Jazz 2024: tierra de abundancia

El género sigue siendo un espacio prolífico en lo que respecta a la producción discográfica. Éste ha sido un año de excelentes publicaciones

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Los australianos The Necks continúan en activo tras 35 años de carrera y regresan con ‘Bleed’, uno de los discos de 2024.
Los australianos The Necks continúan en activo tras 35 años de carrera y regresan con ‘Bleed’, uno de los discos de 2024. / Camille Walsh Photograph
Julián Ruesga Bono

30 de diciembre 2024 - 06:30

En el siglo XXI las grabaciones siguen siendo las principales fuentes de conocimiento del jazz. “Los discos son los libros de texto del jazz”, dicen que dijo alguna una vez Max Roach, y aunque los músicos a veces se quejan de que las grabaciones no son más que momentos congelados en el tiempo y poco representativos de una música que esencialmente se caracteriza por ser en vivo, las grabaciones siguen siendo sus puntos de referencia. La historia del jazz en el siglo XX está escrita en los discos. Sin grabaciones, su historia se habría escrito de otra manera, si es que se hubiera podido escribir. Por otro lado, la escucha privada, doméstica, de grabaciones sigue siendo la principal vía de acercamiento a la música de jazz, y es paradójico que esto sea así en relación a una música conocida precisamente por su carácter improvisado donde la interrelación de los músicos con el público en el escenario es fundamental.

Además, la música grabada ha sido su principal foco de difusión por el mundo, haciendo del jazz una música globalizada presente en todo el planeta. Los formatos y soportes de distribución y uso de la música grabada han cambiado a los largo del tiempo, pasando del disco shellac de 78 revoluciones por minuto de la década de 1920 al mp3 y a los diferentes formatos digitales utilizados en las plataformas audiovisuales en internet. Hoy los formatos de las grabaciones se han multiplicado, como casi todo. Junto a los cds permanecen los vinilos –revalorizados por el mercado y las discográficas– y también hay mucha oferta en las plataformas digitales. Afortunadamente, la grabación de álbumes sigue siendo una práctica usual entre los músicos y el coleccionismo discográfico una actividad habitual entre los aficionados. Un punto de encuentro con la música.

De entre las grabaciones publicadas este año podíamos destacar algunos álbumes marcados por su carácter experimental y aventurero. Situados en ese espacio de límites desdibujados entre el jazz, la improvisación libre y la música experimental contemporánea que algunos músicos de jazz han venido construyendo desde la década de 1960. Por ejemplo el último disco del contrabajista noruego Arild Andersen, Landoper, publicado por la discográfica alemana ECM. Sólo Andersen al contrabajo y el aparataje electrónico. Una grabación memorable en la que reformula antiguas composiciones propias (Dreamhorse, Mira, Landloper), toma música tradicional noruega (Old Stev), un estándar del jazz (A Nightingale Sang In Berkeley Square) y a clásicos del free jazz (Ghosts de Albert Ayler, Lonely Woman de Ornette Coleman, Song for Che de Charlie Haden) logrando una sonoridad intimista y acogedora.

Un álbum destacable también de entre los publicados este 2024 es el de los australianos The Necks, Bleed. Después de 35 años publicando otra grabación sorprendente y caleidoscópica del trío. Situados entre la música minimalista de La Monte Young, Terry Riley o Steve Reich y el jazz de Cecil Taylor, la música de The Necks parece tomar forma a partir de salpicaduras de color flotando en el espacio que se agrupan progresivamente en el transcurso de la escucha. El trío crea una atmósfera única en la que caben tanto los sonidos ligeros y transparentes del piano como la rara densidad del contrabajo y las percusiones, que por momentos pasan del fondo al primer plano del espacio que construyen. No es una música de virtuosos, la simplicidad está en la base de su sonoridad. Comienzan con una nota de piano que rompe el silencio en una repetición trémula que serpentea y se une a una percusión tintineante y pausada. Bleed es una pieza única, meditativa y hermosa, de una gran belleza y sencillez que ilumina el silencio a través del sonido natural de las notas que reverberan hasta apagarse.

Afortunadamente, la grabación de álbumes sigue siendo una práctica usual entre los músicos y el coleccionismo discográfico una actividad habitual entre los aficionados

Otro álbum espacial es el de Sean Ono Lennon, Asterisms. El vástago de John Lennon propone una mirada al firmamento y un viaje espacial a través de una música llena de sorpresas, una especie de jazz cósmico cargado de evocaciones sonoras y atmósferas muy visuales sobre una estructura a caballo entre el jazz-rock y el rock progresivo más experimental. Estilísticamente se podría situar en medio de varios géneros: jazz, electrónica, ambient, postrock o música libre. Un trabajo intenso, potente e imaginativo con ritmos enérgicos y por momentos un brillante lirismo. Asterisms tiene momentos melódicos suaves combinados con otros momentos más fuertes y potentes. En cinco temas y poco más de media hora, Ono Lennon nos ofrece de una manera muy personal un corto viaje espacial por paisajes y visiones interestelares.

Una experiencia sonora muy interesante y de excelente resultado es la propuesta del percusionista y baterista noruego Thomas Strønen, Relations. Entre 2018 y 2022 Strønen envió a cuatro músicos muy diferentes entre sí pistas de batería y percusión pregrabadas por él para que cada uno de ellos las completasen por separado con total libertad. El pianista Craig Taborn y el saxofonista Chris Potter grabaron sus partes desde Nueva York, la vocalista y kantelista Sinikka Langeland desde Oslo, y el baterista Jorge Rossy, tocando el piano, desde Basilea. El trabajo resultante publicado en el álbum es una música atmosférica y visionaria, llena de timbres y texturas, sorprendentemente agradable. Una colección de piezas cortas, dos pistas de percusión solista a cargo de Strønen y diez duetos con los músicos invitados.

Entre lo publicado en 2024 por músicos andaluces destacar Chillar todo el día de Isabelle Duthoit & Ocnos Arkestra. Una ópera experimental que se estrenó y grabó en noviembre de 2021 en el Espacio Turina de Sevilla y que la discográfica sevillana Sentencia Records publica ahora en formato CD. Duthoit es una vocalista y clarinetista francesa que aquí está acompañada por Ocnos Arkestra, una extensión del dúo de contemporánea Proyecto Ocnos convertido para la ocasión en un grupo de improvisación libre integrado por músicos andaluces: Alejandro Rojas Marcos, piano; Luz Prado, violín; Marco Serrato, contrabajo; Borja Díaz, batería; Pedro Rojas Ogáyar, guitarra eléctrica y Gustavo Domínguez Ojalvo, clarinetes. A partir de partituras gráficas, gestos y textos crean una experiencia sonora indisciplinar, única y por momentos hipnótica. Chillar todo el día es una combinación de música indeterminada y experimental, atmósferas oscuras y densas texturas próximas al lenguaje musical de Cecil Taylor.

Para quien prefiera una concepción del jazz más reconocible sugerimos The Sky Will Be There Tomorrow (El cielo estará aquí mañana), el nuevo álbum de Charles Lloyd, publicado por Blue Note. Lloyd vuelve a atraparnos con otro álbum monumental, un doble CD con 15 cortes donde alterna material nuevo con temas ya desarrollados en discos anteriores. Serenidad, libertad, delicadeza, elegancia, maestría y, sobre todo, saber hacer. Esta vez Lloyd se presenta en formación de cuarteto, una especie de supergrupo de jazz, acompañado por el pianista Jason Moran, el contrabajista Larry Grenadier y el baterista Brian Blade.

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