El pulso de la calle y de la Historia

Sevilla recuerda mediante una exposición al fotógrafo Alfonso, testigo privilegiado de la primera mitad del siglo XX · Su obra se acercó tanto a políticos e intelectuales como a la gente del pueblol 'Alfonso. 50 años de Historia de España' Casa de la Provincia (Sevilla). Hasta el 22 de febrero.

En la imagen de la izquierda, luchadoras del Circo Price fotografiadas por Alfonso en 1920, una estampa que apunta el interés del autor por captar escenas insólitas de la vida en la ciudad. En la imagen del centro, el Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal imparte una clase de disección acompañado de varios doctores que asisten a su lección. A la derecha, una vendedora de pavos, una de las profesiones más curiosas que retrató Alfonso por las calles de Madrid junto con mieleros, conductores de simón y mozos de cuerda.
Braulio Ortiz / Sevilla

18 de enero 2009 - 05:00

El olfato para extraer de la vida cotidiana sus escenas más emotivas y su profesionalidad en la agitada escena política de su tiempo convirtieron a Alfonso Sánchez García (Ciudad Real, 1880-Madrid, 1953), más conocido como Alfonso, en uno de los nombres cruciales del periodismo gráfico. Una trayectoria que es recordada hasta el 22 de febrero en la Casa de la Provincia de Sevilla, mediante una exposición sobre su legado que promueven la Obra Social de Caja Madrid y el Centro de Estudios Andaluces.

Desde que aparecieran en prensa sus primeras imágenes, la producción fotográfica de Alfonso estuvo ligada a los episodios históricos más diversos, como las campañas de Marruecos, el vuelo del Plus Ultra o la proclamación de la República. Su voluminosa cámara frecuentó a los políticos, artistas e intelectuales de la época, una lista en la que están presentes Pablo Iglesias, Pérez Galdós, Ortega y Gasset, Marañón, Belmonte o Pío Baroja.

El prestigio adquirido por este maestro le permitió observar desde una posición privilegiada el primer despacho oficial entre Alfonso XIII y Primo de Rivera, ser testigo del discurso de Manuel Azaña durante el acto de creación de Acción Republicana y asistir a una clase de disección impartida por Santiago Ramón y Cajal. Alfonso fue autor, asimismo, de uno de los perfiles más célebres de Antonio Machado, tomado en el Café de las Salesas, que inmortaliza al poeta, con un brillo de desencanto en sus ojos, apoyándose en su bastón. La capacidad del fotógrafo para ofrecer a sus protagonistas en una dimensión íntima se palpa también en la visión de Valle-Inclán, que en la muestra se presenta tumbado junto a un ejemplar del periódico El Noticiero, y García Lorca, ataviado con un batín y con las manos unidas.

Pero el itinerario que articula la exposición de la Casa de la Provincia dirige al público, también, a los héroes anónimos de la sociedad madrileña. En la retina quedan oficios ya desaparecidos o desterrados de la fisonomía de la ciudad: las vendedoras de pavos, los verdugos, los mozos de cuerda, los vendedores de miel y el conductor del simón.

En las fotografías de Alfonso, las modistillas se congregan para pedir un novio a San Antonio de la Florida, y la gente busca alimento en las basuras, se refugia de las bombas en los túneles del metro y acude a los lavaderos públicos para limpiar la ropa.

Hay en la mirada de Alfonso, igualmente, un interés por la estampa exótica: así, el reportero retrató a trabajadoras de un circo, motoristas en competición, aficionados a la esgrima y luchadores de grecorromana. Su obra parece insinuar que la monotonía esconde las sorpresas más dispares, como un zepelín que sobrevuela la urbe o un toro suelto en la Gran Vía que aterroriza a la población hasta ser estoqueado por un diestro.

Para Demetrio Pérez, director gerente del Centro de Estudios Andaluces, Alfonso fue "el mejor cronista de su época, un testigo de excepción de su momento", que reflejó la realidad social desde la depresión de 1898 hasta la primera posguerra. "Ésta es una exposición de gran calado social e histórico, que conecta también con el presente", asegura Pérez, para quien la inauguración de la muestra, el pasado viernes, supuso el primer acto público en su nuevo cargo.

El director del Centro de Estudios Andaluces destaca el "compromiso político" de Alfonso, que "pese a que se lo disputaban todos los diarios de la época, él prefirió trabajar para los periódicos republicanos y democráticos como El Liberal y El Sol". Las 87 fotografías recogidas en la Casa de la Provincia son, según Pérez, un espejo "insobornable" de "lo vivido en este país. Aunque todo ocurre en Madrid, lo que sucedió en la capital fue decisivo para España y, por supuesto, para Andalucía".

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