CRÍTICA

Renée Zellweger y Leo Woodal protagonizan el largometraje que dirige Michael Morris.
Renée Zellweger y Leo Woodal protagonizan el largometraje que dirige Michael Morris. / D. S.

La ficha

*** 'Bridget Jones: loca por él'. Comedia romántica, Reino Unido, 2025, 126 min. Dirección: Michael Morris. Guion: Helen Fielding, Abi Morgan, Dan Mazer. Fotografía: Suzie Lavelle. Música: Dustin O’Halloran. Intérpretes: Renée Zellweger, Chiwetel Ejiofor, Leo Woodall, Hugh Grant, Colin Firth, Casper Knopf.

No pongas tus tontas manos sobre la extraordinaria canción de Noel Coward Mad About the Boy, estrenada en 1932 en la revista musical Words and Music, que han interpretado muchos de los más grandes, desde la versión original de Coward con la orquesta de Ray Noble a la más conocida de Dinah Washington, pasando por las de Gertrude Lawrence, Patti Page, Helen Forrest, Jackie Gleason, Lena Horne, Anita O’Day o Dinah Shore. Demasiada canción –lo ligero inteligente con un punto viperino muy de Coward frente a lo ligero un tanto bobalicón– para esta tan amable como cortita película.

Como, por otra parte, lo son todas las de este personaje creado por Helen Fielding, cuyas aventuras cinematográficas no empezaron mal con El diario de Bridget Jones (2001), reivindicación del derecho a la existencia de las mujeres que no cumplen las expectativas físicas que se les imponen, pero tuvieron una mediocre continuación con El diario de Bridget Jones: sobreviviré (2004) de la que se recuperó un poco años después con Bridget Jones’ Baby (2016), de la que esta película, inferior a la primera, superior a la segunda y empatada con la tercera, es continuación.

La protagonista ha enviudado, cuida de sus hijos e intenta sobrevivir –que, más que vivir, parece el destino de Bridget desde la primera película– ayudada y a la vez empujada por sus amigos a hacer eso que se llama rehacer su vida, darse una segunda oportunidad, volver a trabajar, salir de sí misma y cosas parecidas que en casi todos los casos apuntan más al ejercicio amoroso y la cama que al profesional y el despacho. Lo acometerá, hombre muy apuesto y mucho más joven de por medio, con las lógicas decepciones y situaciones embarazosas que también parecen marcar su destino de superviviente emocional.

Zellweger está en Zellweger: no se puede decir que sea una actriz de muchos registros. Se agradece, como siempre, la presencia de Emma Thompson. Y sigue asombrando la resurrección de Hugh Grant, por quien nadie hubiese dado nada hace unos años. La dirige con oficio, pero sin mucha convicción, Michael Morris, experimentado realizador de series televisivas que solo cuenta en su filmografía con un largometraje, To Leslie (2022), superior a esta amable y entretenida, pero previsible hasta en sus menores giros de guión, comedia.

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