'The Köln Concert': una lección de tenacidad

Este viernes se cumplen cincuenta años de la edición del mítico álbum de piano solo que catapultó a la fama a Keith Jarrett.

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Keith Jarrett, en un concierto en el Teatro Maestranza en 2006.
Keith Jarrett, en un concierto en el Teatro Maestranza en 2006. / Antonio Pizarro
Salvador Catalán

23 de enero 2025 - 06:30

¿Puede un músico cansado y dolorido y un instrumento en malas condiciones facturar un disco sustentado en la improvisación libre y convertirlo en el álbum de piano solo más vendido de la historia del jazz? The Köln Concert es la respuesta afirmativa a este interrogante. Un trabajo que catapultó a su autor, Keith Jarrett (Allentown, Pensilvania; 1945), a la fama mundial, más allá de un territorio jazzístico donde ya poseía una gran relevancia gracias a su etapa junto a colosos como Miles Davis o Charles Lloyd y a un brillante periodo como líder documentado en los sellos Atlantic, Impulse! y Columbia.

Fue, sin embargo, el productor Manfred Eicher quien logró incluirlo en nómina de su marca ECM a comienzos de la década de los setenta del pasado siglo, subrayando su enorme potencial para el piano solo. Jarrett había ofrecido su primer concierto en solitario en Heidelberg el 4 de junio de 1972 y entregas como los soberbios Facing You (1972) o Solo Concerts: Bremen / Lausanne (1973) certificaron su capacidad para expandir su ideario a través de un pianismo emotivo, profundo, a veces ensimismado y siempre arriesgado. El productor germano planificó entonces una gira europea del artista norteamericano de veintinueve años, uno de cuyos capítulos incluyó un largo viaje desde Zúrich a Colonia.

Azotado por un dolor de espalda que le restó muchas horas de sueño y molesto por una tardía y mediocre cena, Jarrett llegó el 24 de enero de 1975 a la Ópera de Colonia para descubrir que el piano Bösendorfer 290 Imperial que había solicitado a la organizadora del concierto, Vera Brandes, no se encontraba en el escenario. La promotora de 17 años solo había obtenido de la Ópera un instrumento de la misma marca, aunque en pésimas condiciones. Revirtiendo su inicial postura de regresar al hotel y cancelar el concierto, Jarrett optó por convertir el contratiempo en motivación. Así que, minimizando las limitaciones y ayudado por el magnífico trabajo del afinador, el puntilloso músico arrancó su directo cerca de la medianoche y deslumbró a los casi 1400 asistentes con una exhibición de “composición espontánea” segmentada en dos bloques: el primero de ellos de algo más de 26 minutos, iniciado con un irresistible motivo y salpicado de sus habituales y controvertidos efectos vocales y percusivos; y un segundo dividido en tres partes, de casi 40 minutos, donde amplificó su poderío improvisador, sustentado en sencillas armonías y líricas melodías y rematado por una deliciosa composición final. La música registrada inauguraba una flamante estética del formato a la vez que desbordaba los contornos jazzísticos para discurrir por hipnóticos pasajes que recurrían a rasgos de góspel, country o del piano romántico, llegando a convertirse en precedente del “mercado creciente de la música new age”, según la autorizada voz de Ted Gioia.

Nunca estuve más cansado ni más confuso, y tenía un instrumento espantoso. ¡Y fue el mejor concierto de mi carrera!”, contó Jarrett

The Köln Concert supuso un millonario e inédito éxito de ventas en una grabación de este perfil, acercando la música de Jarrett a plurales públicos y recalcando, de paso, tanto la identidad del sello ECM como su solvencia económica. El éxito también pasó factura y el pianista reconoció que debió ofrecer a sus audiencias “curas de desintoxicación” del célebre álbum, estigmatizado por la imponente sombra de esta obra fetiche, sobre la que Jarrett habló en las páginas del libro Tocando el horizonte. La música de ECM (2008): “Dar conciertos en solitario es lo más parecido, a mi entender, a una formidable sesión terapéutica de autoconocimiento. En cada caso, sé perfectamente cuál era mi estado mental, incluso qué sucedió entre una actuación y la siguiente. Si no resultara tan deprimente, me atrevería incluso a confesarte cuál es la receta infalible para dar un concierto en solitario: tengo que estar agotado, o loco, o haberme pasado todo el día viajando. Colonia es un buen ejemplo. Creo que nunca estuve más cansado ni más confuso, y tenía entre mis manos un instrumento espantoso. Y, sin embargo, ¡tal vez haya sido el mejor concierto de mi carrera!”.

Detalle de la portada del disco.
Detalle de la portada del disco.

Con el músico retirado desde 2018 a causa de sendos ictus, The Köln Concert cumple medio siglo de vida, orgulloso de su repercusión y significado. Un hito que el trompetista y biógrafo Ian Carr catalogó como “música trascendente” y que ahora se reivindica erigido en una superlativa lección de concentración y, sobre todo, de tenacidad, rematada por una sorpresa final: Vera Brandes reveló posteriormente que el piano de cola que había encargado a la dirección de la Ópera de Colonia y que Jarrett nunca llegó a tocar se encontraba almacenado junto a una de las subterráneas puertas de emergencia del complejo de edificios; solo que nadie reparó en ello hasta que el concierto había finalizado.

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