El decano de los fandangueros de Huelva
Historias del fandango
A El Comía se le pierde la pista tras unas actuaciones en Madrid en 1929, a donde se supone que había marchado para actuar y grabar un disco
Tras la pista de El Comía
![5. Manuel Mora Díaz 'El Comía'.](https://static.grupojoly.com/clip/599b5e0d-bbaa-4962-a9e4-692a90d66611_source-aspect-ratio_1600w_0.jpg)
Huelva/Aunque solo conocemos a El Comía por su fandango personal, él, como todos los cantaores, debió conocer ampliamente los cantes flamencos que se practicaban en su tiempo. Y no cabe duda de que fue también un referente de consulta para otros aficionados y artistas.
Según Miguel el Bengala, de la familia de los Caganchos trianeros, Manuel Torre aprendió de El Comía el fandango de La Parrala en una fiesta flamenca organizada por José Pérez de Guzmán en Huelva.
Sus actuaciones en Madrid
En 1929 tenemos a nuestro cantaor en Madrid, participando en un espectáculo que se anuncia a bombo y platillo, “¡Oiga! ¡Oiga!”, con presentaciones que le califican como “el verdadero as del fandanguillo, verdadero creador del fandanguillo nuevo, nuevo as del cante flamenco”. Es la manera de lanzar la publicidad, sí, con cierta rimbombancia y exageración..., pero la empresa del Teatro La Latina no arriesgaría tanto sin tener un fundamento. El Comía era un gran cantaor y ésta sería su actuación más importante fuera de su tierra. Actuó esta vez como profesional, pero Manuel Mora no pasó de ser un buen aficionado [1].
Por aquellos días, su nombre se repite en los diarios de mayor tirada de la capital de España: La Nación, Heraldo de Madrid, Libertad, El Imparcial...[2].
Al día siguiente del estreno, 5 de julio, se repiten los anuncios en la prensa; prácticamente con los mismos textos: cuadro flamenco con baile, toque y El Comía como único cantaor. Entonará sus fandangos, porque es el palo que mejor lo representa, pero habrá de cantar también para acompañar al baile, faceta que no le conocíamos [3].
Ese mismo día, en el diario La Nación han cambiado el nombre de nuestro cantaor, aunque pudiera ser una confusión del periódico: le llama Niño de Huelva, nombre con el que se conocía todavía al guitarrista Manolo de Huelva. En fin, pase...[4].
Vemos la prensa del día siguiente, y aquí ya no hay confusión que valga: la empresa ha cambiado de cantaor. El Comía ya no está en el espectáculo de La Latina; le ha sustituido El Americano [5].
¿Ha sido una sustitución temporal? No. Al día siguiente, el espectáculo sigue con todo su programa, pero el cantaor sigue siendo El Americano [6].
Diez días después del estreno, el cuadro flamenco del espectáculo se había renovado. Así que El Comía estuvo en cartel dos días y desapareció de La Latina [7].
¿Fue en esta ocasión cuando, según se dice, El Comía fue a Madrid a grabar un disco, pero no lo grabó? Puede ser. La prensa no dio más información.
En 1933 volvemos a encontrarlo participando en un festival benéfico para erigir un mausoleo al malogrado torero Pedro Carreño. Festival con dos partes, una primera en la que actuaron buenos artistas huelvanos y la segunda reservada a las verdaderas estrellas del fandango: El Comía, Antonio Rengel, Paco Isidro y el sevillano Manuel Centeno que gustaba mucho cantando fandangos alosneros. Cartel de lujo en el que ya no pudieron estar otros dos ases: José Rebollo, fallecido en Sevilla un año antes, como hemos visto, y un aficionado influyente y de gran prestigio, muy querido, como fue José Pérez de Guzmán, fallecido en 1930 [8].
Todavía este año de 1933 aparece su nombre en un anuncio como donante de unas botellas de manzanilla y licor, seguramente para un concurso o alguna celebración similar [9].
Pero a partir de entonces no hay más referencias en tiempo presente del cantaor.
Han pasado los años y aquellas lumbreras del fandango se fueron apagando. Pero en la memoria de los aficionados quedaron estos nombres y sus obras como la luz de un faro con el que seguir orientándose por los territorios del arte flamenco, y en 1968 volvieron a ser evocados en un homenaje organizado por la Caja Provincial de Ahorros de Huelva y presentado por el periodista Jesús Quintero [10].
Cuando se creó la Peña Flamenca de Huelva, uno de sus objetivos fue rescatar la memoria de los grandes cantaores ya fallecidos, y en esa nómina había de estar presente por derecho propio El Comía. Su cante y su memoria fue objeto de tertulias y el periodista y encargado de la comunicación de la Peña, José Calero, escribía al respecto en el diario Odiel [11].
De Sevilla a Huelva, en bicicleta
Aporto información personal. Allá por 1987 u 88, mi querido amigo y enorme aficionado Alberto Rodríguez, compañero en el Centro Regional de RTVE, me llevó a Triana a conocer al veterano Manuel Oliver a su casa, uno de los cuarteles donde vivía con su mujer en una casa de vecinos. Tarde de mucho calor. Nos recibió en camiseta de tirantas, algo bajo de salud aquel día. Hablamos de la soleá del barrio trianero y de sus exponentes. Y al identificarme como huelvano, nos contó cómo cuando él era joven se juntaban varios amigos aficionados y se desplazaban a Huelva en bicicleta para escuchar cantar a El Comía en una taberna en la que solía parar cuando era representante de vinos.
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