Ibón Martín: "La novela negra radiografía la sociedad actual"
El narrador despide a la ertzaina Ana Cestero, protagonista de cuatro de sus novelas, en ‘Alma Negra’ (Plaza y Janés)
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
Una historia descarnada y tensa, a imagen y semejanza de la zona en la que transcurre, los Montes de Hierro. Así es Alma negra (Plaza y Janés), la última novela de Ibón Martín (San Sebastián, 1976) con la que cierra la saga protagonizada por Ana Cestero. Según su autor, la obra “arranca con una taquicardia, con un golpe absoluto al lector” desde la primera página. A su juicio, Alma negra es “tan atractiva”, porque “aunque el lector se encuentre con un espacio que no es el suyo, reconoce mucho de su propia vida, en los problemas que les planteo”.
Pregunta.Alma negra es una novela muy especial en la saga protagonizada por la agente de la ertzaintza Ana Cestero. ¿Qué nos puede contar al respecto?
Respuesta.Alma negra es la novela que cierra la saga protagonizada por Ana Cestero, en la Unidad de Homicidios de Impacto. La serie la han compuesto cuatro novelas, todas ellas autoconclusivas, pero sí es verdad que los personajes principales tienen su propia vida personal que ha ido evolucionando a lo largo de esas anteriores novelas. Alma negra es la que viene a redondear toda la historia y a despedir a los lectores de Ana Cestero.
P.En su novela las localizaciones vuelven a tener un peso muy importante en la narración, desde un punto de vista geográfico, pero también simbólico.
R.Nos vamos a los Montes de Hierro, un paraje muy especial, situado muy cerquita de Bilbao, a apenas veinte minutos, pero muy desconocido al mismo tiempo. Es un paisaje totalmente torturado por la mano del hombre, ya que durante miles de años se han extraído de esas tierras millones de toneladas de hierro, que sirvió de alimento a la industria de la zona. La novela comienza de una manera bastante descarnada, y necesitaba un espacio que también transmitiera esa sensación, y ninguno mejor que esos Montes de Hierro. Al mismo tiempo, es un escenario soñado, ya que la naturaleza comienza a recuperar el espacio perdido y genera unas formas e imágenes inquietantes, que te invitan al desasosiego. Se mezclan las grietas y los socavones con la belleza, en un espacio repleto de mitos y leyendas, que nos remiten a los tiempos más duro de la minería.
Me gusta comenzar las novelas con taquicardia, a modo de declaración de intenciones hacia el lector"
P.En Alma negra el pasado juega un papel fundamental. ¿Viven sus personajes presos de él? ¿Y nosotros?
R.Un pasado que está muy presente en la novela, ya que tiene atrapados a los personajes, igual que nos tiene atrapados a todos nosotros. Todos somos lo que se ha escrito en el pasado y, desde luego, todas las personas que ahora viven en los Montes de Hierro tienen muy presente lo que fueron los años duros, en los que un familiar bajaba a la mina y a veces no regresaba. Esto genera en la novela personajes muy duros, que se pueden llevar al extremo, y que junto a esas leyendas que han llegado hasta el presente, trazan numerosos hilos argumentales que conforman la trama de la novela.
P.Ana Cestero ha evolucionado a su lado, en sus novelas, ¿puede hablarnos de este proceso? ¿En qué ha cambiado?
R.Me da mucha pena separarme de Ana Cestero, y también de vértigo, ya que es un personaje que funciona muy bien. Ana es una ertzaina que solo tiene treinta y dos años y es una agente diferente, que llegó al cuerpo por propia vocación, como consecuencia de determinadas situaciones que vivió durante años en su casa. Ana quería combatir las injusticias, quería contribuir a hacer un mundo mejor, pero el día a día de su oficio le fue mostrando los límites de lo que podía hacer. A veces se salta la burocracia y toma atajos que le permiten ser más efectiva, pero que a la vez le suponen una gran cantidad de problemas. Como le ocurre en Alma negra, que desde la primera página está suspendida de empleo y sueldo y va a tener que investigar y afrontar el caso sin ser policía. Sin recurrir a su placa y a su pistola, como en las anteriores entregas. Jugándose la vida de manera temeraria.
P.Si la comparamos con el latido de un corazón, Alma negra arranca con taquicardia. ¿No temía dejar sin latido a su novela y al lector sin aliento con el paso de las páginas?
R.Alma negra arranca con una taquicardia, cierto, con un golpe absoluto al lector. A mí me gusta comenzar las novelas de este modo, con una declaración de intenciones hacia el lector. Que le quede claro que entra en un lugar en el que va a tener el alma en vilo en todo momento. Y el mayor reto es ser capaz de mantener la tensión a lo largo de todo el libro. Aunque no se debe de mantener todo el tiempo esa tensión, se trata de darle al lector pequeños paseos, que pasee por los Montes de Hierro, que se relaje un poco, hasta volver a la tensión.
Ana Cestero es una ertzaina diferente, que llegó al cuerpo por propia vocación, con el deseo de combatir las injusticias"
P.Su novela tiene por momentos un punto costumbrista, que refuerza la narración, imprimiéndole carácter, a la vez que muestra la estructura social de la zona.
R.Sí, claro, la novela tiene un punto costumbrista porque para mí lo fundamental es trasladar al lector a los Montes de Hierro, hacerle sentir que se encuentra allí. Me encanta trabajar con esos personajes secundarios que nos permiten tener muchos detalles, que introducidos de una manera más amable, mediante una charla de taberna, por ejemplo, encajan muy bien en la trama. También debemos tener presente que estamos en un territorio con una lucha de clases total. La Ría de Nervión divide una zona de opulencia, de grandes empresarios, de la zona obrera de las minas.
P.La novela negra actual tiene la capacidad de abarcar y abordar todos los temas, e incluso todos los géneros. ¿Esto ha propiciado su éxito actual? ¿Cree que puede ocupar el lugar que la novela social o realista tuvo en el pasado?
R.La novela negra permite reflejar la sociedad a día de hoy, la radiografía. Como estamos tratando de temas sociales y muy actuales, porque al final una novela como Alma negra, que transcurre en 2022, en nuestros días, lo que te permite es hablar y trasladar al lector su propia problemática. Y por eso es tan atractiva, porque aunque el lector se encuentre con un espacio que no es el suyo, reconoce mucho de su propia vida, en los problemas que les planteo. Por eso creo que la novela negra sí puede ocupar el espacio de la novela realista o social, porque precisamente hablamos de situaciones que pueden darse en nuestro día a día y en nuestra sociedad. Es la clave del éxito de la novela negra actual.
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