Los Concursos de Fandangos de los años 50 en Huelva (y 3)
Historias del fandango
Los concursos de fandangos de los años 50 rescataron al fandango, activaron el flamenco en la programación radiofónica e impulsaron a nuevas figuras del cante
Los Concursos de Fandangos de los años 50 (2)
Huelva/HASTA los concursos, se emitía muy poco flamenco en la programación de la única emisora que había en Huelva, Radio Nacional de España, como se señala en el libro Huelva tierra de fandangos: “…un único espacio, una vez a la semana y no siempre en día fijo, desde las once de la noche en adelante y con una duración media de entre un cuarto de hora y treinta minutos. Solo a veces ese espacio se dedicaba a los fandangos. En muchas ocasiones, el flamenco se situaba en la rejilla como ajuste de programación. Cierto es también que, vista la aceptación del cante por los oyentes, los programadores comenzaron a situar las emisiones de flamenco con asiduidad diaria y en horarios de tarde-noche y nocturnos”. Y a partir de entonces, las emisoras onubenses irían aumentando sus programas flamencos hasta alcanzar, en algunas temporadas de los años 60 y 70, los cinco programas diarios, a los que tanta afición se les debe.
Los concursos de Radio Nacional de España generaron una tendencia de presente y de futuro; por ellos pasaron “todos los que tenían algo que cantar por Huelva en aquel tiempo, creando afición y actuando como un formidable altavoz desde el que se publicaban estilos apenas conocidos hasta entonces por el público… Aquella radio que se escuchaba con la familia reunida… se había convertido en el principal aliciente para distraerse en la España empobrecida y hambrienta… En tal ambiente, el cante actuaba como alimento espiritual, como reparador de memorias transidas por la barbarie de la guerra”. Y como recuperador de una riquísima variedad de fandangos, parte de los cuales se dieron a conocer en estos concursos.
Una publicidad muy rentable
Cuando se retransmitían las fases clasificatorias, las firmas patrocinadoras pujaban por hacerse un hueco en la parrilla de la radio, porque esto les suponía una publicidad muy rentable. Y otra opción para anunciarse fue la de entregar premios a los mejor clasificados en las fases parciales, una modalidad que se aplicó desde el concurso 1952-1953. En una de las fases, por ejemplo, el primer clasificado recibió cien pesetas de una firma comercial, y el segundo una boina impermeable de la sombrerería Simón Vidosa; en la siguiente, un neceser completo de viaje de caballero para el ganador de la noche… En fin, numerosas empresas optaron por esta modalidad, que les daba nombradía en un programa líder de audiencia.
La tercera edición, 1954-1955
Fue la edición de mayor número de concursantes, pues se inscribieron 194. Se establecieron dos categorías: aficionados y profesionales. Los participantes debían cantar cinco fandangos. Se celebró el día 16 de febrero de 1955 en el teatro Mora y compitieron [1]:
Se aplicó una innovación para votar, que consistió en que fue el público, con sus entradas, quien eligió al campeón de los profesionales y al campeón de los aficionados utilizando sus entradas. El público permaneció en sus asientos, por donde pasaron las urnas recogiendo sus votos.
En el apartado de profesionales, por un muy ajustado margen de votos ganó José Sanz Urbano [2], de Huelva (365), seguido de José María Martín Infante El Moreno de Paymogo (363) y de Francisco Gómez Toronjo, de Alosno (130).
Esta fue la edición en la que Paco Toronjo [3] se desahogó al final cantando un fandango, ya fuera de concurso, con una letra que expresaba su desencanto con el recuento de votos:
A la final del concurso
Vino gente de Paymogo,
Trescientos de Punta Umbría,
Cuatro o cinco del Alosno.
¡Qué pena de tierra mía!
En el apartado de aficionados ganó Francisco Hernández Rull, de Punta Umbría (629 votos), 2º Lázaro Díaz Rebollo, de Cartaya, (121) y José Valladolid Briones, de San Juan del Puerto (92 votos).
La cuarta edición, 1958
De los premios de la cuarta edición solo conocemos que el ganador fue José María Martín Infante, conocido como El Moreno de Paymogo [4], que ya había conseguido otros premios en ediciones anteriores. El único diario de la capital, Odiel, mantuvo una deficiente cobertura informativa que nos privó de saber el resto de competidores y de ganadores, tanto en esta edición como en parte de las anteriores.
Trampolín de artistas del fandango
La nómina de cantaores de fandangos que surgieron de estos concursos fue amplia. Recordemos algunos nombres que se hicieron profesionales: Paco Cerrejón, Pepe Sanz Urbano, Perlita de Huelva, la Niña de Huelva, los hermanos Toronjo, El Moreno de Paymogo, Pepe Briones, Manuel Cordero, Manolo Limón… Y otros magníficos aficionados que dejaron para el recuerdo de los aficionados la impronta de su cante: Joaquín Vera Pérez, Eufrasio Domínguez, Juan Limón de la Rosa, Antonio Toscano, Juan Pérez Mora, Lázaro Díaz, Paco el Caena, Urbano López Pichardo, Pepe Azuaga, Paquillo el zapatero, Francisco Monge Correa, Salvador Mora… y muchos otros.
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