J.J. Benítez presentará en la Feria del Libro de Huelva su última entrega de 'Caballo de Troya'

El autor de la mítica serie de novelas trae también a los onubenses una apasionante investigación en México

La Feria del Libro de Huelva arrancará en dos semanas en la Plaza de las Monjas

El escritor J.J. Benítez (Pamplona, 1946) posa para una entrevista en México donde presentó la última entrega de su serie ‘Caballo de Troya’. / Isaac Esquivel (Efe)
José Manuel García Bautista

09 de octubre 2024 - 15:57

Huelva/El periodista y escritor español J.J. Benítez, conocido por su famosa saga Caballo de Troya, es uno de los autores ilustres que visitarán la Feria del Libro de Huelva la próxima semana. En su caso, tendrá un charla y encuentro con los lectores onubenses en el recinto de la Plaza de las Monjas el próximo sábado 19 de octubre, en el Espacio UNIA, a las 19:00.

Será el momento de escuchar todo lo interesante que tiene que contar sobre sus investigaciones y trabajos plasmados en su extensa bibliografía, especialmente en los más recientes La cara oculta de México y Caballo de Troya 12. 

En La cara oculta de México, J.J. Benítez (Pamplona, 1946) presenta interrogantes sobre los orígenes de la humanidad y pone en duda lo que tradicionalmente se acepta como historia incuestionable. 

En su nueva investigación, Benítez se sumerge en uno de los hallazgos más controvertidos de América: las misteriosas figurillas de barro encontradas en Acámbaro, México. La obra promete “cambiar la historia”, abriendo un debate que desafía las explicaciones convencionales de la arqueología.

El inicio de La cara oculta de México se remonta a 1989, cuando J.J. Benítez visitó por primera vez Acámbaro, una pequeña ciudad en el estado de Guanajuato, México. Acompañado por el fallecido doctor Fernando Jiménez del Oso, se encontró con una extensa colección de figurillas de barro que representaban criaturas diversas, desde dinosaurios, como el tiranosaurio y el diplodocus, hasta seres mitológicos y humanos. Entre 1945 y 1952, más de 30.000 piezas fueron descubiertas por el inmigrante alemán Waldemar Julsrud.

Dinosaurios y hombres

Lo más sorprendente es que, de acuerdo con pruebas científicas, muchas de estas figuras datarían de hace aproximadamente 3.590 años, situándolas alrededor del 1600 aC. Esto desafía el consenso arqueológico, que sostiene que los dinosaurios se extinguieron millones de años antes de la aparición de los seres humanos. 

Análisis de carbono 14 y termoluminiscencia sugieren la autenticidad de las figurillas, planteando una pregunta crucial: ¿cómo pudieron los antiguos habitantes de América representar criaturas que, según la ciencia, nunca coexistieron con los humanos?

El hallazgo de las figurillas de Acámbaro ha generado un intenso debate. Mientras que algunos arqueólogos, como Charles DiPeso, desestiman las piezas como falsificaciones, otros investigadores como Charles Hapgood y Raymond Barber las consideran auténticas y merecedoras de un estudio más profundo. 

Este debate, que ya lleva más de 50 años, sigue sin resolverse. A pesar de que las pruebas científicas sugieren la autenticidad de las piezas, la arqueología oficial se ha mostrado reacia a aceptar los hallazgos. Benítez sostiene que esta resistencia se debe a un sesgo que impide a los científicos cuestionar los paradigmas establecidos.

¿Un legado ancestral?

Uno de los aspectos más intrigantes de la investigación de Benítez es la posibilidad de que las figurillas de Acámbaro estén vinculadas con la mítica Atlántida. Según el investigador Harry Möller, quien fue entrevistado por la revista Encuentros Extraterrestres, las piezas habrían sido traídas a América por los habitantes de la Atlántida antes de que su civilización desapareciera. Möller sugiere que estas figurillas fueron llevadas a Tenochtitlán y luego a Acámbaro tras la llegada de los conquistadores españoles.

Aunque esta teoría resulta difícil de comprobar, Benítez no la descarta del todo. Durante su investigación, encontró similitudes en las figuras entre diversas culturas, como la egipcia, la celta, la hindú y la cretense, lo que sugiere la posibilidad de contactos culturales entre civilizaciones que, según la historia oficial, no deberían haber tenido interacción.

Además de las figurillas de Acámbaro, La cara oculta de México introduce otro hallazgo igualmente desconcertante: las lajas grabadas descubiertas en Michoacán. En junio de 2019, Benítez y su equipo visitaron la casa de Luis Herrera, quien les mostró una colección de piedras talladas con imágenes de criaturas extraterrestres, naves espaciales y figuras humanas con características no terrenales. A pesar de parecer sacadas de una película de ciencia ficción, Benítez asegura que son pruebas tangibles de la interacción entre humanos y seres de otros planetas.

Estas lajas, descubiertas durante la construcción de una carretera, también han sido rechazadas por la arqueología convencional, en parte porque no se pueden datar utilizando técnicas tradicionales como el carbono 14. No obstante, Benítez sugiere que los mangos de hueso encontrados en las excavaciones podrían proporcionar pistas sobre la antigüedad de las piezas. A pesar del escepticismo general, el autor sostiene que estos hallazgos son reales y que su estudio podría reescribir la Historia de la Humanidad.

Un libro, La cara oculta de México, que –en mi opinión- entronca con otro misterio similar como Existió otra Humanidad, en el que también se aborda el apasionante tema de las piedras de Ica.

‘Caballo de Troya’

La magnífica obra de J.J.Benítez emociona a millones de lectores en todo el mundo. El libro se presenta como el relato de un oficial estadounidense que participa en un proyecto secreto. Esta misión tiene como objetivo realizar un viaje en el tiempo para presenciar momentos clave del pasado de la humanidad, incluyendo la época de Jesús de Nazaret.

Se relatan las experiencias del viajero en el tiempo junto a Jesús, quien es descrito como una persona alegre y cercana, siempre dispuesto a compartir sus profundas enseñanzas espirituales con aquellos que quieran escucharlas. El oficial, conocido como Jasón por los habitantes del lugar, y su compañero Eliseo, poco a poco van dejando de lado su escepticismo inicial y se sienten cada vez más atraídos por el mensaje de Jesús.

El primer relato, presentado como un manuscrito, abarca las dos primeras entregas de la serie y narra la pasión y muerte de Jesús, así como los eventos que ocurrieron inmediatamente después de su crucifixión. 

Al concluir este relato, un nuevo enigma guía a Juan José Benítez López hacia una segunda parte del texto, mucho más extensa que la primera, en la que se continúa la historia tras la Resurrección. Los viajeros del tiempo, interesados en aprender más de su maestro, deciden activar nuevamente la máquina y regresar a la época en la que Jesús predicaba en vida. Todo esto es contado en formato de diario personal.

Según los libros, esta tecnología comenzó a desarrollarse en los años 60, en paralelo a los programas espaciales, y habría permitido a las Fuerzas Armadas realizar viajes en el tiempo. El autor incluye numerosas referencias tecnológicas y científicas, especialmente en la primera novela (Caballo de Troya 1), basadas en las descripciones del protagonista.

Más allá del aspecto tecnológico y científico se ofrece una visión de Jesús de Nazaret, sus enseñanzas y su mensaje, algo distinta a la visión tradicional, adaptándola a un pensamiento más contemporáneo. 

Algunos autores cercanos a Benítez, como Pedro Romaniuk, han considerado estas ideas como auténticas, los más escépticos la tildan de “ciencia ficción”. Sea como fuere es una colección de libros apasionantes que sólo un genio puede escribir.

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