El oro del Banco de España

Ciudadanos y políticos onubenses se afanan de un tiempo a esta parte en dar entidad museística al edificio diseñado y construido por José Yárnoz en la II República

El oro del Banco de España

27 de noviembre 2009 - 05:00

Según información de la última semana, en España hay algo así como doscientos treinta y tres festivales cinematográficos. Si consideramos que hay diecisiete autonomías, esto sale a una proporción bastante más que respetable para un país cuyo ciudadano cada día acude menos a las salas comerciales.

Pero no vamos a escribir de cine sino de museos. Cuántos museos o instituciones de carácter similar existen en España. Como no lo sé, me pongo a contar lo que pienso puedo controlar de la provincia de Huelva. A ver. Museo Provincial, Museo Diocesano de Moguer, Museo Vázquez Díaz de Nerva, Museo Minero de Riotinto, Museo del Rosario de Aroche, Museo Histórico Religioso de Almonte, Museo Casa Dirección de Valverde, Casa-Museo Juan Ramón de Moguer, Museo Etnográfico y etnológico de Cerro de Andévalo, Museo de la Villa del Almonte, Museo de la Electricidad de Jabugo, Museo…

En España, país dado a las exageraciones y las apariencias, fiel imagen de aquel hidalgo pobre y altanero del Lazarillo, se han disputado sus ayuntamientos y autonomías una carrera sin cuartel para dirimir quien es el más guapo o el guapo que construye el mejor de los mejores museos. El premio, para el que construya la fábrica más aparatosa, más ostentosa y, como dijera el insigne poeta Gil y Gil, más ostentoria. El contenido es lo de menos, pero, fundamental, que el edificio describa un roleo en el aire para envidia de los pájaros y del dios Eolo. Algunos son fantásticos, por dentro y por fuera, casos conocidos en León, Barcelona, Madrid, Bilbao o Valencia. En otros lugares, desgraciadamente, la palabra se ha ahogado, como tantas otras veces, en la virtud humana de hablar para no hacer o para hacer y no saber hacer u olvidar. Algunos le llaman propaganda. Otros, información y/o comunicación. Como prefieran.

Ciudadanos y políticos onubenses se afanan de un tiempo atrás en dar entidad museística al antiguo Banco de España. Loable. Esta obra diseñada y construida en el periodo de la Segunda República por José Yárnoz, de un neoclasicismo que lacera, guarda posibilidades, con unos cuantos arreglillos, de albergar un museo, o una fundación o… un espacio para exponer y divulgar. Todo es posible con esfuerzo y dinero, pero sólo el necesario al fin cultural. Tengamos en cuenta esta circunstancia, los Millet, nada que ver con el pintor realista francés, siempre merodean.

Pero… un museo de qué. Veamos. El de Huelva atesora dos partes bien diferenciadas: bellas artes y arqueología. Por ser Huelva un tesoro en la diversidad arqueológica, esta disciplina podría por fin apropiarse de Alameda Sundheim 13 y dar libertad a su sección de Bellas Artes a ocupar otra plaza. Que pudiera ser el Banco de España u otra también tocada y no hundida aún como es el cuartel del Paseo de Santa Fe.

Sigamos barajando. Badajoz, provincia hermana desde el alejamiento y la incomunicación, cuenta con un museo iberoamericano. Dar cabida en Huelva a uno dedicado a la fotografía y las artes visuales sería sumar y no restar. Además del Banco de España, pensemos que Hacienda, ese edificio gris que mira todos los días al Ayuntamiento, también puede ser una posibilidad. Una pregunta: ¿perderemos para siempre el fresco de Eduardo Vicente, hermano de Esteban que, por cierto, cuenta con un espléndido museo en Segovia?

¿Y qué les parece un museo industrial? Desde el calcolítico esta provincia ha abierto sus entrañas en busca de la materia. A mí no me avergüenza la industria, sea minera, pesquera, agraria, química o energética. En León, mi tierra, como en la vecina Asturias o en el País Vasco, es una honra para la historia. ¿Banco de España? ¿Sabemos qué utilidad le vamos a dar al magnífico edificio de la antigua cárcel? Si así fuera, una parte periférica de la ciudad se incluiría en el circuito cultural.

¿Y qué más museos podemos levantar? Al deporte. Seguro que encontraría rápida financiación y no menos rápido entusiasmo popular. Tengo entendido que Huelva es pionera nacional en fútbol, golf y tenis. ¿Y sobre el legado británico? Lo de Punta Umbría, que nunca pillo abierto, no sería obstáculo. ¿Y etnográfico? ¿Y enológico? ¿Y…?

Posibilidad de contenidos, hay, y muchas. Continentes, sin duda. Lo que sea, sea, pero dejémonos de palabras. Huelva lo necesita, y se lo merece. Actuemos, desarrollemos, cuidemos y fomentemos. Con la palabra no todo es oro en el Banco de España.

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