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El villancico flamenco

Así canta nuestra tierra en navidad | Crítica

La Fundación Cajasol retoma la mítica colección discográfica ‘Así canta nuestra tierra en navidad’ con una filosofía muy alejada de su espíritu original

Actuación de Rocío Márquez, una de las intérpretes incluidas en este disco, en Zaragoza. / Javier Belver/EFE
Juan Vergillos

22 de diciembre 2024 - 07:10

La ficha

Así canta nuestra tierra en navidad Vol. LXII. Dirección artística y musical: Manuel Marvizón. Fundación Cajasol.

Al villancico le pasó, al comienzo del siglo XX, lo que a otros estilos populares que, de ser cantados por los no profesionales en sus celebraciones familiares o comunales, pasaron a ser interpretados por cantaores profesionales. Es el mismo caso que el de la saeta. Tradicionalmente se atribuye a Jerez la creación del villancico. En el flamenco, siempre que desconocemos a un autor, decimos Jerez. Es un crédito que se ha ganado a pulso la ciudad gaditana por identificarse tan íntimamente con este arte.

Es más, aún se sigue repitiendo que fue el Niño Gloria el primero en cantarlos y en grabarlos. Lo cierto es que antes del Gloria encontramos a un buen ramillete de intérpretes que grabaron el villancico a la forma flamenca. El primero que he localizado ha sido el que se incluye en el tema titulado Ditera que Antonio Grau grabó en París en 1907 con la guitarra de Enrique el Negrete. La fecha es la que aparece en la biografía del cantaor que escribió José Gelardo aunque otros autores creen que el registro se hizo en 1915. Luego lo registran, antes que El Gloria, la Niña de los Peines, Adela Lopez y Amalia Molina, estas dos últimas con acompañamiento orquestal.

El término villancico procede de “villano”, es decir, hombre de la villa u hombre de pueblo. Así se llamaba a la música ligera, no sacra, de la Edad Media. En un primer momento el término no estaba asociado, por tanto, a la Navidad. Se hace acompañar por instrumentos populares como guitarras, zambombas, pandero y almirez. Lo cantaban en los pueblos de toda España las llamadas Rondas de Nochebuena, grupos de hombres rondadores que, habitualmente, se dividían entre casados y solteros o quintos. Además de la narración y alabanza del natalicio divino, hay otras canciones que están asociadas al ciclo navideño popular, y que todavía perduran.

Son los romances, que pueden ser de la misma temática o no. Pero también las canciones seriadas y enumerativas que tenían como objeto, en su sucesión de diferentes elementos, la variedad argumental. De lo que no cabe duda es que Jerez ha hecho bandera de estos cantes y así ha convertido una celebración familiar y vecinal en un hecho escénico. Eso sí, cada vez más las zambombas profesionales se olvidan de este repertorio tradicional tan rico, para sustituirlo por nuevas composiciones, a cada cual más edulcorada. Con notables excepciones, naturalmente. Además de los intérpretes mencionados, cabe sumar a la lista de notables cantaores por villancicos los nombres de Pepe Pinto, Antonio Mairena y La Paquera de Jerez. Desde 1982 la Caja San Fernando, hoy Fundación Cajasol, viene haciendo una labor ingente de recuperación de ese repertorio tradicional.

Debemos destacar en este trabajo el nombre de Parrilla de Jerez que fue durante muchos años el director de la colección discográfica, felizmente titulada Así canta nuestra tierra en Navidad. La Macanita, El Mono o Ángel Vargas han sido algunos de los cantaores destacados de la misma. Aunque en realidad, más que los cantos de los solistas, prefiero las canciones a coro que nos evocan los orígenes populares del villancico. La colección alcanza estos días el volumen LXII. El disco, que se presentará en directo el próximo lunes 23, cuenta con artistas de relumbrón como Mariola Cantarero, José Manuel Soto, Diana Navarro o la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla. Lo podremos disfrutar en directo en el Teatro de la Maestranza. Los beneficios, tanto del disco como del concierto, irán destinados a la Fundación Alalá.

La publicación no incluye tanto temas tradicionales como de autores contemporáneos como Manuel Marvizón, director musical y arreglista de la misma. Lo que evidencia el giro que ha dado la colección en los últimos años, alejándose de su intención original de ser un archivo de una tradición en vías de desaparición. Ya saben que la Semana Santa ha extendido su influencia a otras fechas, celebraciones y manifestaciones culturales de nuestra ciudad. El villancico flamenco ha evolucionado a lo largo de sus 110 años de vida con las modas jondas del momento.

Un ejemplo del procedimiento que han llevado a cabo los intérpretes flamencos con este estilo es el llamado Villancico por bulerías que incluye Antonio Mairena en el disco La gran historia del cante gitano andaluz (1966). Es el tercero de los cuatro registros por villancicos que hizo el maestro de los Alcores, en este caso con la guitarra de Melchor de Marchena. Solo que no se trata de un villancico sino de un romance navideño, el de La virgen y el ciego. Según informó en su momento Luis Suárez, Mairena canta una edición literaria del romance, en concreto la que se incluye en el volumen X de la Antología de poetas líricos castellanos publicado por Marcelino Menéndez Pelayo en 1900. Se trata de un poema tomado de la tradición oral asturiana. Sobre esta base, Antonio Mairena canta a rimo de bulerías.

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