El último saludo de Glenda y Michael

La gran escapada | Crítica

Michael Caine y Glenda Jackson.

La ficha

*** 'La gran escapada'. Drama, Reino Unido, 2023, 96 min. Dirección: Oliver Parker. Guion: Billy Ivory. Música: Craig Armstrong. Fotografía: Christopher Ross. Intérpretes: Michael Caine, Glenda Jackson, John Standing, Danielle Vitalis, Wolf Kahler. 

Escapada de viejecitos de espíritu joven. Otoño al que ya le pisa los talones el frío marmóreo de un invierno sin primavera. Unión de dos estrellas en su ocaso vital, que no artístico. Anciano que emprende un largo viaje para ajustar cuentas con el pasado familiar, amistoso o amoroso. Anciano veterano de guerra que se escapa para unirse en una conmemoración a sus compañeros de armas. Nos han contado estas historias cientos de veces. Incluso muy recientemente de forma idéntica a esta película que pertenece a la variante de veterano en fuga: El último soldado de Terry Loane, interpretada por Pierce Brosnan y estrenada el año pasado.

Pero cuando estas historias tantas veces contadas de la última escapada de un anciano y este recurso tantas veces explotado de unir a dos estrellas en su ocaso están interpretadas por dos gigantes, todo cambia. Aunque lo dirija un prototipo del director inglés mediocre -Oliver Parker- que se cobija como un cangrejo ermitaño en las prestigiosas conchas de Shakespeare (Otelo), Oscar Wilde (Un marido ideal, La importancia de llamarse Ernesto, El retrato de Dorian Gray) Orson Welles (Fundido a negro) sin lograr nunca disimular su medianía.

Todo cambia cuando en la pantalla están la octogenaria y gran Glenda Jackson en el que fue su último papel antes de su fallecimiento en 2023 y el aún más grande y nonagenario Michael Caine. Sin ellos esta película sería una cosita simpática y entrañable rodada con cierta sensibilidad -Parker logra su mejor trabajo al hacerse a un lado y ponerse con sencillez al servicio de sus actores- si no fuera por las presencias de Glenda y Michael. De la misma forma que la emoción un tanto facilona y sensiblera se ve potenciada y se convierte en verdadera por tratarse del adiós a las pantallas -y en el caso ella a la vida- de estos grandísimos actores. Caine sobre todo, compañero de vida y de tantas grandes tardes y noches de cine desde que lo descubrimos allá por 1964 en Zulú, sin que nunca, en 60 años de profesión, nos decepcionara.    

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