50 años en el Teatro Real

Paco de Lucía en vivo desde el Teatro Real | Aniversario

El 18 de febrero de 1975 un flamenco entró, por vez primera, en el Teatro Real. De aquella experiencia resultó el primer disco en directo de Paco de Lucía

Paco de Lucía en la época en la que tocó en el Teatro Real.
Paco de Lucía en la época en la que tocó en el Teatro Real. / Grupo Joly
Juan Vergillos

16 de febrero 2025 - 07:09

La ficha

'Paco de Lucía en vivo. Desde el Teatro Real' Philips, 1975.

Fue la primera grabación en directo del de Algeciras. El disco es una recapitulación de su etapa anterior, singularmente de sus últimas entregas, cuyos temas recrea en directo. Su siguiente disco Almoraima, que presentó con una distancia de tres años respecto a su última entrega de estudio, marcaría ya una etapa nueva en el discurrir de la obra de Paco de Lucía. Y del flamenco. Fue el disco que siguió a Fuente y caudal (1973) y quizá sin él no habría existido éste. En concreto sin Entre dos aguas que en 1974 se encaramó a las listas de éxitos y sonó en todas las emisoras comerciales de radio. Una rumba le abrió las puertas del Teatro Real. Aunque Paco de Lucía, según señala en una entrevista de 1991, ya había entrado por puertas del mismo o mayor tamaño: “Estar en el Teatro Real no me hizo sentirme especialmente orgulloso, casi lo contrario, porque yo, desde mucho antes de esa época, estaba tocando en salas equivalentes al Teatro Real en toda Europa. Así que, cuando me concedieron el honor de tocar en el Teatro Real, me dio un poco de rabia, porque era como si dijeran: ‘Bueno, venga, vamos a abrir la mano y dejar que un flamenco entre a tocar aquí’. Y duele que pase eso en tu tierra, donde se supone que debemos apoyar nuestra música y potenciar lo que tenemos, porque pienso que musicalmente lo más importante y lo más original de España es el flamenco” (Blanco y Negro).

El éxito de Entre dos aguas es un mérito de la rumba, una pieza de relleno según Paco de Lucía que, con estas declaraciones, intentaba que esta pieza no eclipsara el resto del disco, y de su obra. Y fue un mérito de la labor de promoción de Jesús Quintero, que en 1974 se hizo cargo como representante de los asuntos de Paco de Lucía y consiguió que un disco que había pasado desapercibido para el gran público, como los anteriores discos de Paco de Lucía, en su estreno de 1973, fuera un éxito en su reedición de 1974. Como lo fue el single que contenía la rumba, que se editó ese último año. Un éxito entre el público joven, sobre todo, y como se ve en las imágenes interiores del disco del que hablamos hoy. Una sala atestada de gente que incluso cubría el escenario, dejando, apenas, unos metros cuadrados para los intérpretes, Ramón de Algeciras y el propio Paco de Lucía. Un Paco de 28 años que logra que su mensaje llegue a la gente joven, gracias a la rumba Entre dos aguas. Por supuesto que Entre dos aguas sonó en el Teatro Real aquel 18 de enero. Con una introducción por granaínas, el tema se extiende, entre estribillo y variaciones, hasta cerca de los 10 minutos. ¿Es la rumba más famosa de la historia? Asombra la fuerza de Paco de Lucía en directo en 1975.

Fue, no obstante, un recital clásico, con tarantas, granaínas, soleares, alegrías, guajiras, fandangos de Huelva y zapateados. En el disco no encontramos ni rastro de uno de los estilos que tan fundamental fue para la revolución de Paco de Lucía pocos años más tarde, bulerías. Estilo que sí sonó, por partida doble además, aquella noche en el Teatro Real pero que, por cuestiones de minutaje, no fue incluido en el disco. Un disco de toque flamenco clásico, a la manera de Paco de Lucía. Tan solo en la rumba asoma algún concepto de la improvisación jazzística que tan importante sería en el futuro para el tocaor.

La taranta es una recreación en vivo de Fuente y caudal con un enorme sabor minero, con una gran variedad de recursos y una riqueza melódica asombrosa. Y con una tos recurrente. La granaína también toma la mayoría de sus falsetas de Reflejo de luna, de Fuente y caudal, mostrando un enorme despliegue armónico y técnico. Las alegrías también se realizan sobre composiciones anteriores, en concreto Recuerdo a Patiño del disco La fabulosa guitarra de Paco de Lucía (1967). Se trata de un tema en modo menor con unas falsetas muy elocuentes y enérgicas. La soleá es una recreación de la que incluía en el disco El duende flamenco de Paco de Lucía (1972) de marcado clasicismo aunque con un acento muy personal, como toda la música del genio de Algeciras. Con un hermoso pasaje tremolado en mitad de la pieza, y potente alzapúa, emotivos ligados y picados de vértigo, así como el poderoso sentido del ritmo característico del tocaor.

La constatación de que nos encontramos con un virtuoso de la ejecución pero también del concepto y la composición. El zapateado procede de otro tema del disco de 1972. Con el tiempo abandonaría este toque en aras de su tanguillo de nuevo cuño, un género, tal y como es concebido y ejecutado hoy, creado por Paco de Lucía. Una pieza pletórica de energía, ritmo y de brillantes modulaciones y picados. Los fandangos son una versión de Aires choqueros de Fuente y caudal y se desarrollan, una vez más, sobre vertiginosos picados que demuestran el estado de forma en el que se hallaba Paco de Lucía en 1975. La guajira es el único tema, junto a la rumba, en el que le acompaña Ramón de Algeciras. En esta época, era uno de los estilos favoritos de su autor, ya que los incluyó en cuatro discos distintos de los que publicó entre 1964 y 1972. Sin embargo, no volvió a grabarlo más.

stats