Ente Agatha Christie e Issac Asimov: brillante y atrevido debut
LA ACOMPAÑANTE | CRÍTICA
La ficha
**** 'La acompañante'. Thriller, EE UU, 2025, 97 min. Dirección y guion: Drew Hancock. Música: Hrishikesh Hirway. Fotografía: Eli Born. Intérpretes: Sophie Thatcher, Jack Quaid, Lukas Gage, Megan Suri, Harvey Guillén, Rupert Friend.
Lo que sucede cuando un grupo de personas reunidas en un lugar (mejor si es una casa de campo) tras un fallecimiento (que a veces sucede durante la reunión) ha dado mucho que escribir y que filmar, desde los clásicos de la novela detectivesca a los fastidiosos estudios de caracteres de cierto teatro y cine de intenso striptease psicológico y emocional.
En esta película la casa es la mansión de un multimillonario, los reunidos en ella son unas parejas, con la singularidad de que una está formada por un machote y una mujer que en realidad es un robot (¡chissss!, dejémoslo ahí) de apariencia e incluso autoconciencia humanas que no sabe que lo es, creado para satisfacer todos los deseos sexuales y de superioridad, para cumplir tanto los sueños carnales como de dominio de su imbécil dueño y amante. Y hay, por supuesto, un fallecimiento no natural.
Situada en un futuro cercano, la película mezcla con habilidad la crítica feminista con la cuestión ética de los límites entre lo humano y la máquina (convirtiendo en relación de pareja la relación paterno filial y la angustia del pequeño David de Inteligencia Artificial de Spielberg) en un tono de comedia negra que no olvida los tópicos y sorpresas de la novela detectivesca clásica para ir girando al humor negrísimo llevado al límite de la violencia extrema hasta rozar el terror. Además de con Inteligencia artificial tiene que ver con El hombre bicentenario (Chris Columbus, 1999) y en mayor medida con Her (Spike Jonze, 2013) y Ex Machina (Alex Garland, 2014). Aunque en un registro más siniestramente juguetón.
Estos juegos de la película con fuentes cinematográficas diversas la situarían en lo literario en un espacio que podría limitar al norte con Patricia Highsmith, al sur con Agatha Christie, al oeste con Isaac Asimov o Brian Aldiss y al este con Philip K. Dick.
El manejo de las transiciones que van ennegreciendo progresivamente el humor hasta acabar en el horror y la administración de las sorpresas están muy bien planteadas y desarrolladas a través de un buen guión escrito por el debutante director Drew Hancock, entrenado por una larga carrera como guionista y realizador televisivo. Corre muchos riesgos al jugar con fuentes tan diversas y con registros tan difícilmente conciliables, sobre todo al manejar no siempre con sutileza las cuestiones más directamente emparentadas con la ideología; pero sale airoso gracias a su talento y al de los intérpretes que dirige con maestría. Sophie Tatcher da el salto definitivo al estrellato tras haber ascendido solo en dos años los peldaños de la interesante The Boogeyman y las estupendas MaXXXine y Heretic. Su interpretación, dificilísima por los matices y transiciones a los que la obliga su personaje, es extraordinaria. Sin que desmerezca, aunque su personaje sea más simple, Jack Quaid, más que prometedor hijo de Dennis.
Sorprendente la banda sonora de Hrishikesh Hirway, con un cierto aire suavemente pop -no sé si buscado o casual- muy del cine francés de los 60 y los 70 (Francis Lai sobre todo, en su tema principal), y una hoy rara sutileza en la creación de ambientes de tensión.
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