La verdadera dimensión del arte
donde habita el arte
Espacio Cero Hace un año que abrió sus puertas la única galería que existe en Huelva, en pleno centro de la capital, para promocionar a los artistas y promover el acceso a la cultura
Gustavo Domínguez reconoce "una parte importante de nostalgia y de no tener complejos" en lo que le llevó hace un año a abrir la única galería de arte que hay en la actualidad en Huelva. Lo dice porque recupera el trabajo que ya hicieran sus padres en los 90 con la Galería Carmen Vázquez, y los años de infancia en un ambiente de frecuentes visitas de artistas a su casa, con su padre, el pintor José Luis Domínguez. Pero también porque para dar cualquier paso en la vida, recalca especialmente, hay que desprenderse de las limitaciones que suelen imponerse la propia persona y el entorno.
Espacio Cero abrió sus puertas el 1 de diciembre de 2016. "Y seguimos abiertos", anota orgulloso como prueba de que Huelva puede tener una galería de arte que contribuya a "ayudar al artista y potenciar su dignidad", y a mostrar, en un sentido amplio, las tendencias actuales a la ciudad. Gustavo Domínguez (Huelva, 1979) sabe de lo que habla. Es pintor, licenciado y doctorado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, donde ha sido profesor durante diez años y formado también en gestión de galerías.
Pese al gran momento de Huelva en las artes plásticas, con muchos artistas, muy valorados y también reconocidos en el exterior, no había hasta ahora una referencia especializada que exhibiera y vendiera sus obras. Ese vacío, explica, es un problema para los artistas, que se ven "obligados a vender directamente en su estudio". Por eso habla de restituirles la dignidad: "Sus obras se deben ver en condiciones óptimas, dando una buena y completa información sobre ellas al público y contribuyendo a su difusión".
Éste es, básicamente, el trabajo profesional que realizan con exposiciones temporales de artistas de gran interés en cualquier disciplina, jóvenes y veteranos, locales y foráneos, con una presentación que lleve visitantes, dándoles a conocer el artista y su obra, visitas guiadas para profundizar en las piezas expuestas, casi siempre de la mano de los propios autores, y una labor fundamental de asesoramiento al público para guiarles sobre la adquisición de obras "desde sólo cien euros".
La última muestra, clausurada ayer, recogió los últimos paisajes urbanos neoyorquinos de Pedro Rodríguez Garrido en City lights, que se ha vendido casi en su totalidad tras registrar una afluencia extraordinaria. En la última visita guiada con el pintor onubense, la semana pasada, se citaron más de 50 personas: "¡Una locura!".
Domínguez recuerda también la exposición en junio del dibujante alemán Felix Scheinberger, uno de los responsables del auge internacional del movimiento urban sketchers, y la clase magistral que ofreció en la galería: "Tuvimos dos personas inscritas de Huelva pero se desplazó gente desde Londres, Madrid y Barcelona, y de otras provincias andaluzas sólo para participar en ella".
"Si somos una galería de calidad y conseguimos una oferta de conjunto interesante en Huelva, vendrá mucha gente de fuera". Lo dice convencido también de la oportunidad de hacer del centro de la ciudad un espacio artístico de referencia, también fuera de Huelva, por qué no, como parte de un reclamo turístico de calidad. "Ojalá abriera en frente nuestra otra galería y consigamos hacer de Miguel Redondo una calle con locales artísticos y culturales que ayuden a revitalizar el centro, como ocurre en otras ciudades".
Él mismo da las referencias que se encuentran en ese entorno, desde La 13 Dadá Trouch Gallery o Sala Gaudia, a un local de tatuajes, nuevas librerías, academias de pintura y música o restaurantes de cuidada cocina. "Se pueden abrir nuevos espacios culturales, con alquileres no muy elevados", apunta, también en un contexto en la capital onubense en el que "hay muy buen ambiente entre los artistas y todos los espacios".
Hay agradecimiento a las entidades privadas por la función realizada. Y también un lamento por la falta de nuevos artistas locales en los fondos del Museo de Huelva o de iniciativas públicas reales por abrir un vínculo artístico sólido y constante con Latinoamérica.
Éste es un buen momento para el arte en Huelva, insiste. "Se ha vuelto a poner de moda la cultura y se nota entre la gente joven. Es un buen momento para salir de la pantalla y volver al espacio físico, a todo lo que provoca una experiencia física y de mucha calidad". Es lo que diferencia a las galerías de arte de otros formatos de consumo: la posibilidad de experimentar, de vincular los sentidos a las obras de arte y conocerlas en una dimensión que la dictadura virtual actual trata de imitar pero no llega a alcanzar.
Nuevos tiempos, nuevos conceptos
Cuenta Gustavo Domínguez que el modelo tradicional de galería de arte está obsoleto. Hay nuevos formatos para el arte, nuevas vías para la promoción y una realidad social diferente que afecta también los hábitos de consumo. Espacio Cero mantiene la esencia pero ofrece complementos, como charlas, presentaciones de libros, música en directo, catas de vino o sesiones didácticas infantiles para profundizar en el acercamiento de la cultura a todos los públicos. Ya hace cuatro años que se dedican a ello con El Taller Artístico, centro de formación en el mismo edificio, de plazas limitadas pero siempre cubiertas por una oferta muy variada y atractiva. Es un sustento clave para la galería, aunque el interés por promover el arte en Huelva es la motivación y el mayor apoyo.
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