El oro de Lisboa que guarda Huelva

Las ofrendas de oro en los sitios sepulcrales de Lisboa siguen siendo una de las más destacadas del sur de Europa, entre ellas las cuentas y pendientes de la Gruta de Ermegeira

Pendientes de Ermegeira. Museo Nacional de Arqueología, Lisboa
Pendientes de Ermegeira. Museo Nacional de Arqueología, Lisboa / Jose Paulo Ruas
P. Bueno Ramírez, J.A. Soler Díaz

08 de octubre 2024 - 05:00

A lo largo de estos meses, el Museo de Huelva ha exhibido las piezas más relevantes de su fondo de figuritas con las procedentes del Museo Nacional de Arqueología y de varios museos portugueses, muchas de ellas Tesoros Nacionales de Portugal. El objetivo era mostrar al público la riqueza de contactos entre los territorios unidos por el mar atlántico, un auténtico camino de agua favorecido por la topografía de rías que como la de Huelva, constituyen una ventaja económica y cultural aún en el presente.

Informar sobre la variedad de las imágenes mayoritariamente de cuerpos de mujeres, permite poner de relieve que estos grupos tenían sólidas referencias femeninas. La manera de mirarlas desde la historiografía decimonónica, como diosas o ídolos, relegó una realidad social en la que ellas tuvieron un destacado protagonismo. Materializan relatos orales con alto componente identitario, pues en cada uno de los territorios megalíticos se presentan con los mismos códigos pero en formas y materias primas diferentes: placas en esquisto en el Alentejo, cilindros en caliza y mármol en el Guadiana..etc.

Sus alargadas cronologías desde el VI hasta bien avanzado el III milenio aC, aseguran que la ideología que las sustentaba pervivió tres milenios. E incluso, que su presencia fue más intensa en las fases finales, quizás como una manera de resistir a las nuevas formas sociales de la edad del bronce.

Un buen ejemplo de la extensión temporal de la costumbre de enterrarse colectivamente se encuentra en la península de Lisboa. Su alta capacidad de gestionar materiales que llegan de fuera: marfil, variscita, cobre y quizás oro, revela la inversión que se realiza en la muerte como parte de la política de los vivos. De esa manera refuerzan sus lazos identitarios, su ancestralidad y sus pactos sociales. La intensidad en la exhibición de materiales simbólicos es una respuesta cultural que la documentación arqueológica actualizada sitúa más allá de las cronologías del campaniforme. Tanto las necrópolis investigadas desde inicios del s. XXI en el interior ibérico como muchas de las del área de Lisboa, aseguran que los enterramientos colectivos continuaron en vigor con depósitos de campaniforme y que la costumbre de incluir representaciones femeninas alcanza cuando menos el 2200 a.C.

La metalurgia de Huelva refleja su papel en la presencia de poblados fortificados como el Cabezo de los Vientos o en los ricos ajuares de La Zarcita, su necrópolis de tholoi . Las imágenes femeninas de Cabezo Juré incluyen a sus grupos mineros en las expresiones simbólicas del Suroeste, formando parte de las redes de intercambio que surtían de materiales de prestigio. Algunos de ellos, como los adornos de oro, de Cabezo Juré fueron disfrutados por sus habitantes.

Las ofrendas de oro en los sitios sepulcrales de Lisboa siguen siendo una de las más destacadas del Sur de Europa. Las cuentas y pendientes de la Gruta de Ermegeira, en Torres Vedras, son también Tesoros Nacionales del patrimonio portugués y probablemente fueron parte de los adornos de alguna persona importante para su comunidad.

Los pendientes son dos láminas ovales de oro martilleado, con un sencillo gancho en la parte superior como el que todavía hoy usamos. Ambas están ribeteadas por círculos repujados que dan a la sencilla forma un aire más rico y podríamos decir que elegante. Pese a que se recuperaron en excavaciones antiguas, sabemos que aparecieron con cerámica campaniforme datada a mitad del III milenio a.C. Son piezas excepcionales tanto por su trabajo, como por su excelente conservación que nos acercan a las capacidades de obtener materias primas de calidad para exhibirlas en los rituales de la muerte.

La Universidad de Lisboa lleva adelante proyectos de investigación y de recuperación de estos sitios. Incluimos un breve texto firmado por nuestros colegas como pequeño homenaje a la joven investigadora Andrea Martins, recientemente fallecida

Poblados y necrópolis en el estuario del Tajo

ANDREA MARTINS, MARIANA DINIZ, CÉSAR NEVES, JOSÉ M. ARNAUD

Desde finales del IV milenio y a lo largo de todo el III milenio cal BC, el estuario del Tajo tenía un denso paisaje cultural de poblados y necrópolis: poblados amurallados, núcleos habitacionales con sistemas defensivos más sencillos y poblados abiertos o delimitados por fosos. Los sitios funerarios podrían haber sido lugares de agregación y enterramiento de individuos de diferentes comunidades, mostrando la movilidad de estos grupos entre la Vida y la Muerte

Vila Nova de San Pedro y Zambujal con sus múltiples líneas de murallas y torreones, constituyen un paradigma de la complejidad social del III milenio, donde personas, animales, materias primas, artefactos e ideas, circulan por toda la Península Ibérica, creando un espacio dinámico. Destaca la uniformidad de sus producciones cerámicas y líticas, y de las relacionados con la supraestructura mágico-religioso: idolos cilindro, placas de esquisto, estatuillas antropomorfas o zoomorfas y objetos de adorno, que revelan contactos con grupos alejados del espacio peninsular. Algunos de estos espectaculares poblados con murallas conservan sus necrópolis, por ejemplo,

Zambujal. En otros, los cementerios están aún por identificar, aunque la proximidad de las cuevas artificiales de Cascais, o de los dólmenes y tholoi de Sintra, y las cuevas naturales de Montejunto, Peniche o Serra de Aire al poblado de Vilanova de San Pedro es una referencia incuestionable.

Las arquitecturas funerarias presentan una diversidad tipológica muy característica de esta región, potenciada por la diversidad geológica de su territorio, coexistiendo cuevas naturales, cuevas artificiales, dólmenes y tholoi. Objetos de prestigio en materias primas exógenas como marfil, variscita u oro, aparecen en los sepulcros con piezas votivas en caliza como las sandalias de Alapraia, las hachas y las lúnulas, o las decenas de idolos cilindro, que acompañaron a los muertos en su último depósito.

El crecimiento económico y poblacional de este período se acompaña de una proliferación de ídolos y objetos decorados en las más diversas materias primas, representando una multiplicidad de personajes en necrópolis y en poblados, que demuestran la presencia constante de lo Simbólico en esta etapa final de la Prehistoria.

Para saber más...

Barroso Bermejo, R. (2024). Notas sobre la metalurgia calcolítica en el Suroeste. En P. Bueno Ramírez, J. A. Soler Diaz: Idolos. Miradas Milenarias desde el extremo suroccidental de Europa. Huelva, 223-240

Martins, A., Diniz, M., Neves, C, Arnaud, J.M. (2023). Poblados y necrópolis en el estuario del Tajo. En P. Bueno Ramírez, J. A. Soler Diaz: Idolos. Miradas Milenarias desde el extremo suroccidental de Europa. Guía-Catálogo. Huelva, 188.

Valério, P., Soares, A. M. M., Araújo, M. F., Carvalho, A. F. (2017). Micro‐EDXRF investigation of Chalcolithic gold ornaments from Portuguese Estremadura. X‐Ray Spectrometry, 46(4), 252-258.

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