Wicked | Crítica
Antes de que Dorothy llegara a Oz: la historia de Bruja Mala
A menudo, la dura historia del exilio republicano andaluz se ha identificado con la de los grandes nombres del éxodo: María Zambrano, Antonio Machado, Luis Cernuda, Victoria Kent, Juan Ramón Jiménez, Diego Martínez Barrio, Manuel de Falla, etcétera. Pero ellos no fueron todos. Junto a las grandes personalidades de la cultura, la política y la ciencia, se vieron obligados a marchar millares de andaluces anónimos, cuyos nombres e historias de vida han permanecido olvidados durante muchos años. El último número de la revista Andalucía en la Historia (enero-marzo de 2014) dedica su dosier a todos estos andaluces derrotados en la Guerra Civil que se vieron obligados a tomar los caminos del exilio (en torno a unas 50.000 personas) para, en muchos casos, no regresar jamás.
Coordinado por los catedráticos de Historia Contemporánea Encarnación Lemus López (Universidad de Huelva) y Fernando Martínez López (Universidad de Almería), el dosier transita por los diferentes caminos que tomaron los vencidos: desde los más cercanos (Gibraltar, donde hubo refugiados de ambos bandos), hasta los más lejanos (Argentina, Chile y Uruguay); desde los países que mejor acogida dispensaron a los perdedores (México y la URSS), hasta los que, inmersos en los prolegómenos de la II Guerra Mundial, no dudaron en encerrarlos en campos de internamiento donde carecían de todas las condiciones básicas de habitabilidad (Francia y países del norte de África).
Pero, sobre todo, el monográfico recupera las historias de vida de aquellos maestros, amas de casa, científicos, médicos, periodistas, niños, viudas, alcaldes, sindicalistas, etc. que formaron parte de esa Andalucía que no pudo ser. Y es que, a causa de este dramático éxodo, Andalucía pagó un alto coste social, cultural, profesional y económico, aunque, sin duda, su mayor impacto fue el personal, ya que muchos de los que salieron vivieron marcados por el extrañamiento de no poder volver a su tierra.
La revista reúne, entre otros, testimonios como el de la auxiliar de enfermería almeriense María García Torrecillas, que estando embarazada fue internada en el campo francés de Sain-Cyrpien, de donde fue rescatada por la Asociación de Ayuda Suiza para que diese a luz en una maternidad recién creada en Elna (Francia) para las refugiadas. Maternidad en la que se quedó a trabajar y en la que llegó a acoger a numerosos niños judíos, ocultándolos de los nazis bajo nombres españoles y de la que tuvo que huir en 1943 para exiliarse en México.
Una solidaridad que también se dio en Chile, merced a la intervención de Pablo Neruda para fletar un barco rumbo a ese país, el Winnipeg, en el que viajaron republicanos, como el dramaturgo malagueño José Ricardo Morales. En la vecina Argentina se instaló hasta su fallecimiento Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la II República entre 1931 y 1936, y primero de los exiliados andaluces, cuyo viaje entre Marsella y Buenos Aires se dilató a lo largo de 441 días.
En México, merced al compromiso con la República de Lázaro Cárdenas, ha pasado toda su vida la investigadora Enriqueta Tuñón de Pablos, quien rememora en la revista sus vivencias familiares, mientras que Isabel Cordero Fernández-Peña, hija del diputado onubense por el Partido Republicano Federal, Luis Cordero, retornó a España tras vivir veinte años en México.
Además de este monográfico, el número 43 de la revista, ya a la venta en quioscos, incluye artículos sobre el histórico traslado de las cenizas de San Isidoro desde Sevilla a León hace 950 años, el cementerio inglés de Málaga, la representación pictórica y literaria del Guadalquivir, la llamada tumba del Elefante, los prisioneros de guerra de la Fábrica de Artillería de Sevilla, el humor gráfico de Tono y Martínez de León, la artillera Manuel Luna, el primer viaje aéreo entre Marruecos y Andalucía y el mito de al-Ándalus.
También te puede interesar
Lo último