Inocua, breve y amable comedia

Algún día, si nadie lo ha hecho aún, alguien escribirá un ensayo sobre la importancia del divorcio como duradero trauma infantil en el cine, tanto en películas de fantasía como realistas, en dramas como en comedias. Desde Tú a Boston y yo a California a la filmografía casi completa de Spielberg: el trauma del divorcio y la pérdida de la figura paterna está presente en muchas de sus películas fantásticas (ET), dramáticas (Atrápame si puedes) y por supuesto en la autobiográfica Los Fabelman, por citar solo tres entre muchas.

Aquí también es un divorcio el generador del trauma que pone en marcha la historia. Unos niños descubren que un viejo reloj heredado de su abuelo les permite retroceder en el tiempo, lo que aprovechan para intentar impedir la ruptura entre sus padres (unos Greg Kinnear e Isla Fisher la verdad que no muy creíbles como pareja).

Comedia familiar discreta y amable dirigida por el alemán Christian Ditter, especializado en la comedia infantil juvenil tanto en su país (Francés para principiantes, Los cocodrilos, Vicky el vikingo y el martillo de Tor) como en sus incursiones con variaciones románticas por Inglaterra (Los imprevistos del amor) y Estados Unidos (Mejor… solteras). Ahora ha vuelto a sus orígenes alemanes, aunque rodando en Estados Unidos, con esta comedia inocua a la que se puede agradecer su modestia y su brevedad.