Un genio del documental musical y Led Zeppelin: no se la pierdan

Becoming Led Zeppelin | Crítica

Led Zeppelin.
Led Zeppelin.

La ficha

***** 'Becoming Led Zeppelin'. Documental, Reino Unido, 2021, 137 min. Dirección: Bernard MacMahon. Guion: Bernard MacMahon, Allison McGourty. Música: Led Zeppelin. Fotografía: Vern Moen.

Gigantesca en formato. Gigantesca en sonido. Gigantesca en música. Tan gigantesca en todo como el grupo del que trata este gran documental: Led Zeppelin. Desde sus inicios, con los testimonios de sus integrantes -incluido el tempranamente fallecido batería John Bonham, en una entrevista hasta ahora inédita, cuya muerte en 1980 supuso la disolución del grupo- hasta su eclosión, o más bien explosión en 1969 con el bombazo de sus dos primeros LP (sobre todo el segundo), en un muy largo metraje que no se hace pesado. Por el contrario, debería durar más para seguir la trayectoria del grupo. Aunque no engaña: como su título dice trata de los orígenes de los músicos y del grupo.

Hay un excelente uso de los materiales de archivo -muchos inéditos- muy bien fundidos con lo especialmente rodado para esta summa de uno de los más grandes grupos de la historia. Hay cuestiones importantes que afectan directamente a la creación musical y cuestiones anecdóticas que arrojan mucha luz sobre la época y lo que en ella Robert Plant, Jimmy Page, John Bonham y John Paul Jones representaron: no muchos grupos han estado integrados por cuatro genios que demostraron que lo eran tocando juntos y siguieron demostrándolo cuando, tras la muerte de Bonham, iniciaron sus carreras en solitario.

Hay también muy buenos apuntes sobre los precedentes que hacen comprender las influencias que ellos asimilaron y a partir de las que crearon. Precedentes que se remontan a Gene Krupa, la música ligera de los años 40, el blues, el jazz rupturista de los 50, el pop de los 60 -con una mención que agradezco especialmente a John Barry y su Goldfinger, en la grabación de cuya banda sonora participó Jimmy Page como músico de estudio-, la música celta, el folk, el soul o el rock desde sus inicios, y que a través de los testimonios crean un fresco de la música popular que abarca mucho más tiempo que el de vida que tuvo el grupo. Este estudio de sus fuentes es de lo más valioso que aporta la película.

Casi medio siglo después de la disolución del grupo la película transmite, porque su música la tiene, esa salvaje vitalidad, suma de genialidad y riesgo, que los hicieron precursores de nuevas corrientes duras del rock que a la vez que su inspiración encontraron en ellos una cumbre que quizás nadie ha superado. Se da mucha información sobre la industria discográfica, la producción e ingeniería de las grabaciones, lo que es de agradecer por ser cuestiones frecuentemente olvidadas en los documentales musicales.

Todo se explica porque tras la película está el director inglés Bernard MacMahon, autor de una de las más grandes obras maestras documentales que se hayan hecho sobre la música americana, la serie American Epic, con narración de Robert Redford, una exhaustiva y larga investigación de 10 años a través de 37 estados sobre los artistas, unos conocidos y otros olvidados y redescubiertos por la serie, que grabaron los primeros registros electrónicos en los años 20 y 30 y fueron las fuentes de la música de su país. Lo que incluyó un proceso de recuperación y restauración de 169 canciones que también fueron editadas en nueve discos extraordinarios que reúnen todos los estilos de la música americana -cuya audición les recomiendo calurosamente: están en Spotify- y la edición del libro American Epic: la primera vez que América se oyó a sí misma.

Así se comprende, no solo la grandeza de esta película, sino que Led Zeppelin -ingleses enamorados de la música americana, como el director, que quizás por eso triunfaron antes en Estados Unidos que en su país- se inserte con tanto rigor en la historia de la música inglesa y estadounidense y que su minuciosa labor de investigación aporte muchas grabaciones inéditas y algunas que ni los propios músicos habían visto.

No busquen el escándalo, lo morboso, los excesos propios de la época -sexo, drogas y Rock&Roll- y del mundo en el que se desenvolvieron, ni las circunstancias de la trágica muerte de Bonham. Están como trasfondo, pero de lo que aquí se trata es de la música y de los músicos. No es una operación de blanqueo, cosa que podría sospecharse por ser el primer documental autorizado por el grupo (con el único precedente de The Song Remains The Same que era la filmación de tres actuaciones en el Madison Square Garden en 1973), sino de dar importancia a lo que lo tiene: el genio, la creatividad, la música. Lo propio de un riguroso y serio maestro del documental musical, Bernard MacMahon, y de un grupo genial que es historia, es decir, a la vez pasado, presente y futuro de la música. Entusiasmará y emocionará a quienes recordamos cuando, hace tanto tiempo, nos compramos el primer disco de Led Zeppelin -un servidor en una tienda de electrodomésticos y discos de Nervión- y a todos cuantos amen la música. Sin etiquetas. Es incomprensible por qué ha tardado tanto tiempo en llegar a las pantallas. Y el horario tan tacaño en que se ha programado, la fugacidad con la que ha pasado por la cartelera. Si tienen ocasión de recuperarla, si los cines añaden alguna sesión o la difunde alguna plataforma, no se la pierdan.

stats